Un nuevo enfoque plantea atacar problemas sociales integrando y organizando a diversos actores para que participen en el proceso desde la generación de nuevas ideas hasta llevarlas a cabo y escalarlas a grandes soluciones.
Durante más de un año, la pandemia COVID-19 ha sido un desafío para la sociedad: es algo que nos afecta a todos, aunque no de la misma forma. Al igual que otros retos sociales como la crisis climática, la desigualdad económica y la injusticia racial, la pandemia ha magnificado los problemas sociales antiguos y modernos, y ha dejado al descubierto violentamente las debilidades de nuestros sistemas.
¿De qué manera podemos avanzar en estos retos y, al mismo tiempo, reactivar y modernizar la infraestructura de las instituciones en nuestra sociedad? Lo que necesitamos es contar con enfoques pragmáticos, flexibles y con capacidad de ampliación. Sin embargo, en la práctica, la innovación social pareciera estar estancada en un paradigma con distintas áreas de trabajo entre el Estado, los sectores públicos, la sociedad civil, empresas sociales y corporaciones.
Creemos que es necesario replantear la innovación social.
Es el momento de ir más allá y no solamente creer que los individuos heroicos, el Estado, la sociedad civil o las empresas son los únicos protagonistas del cambio social. Por el contrario, deberíamos experimentar con la innovación social a través de la acción colectiva facilitada por la tecnología digital. Algunos pasos en esa dirección serían el establecimiento de alianzas, la creación de redes de colaboración entre múltiples partes interesadas, y la adopción de esquemas con impacto colectivo que permitan la colaboración entre distintos agentes como la industria, las ONG y el gobierno.1
Los recientes esfuerzos colectivos han resultado útiles al construir plataformas digitales que reúnen los recursos y facilitan la interacción entre beneficiarios. Sin embargo, rara vez se ha tomado en cuenta a los ciudadanos como colaboradores. El hecho de no tomar en cuenta a los ciudadanos en esta labor hace que los procesos de innovación social sean improductivos y, posiblemente, menos eficaces.
"Son los ciudadanos quienes se ven afectados por los problemas sociales y son ellos mismos quienes desarrollan soluciones utilizando sus habilidades y conocimientos."
Por ejemplo, el trabajo colectivo de los ciudadanos ha contribuido a compilar la enciclopedia más grande del mundo (Wikipedia) y ha ayudado a los astrónomos a clasificar las galaxias (Zooniverse).
¿Cómo combinar el ímpetu de la acción colectiva y la co-creación digital con la experimentación coordinada y así desarrollar nuevos enfoques en innovación social?
Creemos que recientes investigaciones de enfoque abierto y participativo nos muestran la importancia de rejuvenecer la práctica de la innovación social. Dichas investigaciones también plantean dudas sobre cómo las iniciativas bien intencionadas podrían conducir a situaciones de exclusión imprevistas.
Hablemos de los eventos hackatón, donde se ofrecen espacios para el pensamiento creativo y el trabajo en equipo sobre distintas ideas con un límite de tiempo. El potencial de dichos eventos consiste en la generación de ideas, o bien, en la creación de prototipos. Algunas organizaciones del sector público como la National Aeronautics and Space Administration (Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio, NASA por sus siglas en inglés), la National Science Foundation (Fundación Nacional de Ciencia), las Naciones Unidas e incluso algunos gobiernos locales como el de la ciudad de Toronto, han considerado el potencial de los eventos hackatón para promover el bien común. Este tipo de eventos, incluyendo los concursos, competiciones, BarCamps (red internacional de conferencias provistas por los participantes) se han convertido en herramientas populares que mejoran la apertura y participación en los procesos de innovación social.
Incluir a los gobiernos y sector público al ampliar la participación en estos eventos resulta prometedor. Para muchos retos sociales, es indispensable contar con la cooperación del sector público y de instituciones de servicios sociales ya establecidas para definir los problemas, crear prototipos conjuntamente, y ampliar soluciones ¿Qué nos impide integrar dichas instituciones en el proceso de creación y alcance de nuevas soluciones? Existe cierta desconfianza por parte de los innovadores sociales acerca del compromiso y eficacia del sector público para seguir mejorando las soluciones durante el proceso de ampliación. Las organizaciones del sector público pueden ser reticentes a la hora de adoptar nuevas soluciones sin antes contar con pruebas sólidas sobre los resultados, y es por ello que, a menudo, son poco flexibles al adaptar estas soluciones durante el proceso de ampliación.
