En la India, la más grande cooperativa de recicladores ha inspirado a su comunidad para que reciclen y vivan sustentablemente.
A principios de la década de 1970, Suman More, con solo 12 años, se mudó a Pune, en el oeste de la India, desde un pueblo cercano, para casarse. Su nuevo esposo no tenía un trabajo estable, por lo que ella se vio obligada a trabajar. Sin embargo, sin educación ni capacitación, More solo pudo encontrar trabajo como recicladora informal, escarbando en los contenedores de basura y en los vertederos en busca de materiales reciclables para venderlos. Pero eso era apenas suficiente para pagar las cuentas.
En 2008, More se unió a la cooperativa de servicios de recicladores Solid Waste Collection Handling Seva Sanskari Sanstha Maryadit (Recolección de residuos sólidos Seva Sanskari Sanstha Maryadit, SWaCH por sus siglas en inglés), una agencia de recolección de residuos sólidos, que va de puerta en puerta, gestionada por la Corporación Municipal de Pune (PMC por sus siglas en inglés). SWaCH le proporcionó la seguridad que necesitaba. “Obtuve un ingreso fijo mensual, condiciones de trabajo seguras y la identidad de un trabajador de la ciudad por parte de la corporación municipal”, cuenta More, que ahora, con 50 años, se ha retirado de la recolección de residuos y actualmente preside la cooperativa.
Lakshmi Narayan y Poornima Chikarmane, activistas sociales establecidas en Pune, fundaron SWaCH en 2008 para integrar a los recicladores informales como More en el sistema de gestión de residuos de la ciudad. “Queríamos que los recicladores fueran reconocidos como una parte fundamental del sistema de gestión de residuos sólidos de la ciudad y del primer escalón de la cadena de reciclaje”, dice Chikarmane, profesora jubilada de la Universidad Femenina Shreemati Nathibai Damodar Thackersey (SNDT), en Pune.
El Banco Mundial calcula que al menos el 1% de la población en países en desarrollo son recicladores. En la India, la Alianza de Recicladores Indios (AIW por sus siglas en inglés) calcula que esta mano de obra autónoma de las castas más bajas de la sociedad oscila entre 1.5 y 4 millones de personas. Muchos de ellos comienzan a trabajar antes del amanecer en busca de residuos reutilizables en los basureros para después venderlos a los comerciantes de chatarra para llevar comida a la mesa. Su precaria existencia diaria implica manejar los residuos sin la protección de guantes o mascarillas, arriesgándose cada día a exponerse a cortes y heridas por objetos punzantes, a mordeduras de roedores y perros y a quemaduras químicas. Al recorrer las calles mientras la mayor parte de la ciudad sigue durmiendo, algunos también sufren violencia sexual o son detenidos como ladrones.
More recuerda sus dificultades como trabajadora itinerante, que a menudo incluían burlas debido a su baja condición de casta. “Era una forastera en la ciudad y sin contactos no era posible conseguir trabajo como empleada doméstica”, dice. Intentó vender verduras, pero los ingresos eran inconsistentes. Recoger residuos era la opción más fácil, sin barreras de entrada de casta, educación o habilidad.
Actualmente, SWaCH cuenta con más de 3500 miembros y Pune, una ciudad de 6.8 millones de habitantes, ha sido reconocida por ser pionera en la formalización e integración de los recicladores en el sistema de gestión de residuos de la ciudad.
El poder sindical
El movimiento de los recicladores se originó a principios de los años 90, cuando Narayan y Chikarmane impartían clases de educación para mujeres adultas recicladoras en el SNDT. “Nos dimos cuenta de que pasaban mucho tiempo separando el material reciclable de los residuos mezclados”, dice Narayan, quien coordinaba el programa de educación de adultos en aquella época.
Narayan y Chikarmane decidieron reunirse con los recicladores para hablar de sus preocupaciones laborales. La seguridad del empleo, los ingresos regulares y el respeto por su trabajo encabezaban su lista. “Como ni los recicladores ni nadie más consideraba sus contribuciones como ‘trabajo’, el primer paso era conseguirles el estatus de trabajadores”, comenta Chikarmane. Esto solo podía lograrse organizándolos como sindicato.