Planteemos por un instante lo siguiente: ¿qué pasaría al integrar el sector público y los ciudadanos en las fases iniciales del proceso de identificación de retos, iteración de ideas, análisis de problemas y desarrollo de soluciones? Eso podría fomentar un sentido de responsabilidad colectiva sobre nuestra infraestructura institucional y así facilitar el aprendizaje colectivo sobre cómo abordar los retos sociales y hacer frente a las crisis.
Imaginemos el resultado de un ejercicio de investigación en el que todos los grupos de interés de una sociedad como los ciudadanos, sociedad civil, empresas sociales, corporaciones, fundaciones, filántropos y administración pública, participen colectivamente en un proceso abierto de innovación social.
¿Y qué pasaría si tal ejercicio fuese apoyado activamente por el gobierno, al nivel del poder ejecutivo de un país grande y democrático que funciona adecuadamente? Seguramente, antes de marzo del 2020, hubiéramos considerado este ejercicio mental como una idea bonita pero utópica. Un año más tarde, nos complace informar sobre #WirVsVirus (Nosotros contra el Virus), un experimento social que se inició en Alemania durante el primer confinamiento a causa de la COVID-19, en donde participaron siete asociaciones civiles con apoyo del gobierno alemán.
Mediante una convocatoria abierta a participar, #WirVsVirus identificó los desafíos más apremiantes al enfrentar la COVID-19, por ejemplo, cómo digitalizar rápidamente los servicios de salud, cómo ofrecer apoyo a los ciudadanos para hacer frente al aislamiento provocado por el confinamiento, y cómo responder a los crecientes casos de violencia doméstica. Un total de veintiocho mil ciudadanos pertenecientes a distintas categorías demográficas y profesionales participaron en un hackatón durante 48 horas en donde desarrollaron ideas sobre cómo afrontar estos retos.
Aun así, el camino al cambio necesita más que solamente nuevas ideas. Se requiere también combinar la innovación y el alcance de estos proyectos.3 Los organizadores de #WirVsVirus comprendieron que la innovación social es en cierta forma un maratón, más que una carrera corta, y combinaron el hackatón con un programa de apoyo para innovadores de seis meses en donde soluciones fueron desarrolladas, puestas a prueba, y analizadas en términos de ampliación.
Ciento treinta equipos que se conformaron durante o paralelamente al hackatón participaron en el programa de apoyo. Funcionarios públicos de distintos organismos federales y locales, empresas, fundaciones, filántropos y ciudadanos pusieron pro bono servicios, experiencia y tiempo, y hasta oportunidades de financiamiento, a disposición de los participantes del hackatón y de sus grupos de apoyo. Lo que comenzó como un experimento se convirtió en una muestra del concepto de innovación social abierta (OSI, por sus siglas en inglés), una muestra que a partir de la interacción colectiva mantuvo una estrategia abierta y participativa de innovación social y que, a su vez, la tecnología digital logró impulsar.
A continuación, compartimos los conocimientos que hemos adquirido al seguir #WirVsVirus durante más de un año y exponemos los marcos conceptuales de la OSI.
La innovación social tiene como objetivo generar nuevos productos, servicios y prácticas de valor para abordar los padecimientos de nuestra sociedad. El concepto OSI es un enfoque que facilita este proceso, y además fomenta la participación de una variedad de grupos de interés a lo largo del proyecto, desde la generación de ideas hasta la ampliación de las soluciones.
El concepto OSI se fundamenta en dos premisas: en primer lugar, que las ideas o posibles soluciones a los problemas sociales pueden darse, pero están distribuidas de forma desigual entre los ciudadanos y los grupos de interés4 ; en segundo lugar, que el camino de la idea al resultado requiere una combinación de factores, tanto de colaboración como de competencia.
El experimento
A principios del mes de marzo de 2020, gobiernos de todo el mundo, incluido el de Alemania, ordenaron un cierre total que tuvo graves consecuencias para la vida social y económica. El domingo 15 de marzo se originó un movimiento en Alemania, esto a partir de la publicación de un tuit sobre la organización de un hackatón entre la comunidad de startups de Estonia y organismos gubernamentales.
Ese mismo día, tres ciudadanas relacionadas con la tecnología cívica se reunieron a través de Skype para debatir si un hackatón de esta índole podría funcionar también en Alemania, ya que la organización de un hackatón normalmente toma un par de semanas e incluso meses. Enfrentadas a la pandemia, organizaron el evento en tan solo una semana, al mismo tiempo que se pusieron en contacto con líderes de organizaciones relacionadas en el ámbito de la innovación social.
El lunes siguiente se formó el equipo de organizadores con siete organismos invitados que nunca habían trabajado en conjunto, entre ellos Code for Germany, Initiative D21, Impact Hub Berlin, ProjectTogether, Prototype Fund, Social Entrepreneurship Netzwerk Deutschland y Tech4Germany. Al día siguiente, se pusieron en contacto con el gobierno alemán para solicitar apoyo para el hackatón, y la cancillería alemana y el gobierno federal les ofrecieron su patrocinio de inmediato. La toma de decisiones en el ámbito político con tanta celeridad es casi impensable, a no ser que coincida con una crisis como la pandemia COVID-19.
Para el miércoles, los organizadores lanzaron el sitio web #WirVsVirus, además de publicar la convocatoria a través de Twitter: “Aprovecha tu tiempo de forma significativa, plantea retos, involucra a tus amigos, colabora de forma digital en soluciones que nos unan, súmate a nosotros. Necesitamos tus ideas y habilidades”. El viernes, el hackatón se puso en marcha con veintiocho mil participantes, convirtiéndose en uno de los eventos más grandes a nivel mundial en su tipo.
En el transcurso de 48 horas, los participantes formaron equipos en los que generaron 1,500 ideas entre las que destacan: seguimiento de tasas de infección por coronavirus, prestación de cuidados paliativos vía remota, y la prevención o detección de casos de maltrato infantil en relación con los altos índices presentados debido al confinamiento.
Al cabo de una semana, los organizadores se pusieron en contacto con 600 expertos en los diferentes ámbitos o problemáticas, y fue así que 48 expertos elegidos entre el sector público, la sociedad civil, empresas, medios de comunicación y el mundo académico evaluaron las propuestas y seleccionaron 20 de ellas como “las mejores soluciones”. Entre ellas, el equipo Small Business Heroes propuso una solución que proporcionó visibilidad y canales de distribución a los pequeños minoristas afectados por el cierre; y Meinegemeinde.digital elaboró una plataforma para que las comunidades de fe pudieran llevar a cabo sus actividades de manera digital.
El experimento #WirVsVirus no terminó ahí; de forma complementaria al hackatón, los organizadores lanzaron un programa de apoyo para que los equipos participantes se mantuvieran desarrollando y ampliando las ideas y prototipos. El programa fue respaldado de manera oficial por la cancillería federal, distintas fundaciones y filántropos quienes aportaron sus recursos financieros. Muchos expertos y empresas, por ejemplo, Google, BCG, Vodafone Institute compartieron su talento con los equipos participantes.
El programa de apoyo contaba con tres pilares principales: en primer lugar, el programa facilitador de soluciones con una duración de seis meses y que ayudó a conectar a los equipos con redes de expertos, a realizar convocatorias semanales para el intercambio de ideas. Esto favoreció la creación de comunidades y también se creó una plataforma digital en la que los equipos podían solicitar recursos como, por ejemplo, asesoría jurídica.
El segundo componente fue el programa de creación de soluciones. En dicho programa, los equipos recibían asistencia personalizada por parte de las empresas, por ejemplo, ayuda en tareas de programación. Por último, un fondo de compensación que permitió movilizar recursos adicionales a través del financiamiento colectivo utilizando la plataforma de donaciones Startnext, que es la versión alemana de Kickstarter.
El programa de apoyo permitió que los equipos replantearan sus ideas, hicieron pruebas para replicar las soluciones, ampliaron sus redes de colaboración, formaron alianzas y transmitieron su mensaje. Sin embargo, algunos equipos abandonaron el programa al concluir con sus proyectos. Por mencionar algunos, un proyecto de iniciativa propia para elaborar mascarillas no pudo reunir los recursos o se enfrentaron con obstáculos burocráticos para replicar el proyecto, y una vez que el primer confinamiento terminó, probablemente tuvieron dificultades para combinar su vida profesional y personal con el compromiso que requería #WirVsVirus.