En 1993, Chikarmane y Narayan se acercaron a Baba Adhav, un respetado líder de la clase obrera, que les ayudó a “organizar y registrar a Kagad Kack Patra Kashtakari Panchayat (Sindicato de Trabajadores del Papel, vidrio y metal, o KKPKP) como el primer sindicato de recicladores del país”, recuerda Chikarmane. Los 800 inscritos, el 90 % de los cuales eran mujeres, recibieron tarjetas de identidad de la universidad SNDT. En 1996, la PMC otorgó a los 3000 recicladores de KKPKP el estatus de trabajadores municipales.
Durante todo este tiempo, Chikarmane y Narayan documentaron las contribuciones de los recicladores a la ciudad. Su estudio de 2001 para la Organización Internacional del Trabajo proyectó el ahorro de la PMC en 120 millones de rupias (162,215 dólares) anuales debido a la recolección de puerta en puerta por los recicladores.
Con la política de su lado y la evidencia del impacto del trabajo de los recicladores, KKPKP propuso su modelo para recolectar de puerta en puerta los residuos separados, en el que los residentes pagaban tarifas de usuario a la PMC. El modelo permitía a los recicladores retener un derecho sobre los residuos recolectados, que luego podían vender para obtener ingresos adicionales.
En 2005, el PMC puso a prueba el modelo propuesto por KKPKP durante un periodo de dos años, en el que 1500 recicladores cubrieron diariamente 150,000 hogares: el 15% de la población de la ciudad. La corporación municipal proporcionó a los recicladores equipo como carretillas y baldes, y envió cartas a los residentes para solicitar una pequeña tarifa por el servicio. En 2008, el éxito del modelo dio lugar a la formación de SWaCH y a un contrato de cinco años con la PMC.
Ketaki Ghatge, asistente médico del departamento de gestión de residuos sólidos de la PMC, afirma que la corporación municipal invirtió en SWaCH porque consideró que el modelo era “rentable para el municipio y motivador para los recicladores”.
Para la corporación municipal, el modelo satisfacía muchas demandas: aliviar la pobreza, reciclar los residuos y reducir las emisiones a un precio mucho más bajo que el del sistema centralizado de recolección de residuos.
Los recicladores de SWaCH suelen trabajar en parejas con otro miembro de la familia para recoger diariamente los desechos de entre 150 y 400 hogares, tiendas y complejos de oficinas. Después, lo recolectado se deposita en un cobertizo de clasificación proporcionado por la PMC, donde los recicladores separan los materiales reciclables y los venden a los chatarreros dos veces por semana. El resto de los residuos es recogido por un vehículo enviado por la PMC y llevado a un vertedero.
“Entre mi esposo y yo podemos ganar juntos unas 25,000 rupias (338 dólares) al mes”, dice Asha Kamble, miembro de SWaCH desde hace mucho tiempo. “Los reciclables nos dan en promedio alrededor de 3000 a 4000 rupias (entre 40 y 54 dólares) al mes, y más en la época del festival, cuando la gente limpia sus casas”. Kamble gana cerca del salario mínimo de un trabajador no calificado en Pune, pero cuenta con las ventajas de tener flexibilidad para aceptar todo el trabajo que quiera, con la estabilidad de un ingreso mensual y con seguridad social. Debido a su condición laboral, tiene acceso a ocho programas gubernamentales, entre ellos un seguro médico y de vida, hospitalización subvencionada y una pensión contributiva.
En 2012, la cooperativa amplió sus servicios, bajo el nombre SWaCH Plus, para incluir: la recolección de residuos electrónicos, ropa vieja y otros artículos desechados; composta, y la recuperación de estatuas de los ríos y afluentes durante el festival de Ganesha en septiembre, cuando los recicladores tienen la oportunidad de obtener ingresos adicionales.
Responsabilidad colectiva
Antes de SWaCH, había muy poca recolección a domicilio y no había separación de residuos. Los contenedores de basura desbordados eran vaciados irregularmente por los vehículos de la PMC, que luego transportaban los residuos a los vertederos. “Con la llegada de SWaCH, los residuos se recogen todos los días”, afirma Sanskriti Menon, residente en Pune. Incluso durante el cierre de COVID-19, el 95 % de los recolectores seguían recogiendo residuos.