Las jornadas de #WirVsVirus concluyeron de manera oficial el 1 de octubre de 2020 con un evento público durante todo el día, donde los equipos presentaron 66 soluciones que fueron desarrolladas en el programa. La canciller Angela Merkel acompañada de algunos ministros elogiaron a los organizadores y a los equipos durante el evento que fue transmitido en vivo. Para la mayoría de los equipos esto fue solo el comienzo en el mundo de la innovación.
#WirVsVirus como un proceso OSI
En nuestra condición de socios de aprendizaje de #WirVsVirus, participamos en el hackatón, donde pudimos observar el trabajo de los equipos dentro del programa de apoyo y seguimos de cerca a los organizadores en sus reuniones internas. En total, hemos realizado cerca de 200 entrevistas, se han analizado las publicaciones en redes sociales, revisiones de reportes semanales sobre el progreso de los equipos, hemos contabilizado 650 horas de observación de las interacciones de la comunidad #WirVsVirus, además de los talleres de reflexión entre los equipos, instituciones y grupos de interés.
Tener la oportunidad de seguir de cerca el experimento #WirVsVirus nos permitió reconocer el potencial del concepto OSI como un enfoque de acción colectiva para la innovación social. Nos ayudó, también, a definir el proceso de OSI a lo largo de cuatro fases correlacionadas, pero a la vez distintas: movilización, agrupación, selección y escalado. (Véase "El proceso de innovación social abierta", más adelante).
Cada una de las fases requiere que los organizadores se dediquen a un conjunto específico de actividades que deberán estar definidas a detalle. Esto ayuda a determinar las tareas y funciones de estos y, así, visualizar el proceso de las ideas hasta llegar al resultado; asimismo marca el ritmo de trabajo de los participantes y se destinarán recursos de apoyo durante el proceso.
Durante la fase de movilización se identifican los retos, se definen los problemas y comienza la búsqueda de ideas y posibles soluciones. El éxito de esta etapa depende del compromiso de los grupos de interés hacia la convocatoria, ya que deberán comprometer su tiempo, habilidades y conocimientos en el proceso de búsqueda de soluciones.
Una de las actividades más importantes que los organizadores deben realizar es la difusión de la convocatoria la cual deberá plasmar de manera clara el reto y establecer las expectativas por parte de los grupos de interés. La convocatoria deberá responder a las preguntas de los futuros participantes: ¿cuál es el problema que hay que resolver?, ¿qué requisitos deben cumplir las posibles soluciones?, ¿qué sucede con las ideas que se generan?, ¿qué obtendrán los participantes a partir de su propuesta?, por ejemplo, ¿reconocimientos, red de contactos, o premios monetarios?
La difusión de la convocatoria pudiera parecer algo de poca importancia, pero vivimos en una era donde el exceso de información nos agobia y ser escuchados es todo un reto. La movilización implica costos, por ejemplo, contratación de personal para promover la convocatoria y gastos de publicidad en medios y redes sociales. Los organizadores deben considerar a cuáles grupos de interés dirigirse y cómo llegar a ellos más fácilmente.
Durante la convocatoria, los organizadores de #WirVsVirus plantearon distintos desafíos relacionados con la COVID-19 y, en términos generales, lograron definir los problemas. El voluntariado, la salud mental, y la digitalización de los servicios de salud fueron algunas de las 48 categorías de retos dentro de la convocatoria de #WirVsVirus; entre otras cosas, el equipo de organizadores de #WirVsVirus también publicó en su sitio web una lista de preguntas frecuentes, la cual incluía información acerca de la etapa posterior al hackatón, por ejemplo: “Estableceremos un programa de apoyo para convertir tu idea de ser un prototipo a una solución de impacto”.
Los organizadores de #WirVsVirus distribuyeron la convocatoria ampliamente, esto con el objetivo de incluir el mayor número posible de ciudadanos, fue entonces que la publicación del hackatón se compartió a través de Twitter cerca de 1,200 veces.
Una vez en la etapa de agrupación, los retos, ideas, y soluciones se combinan. Es aquí cuando comienza la experimentación al vincular problemas y soluciones. Esta etapa puede comenzar de dos maneras distintas: uno, la definición del problema está dada desde el inicio y se convoca a los participantes en torno al mismo. Pero, también, puede comenzar con un prototipo o solución previos mientras que los participantes tratan de adaptar dicha solución a los retos que presenta la convocatoria.