Aun cuando la PMC paga por el personal y el equipo de SWaCH, se estima que ahorra 2700 millones de rupias (36.8 millones de dólares) al año en costos de mano de obra, reducción del transporte y procesamiento de desechos, según un informe del 2019 de la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia y el Pacífico.
A pesar de estos avances, entre los mayores problemas de la cooperativa se encuentran que los residentes no siempre pagan la cuota de usuario y que la PMC no proporciona subsidio a los barrios marginales. Chimarkane dice que estos problemas surgen porque “el marco político de la gestión de residuos sólidos en la ciudad no se aplica estrictamente”.
Algunos residentes se niegan a pagar la cuota mensual completa de 70 rupias (0.95 dólares) porque consideran que la PMC debería servirles gratuitamente como contribuyentes. Esto es más común entre los habitantes de los barrios de bajos ingresos, quienes pagan una cuota menor de 50 rupias (0.68 dólares), que la PMC cubre pagando 10 rupias (0.14 dólares) por hogar al reciclador.
A los recicladores no les gusta trabajar en los barrios marginales porque muchos residentes no separan los desechos secos de los húmedos. “El subsidio mensual de la PMC para los barrios marginales solo llega una o dos veces al año, por lo que existe una resistencia generalizada entre los recicladores a prestar sus servicios allí”, menciona Harshad Barde, director de SWaCH.
Los recicladores no disponen de cobertizos de clasificación adecuados, por lo que a veces tienen que almacenar sus desechos en los espacios de las esquinas designados por las sociedades de vivienda, o a lo largo de carriles más pequeños. Cuando un vehículo de la PMC no recoge los residuos sobrantes, la cooperativa se lleva la peor parte de la culpa. A lo largo de los años, SWaCH ha patrocinado 120 pequeños cobertizos móviles que dan espacio para las recolecciones a uno o dos recicladores, pero al menos 2500 trabajadores siguen sin tener espacio de almacenamiento.
Cada vez que se renueva el contrato de SWaCH, la cooperativa se ve obligada a renegociar debido al cambio de representantes de la PMC. Pero los recicladores de SWaCH comprenden su valor y sus derechos, tras haber trabajado durante años en un sistema eficiente y haber sido designados trabajadores oficiales. “Pueden relacionarse tanto con los usuarios como con los administradores de la PMC, sentarse del otro lado de la mesa y negociar con ellos”, afirma Chikarmane.
Barde explica que incluso, en caso de que no se renovara el contrato, SWaCH podría seguir funcionando gracias a la tarifa mensual de 200 rupias (2.70 dólares) y a los servicios de SWaCH Plus, que continúa ampliando sus funciones. “A la cooperativa le gustaría pasar a servicios de gestión de residuos completamente sustentables, incluyendo el compostaje, el reprocesamiento de residuos plásticos y la apertura de tiendas de chatarra con comercio justo para la venta de residuos reciclables”, dice.
Debido al éxito duradero de SWaCH, “la mayoría de los organismos locales urbanos de la India ahora tienen cierto nivel de compromiso con los recicladores, pero SWaCH proporciona una integración de extremo a extremo”, explica Kabir Khan, coordinador tanto de la Alianza Global de Recicladores como de AIW. “Los recicladores toman posesión de la cooperativa y trabajan de manera responsable”.
Autores originales:
- Priti Salian es una periodista radicada en Bangalore que ha reportado desde India, Alemania y Uganda sobre los derechos humanos, la justicia social, el desarrollo y la cultura. Sus escritos han sido publicados en The Guardian, BBC, National Geographic, Devex, The Christian Science Monitor, y en the South China Morning Post, entre otras publicaciones.
|
Este artículo es contenido original de la revista de Stanford Social Innovation Review publicado en la edición otoño 2021.
- Traducción del artículo An Entrepreneurial Workforce por Leticia Neria.
|
Recomendado para ti
El ejército de árboles
|
Gone West contrata a adultos jóvenes desempleados para plantar árboles, convirtiendo la reforestación en un negocio rentable. |
El poder de la negociación colectiva
|
"No solo necesitamos trabajos, necesitamos trabajos con justicia". Cómo usar esta herramienta para negociar y reducir las situaciones laborales abusivas en grupos marginados. |