Para facilitar este proceso, el equipo de organizadores debe establecer un espacio para crear, desarrollar y reunir ideas. Mientras que los participantes podrán presentar sus ideas a través de plataformas digitales, esto fomenta la colaboración, alienta a los participantes a formar equipos y a trabajar en conjunto en la resolución de retos. Los organizadores deberán diseñar estos espacios y decidir si los participantes deben reunirse de manera virtual, presencial, o bien, de ambas formas.
Las reuniones de forma presencial ofrecen la ventaja de que los participantes colaboran en un entorno físico, mientras que una de las ventajas del entorno virtual es que dicha reunión puede replicarse de forma rápida y ofrecer espacio para un posible aumento en el número de participantes. #WirVsVirus se llevó a cabo de manera virtual debido a que la situación lo ameritaba así. Sin embargo, es de esperar que los eventos hackatón se sigan llevando a cabo de manera virtual, ya que a partir de la pandemia hay muchos más ciudadanos interesados a trabajar de este modo.
Reunir a miles de personas requiere una infraestructura tecnológica eficaz y #WirVsVirus utilizó Slack, un software social para trabajo en equipo. Esta herramienta permite reunir y coordinar a los participantes a través de distintos canales en torno a los desafíos. Sin embargo, al trabajar con el concepto OSI es necesario improvisar con la tecnología. Durante el primer día Slack presentó dificultades debido al gran número de participantes, entonces Stewart Butterfield director general de Slack, reaccionó con un tuit en el que señalaba que invitar a 28 mil personas pudo haber sido una “mala idea”.
El equipo de organización recurrió rápidamente a YouTube y Twitter para difundir mensajes a los participantes y explicar lo ocurrido. El problema se solucionó esa misma noche con ayuda de la comunidad de Slack y a la mañana siguiente fue posible retomar la comunicación por ese mismo medio.
Dentro de la fase de selección se eligen los conjuntos de problemas y soluciones. Esta etapa demanda cierto esmero, ya que es aquí donde se reduce significativamente el número de propuestas y participantes. En esta fase, el equipo de organizadores deberá clasificar cuidadosamente las posibles soluciones y, al mismo tiempo, encargarse de la comunidad. Es fundamental cuestionarse lo siguiente: ¿deseo continuar con un número limitado de ideas, o quiero mantener el mayor número posible de soluciones en el proceso?
Un ejemplo de lógica utilizado en las aceleradoras es elegir un número reducido de proyectos. Esto tiene la ventaja de que el equipo organizador puede concentrar los recursos de mejor forma y proveer asistencia personalizada. Sin embargo, si las ideas aún se encuentran en una etapa temprana de desarrollo, esto es una apuesta arriesgada, e incluso tomando en cuenta los parámetros de calidad, por ejemplo: antecedentes de los participantes, actividad profesional, etc. En cambio, seleccionar muchos proyectos y brindar apoyo durante un tiempo prolongado permite que estos se desarrollen y alcancen el potencial a su propio ritmo.
Además de elegir las soluciones, los organizadores deben gestionar y hacer crecer la comunidad, propiciar actividades grupales y permitir la experimentación continua. Asimismo, una buena gestión de la comunidad se centra en dos cuestiones: crear un sentimiento de pertenencia a la comunidad y en ofrecer oportunidades de aprendizaje a los participantes.
Los responsables de #WirVsVirus decidieron conservar el mayor número posible de proyectos en el proceso, ya que, en el momento del hackatón, aún no se conocían bien los problemas relacionados con la COVID-19 y la mayoría de las ideas estaban en su fase inicial. Como nos dijo uno de los organizadores: "¿Cómo íbamos a saber una semana después del hackatón qué ideas iban a despegar?"
Dentro de las 400 solicitudes recibidas para participar en el programa de apoyo posterior al hackatón, el equipo organizador eligió 130 equipos participantes y establecieron una gestión comunitaria que buscaba fomentar un sentido de pertenencia a través de actividades, protocolos y valores. En el programa de apoyo #WirVsVirus, la comunidad se reunió durante seis meses cada miércoles por la noche a través de Zoom, En promedio, entre 100 y 400 personas asistieron a cada reunión.
“El día de la solución”, así les llamaban los participantes a estas reuniones semanales, las cuales se convirtieron en un fuerte hábito gracias a que el equipo de organizadores reafirmó el compromiso de estas reuniones mediante actividades sociales, por ejemplo, poner la misma música al inicio de cada reunión virtual, capturar fotos grupales de los asistentes, y al compartir publicaciones en Twitter y crear tendencia usando al mismo tiempo la etiqueta #WirVsVirus para hacer tendencia en Twitter.
Cada miércoles durante las sesiones virtuales, los organizadores #WirVsVirus organizaron aportaciones por parte de reconocidos expertos y celebraron las historias de éxito de los equipos participantes. Y aún más importante, el equipo de organización creó grupos temáticos como la digitalización de atención médica donde cada uno de los equipos compartió su experiencia en el tema, además reflexionaron sobre los éxitos y obstáculos que han enfrentado.
Durante la fase de escalado, las soluciones deben situarse en diversas rutas para lograr el resultado esperado. Los participantes deberán tomar decisiones críticas sobre replicar el modelo: ¿se trata de un nuevo negocio social?, ¿se replicará el modelo a través del gobierno o las empresas?, ¿cederán la solución a otras instancias o la desarrollarán ellos mismos?
Los organizadores pueden apoyar a los innovadores durante el proceso de distintas maneras. Desarrollar ideas consume recursos, por ello, se pueden colocar herramientas al alcance de los participantes u ofrecer apoyo de manera concreta como algún tipo de remuneración o financiamiento. Otra manera en la que los organizadores pueden apoyar es actuar de intermediarios y hacer uso de sus contactos para enlazar a los participantes y sus ideas de proyecto con los posibles socios que deseen replicar el modelo de la solución. Esto puede realizarse de manera directa al elegir una solución y conectarla directamente con algún socio interesado o bien, de forma indirecta al crear eventos en donde los participantes expongan sus ideas e interactúen con posibles socios.
Durante la etapa inicial de #WirVsVirus, los innovadores invirtieron su tiempo, experiencia, red de contactos y en algunos casos hasta sus propios recursos financieros. La industria privada aportó recursos gratuitos para ayudar a los equipos participantes y, con el apoyo de diversas fundaciones, el equipo organizador de #WirVsVirus pudo contribuir con 32 remuneraciones para los participantes los cuales a su vez se comprometieron a trabajar al menos 30 horas semanales en encontrar soluciones.
El Ministerio Federal de Educación e Investigación contaba ya con un programa de fondos para la creación de software de código abierto. Dicho programa fue reformulado para proveer financiamiento adicional a los equipos y sus proyectos. El equipo organizador de #WirVsVirus colaboró de manera estrecha entre participantes y posibles socios. Por ejemplo, se organizaron eventos donde los equipos participantes presentaron sus ideas a organizaciones dedicadas al bienestar social; también promovieron ideas de gran potencial con posibles socios interesados en replicar el proyecto, entre ellos, agencias gubernamentales y fundaciones.
#WirVsVirus es un claro ejemplo de un suceso fuera de lo común, ya que surge en respuesta a una crisis mundial. Sin embargo, documentar el evento nos permitió entender y evidenciar el proceso de las iniciativas de OSI con lo cual ahora podemos evaluar mejor los proyectos. Por ejemplo, otras iniciativas como los concursos de innovación dan prioridad a la primera fase del proceso y valoran de manera considerable la agrupación de ideas y soluciones, pero no se dedican a seleccionar y replicar estas ideas en conjunto con los grupos de interés, lo único que se tiene en común son las convocatorias abiertas al público.
Tipos de iniciativas de OSI
Ámbito y alcance son dos parámetros que nos permiten comprender las diferencias entre las iniciativas de OSI. El alcance se refiere al número y diversidad de participantes incluidos en una iniciativa de OSI. Estas pueden ser de alcance limitado si la iniciativa se centra en un grupo específico o en un grupo pequeño de expertos, por el contrario, la iniciativa es de alcance amplio cuando moviliza a un gran número de ciudadanos de distintos grupos sociales.
El ámbito tiene relación con el número de sectores o áreas de interés de una iniciativa. Una iniciativa de OSI tendrá un ámbito limitado si se centra solamente en un sector, por ejemplo, las administraciones públicas que buscan apoyo del sector privado o bien, las iniciativas tendrán un enfoque amplio en los casos donde los organizadores reúnen a representantes de distintos sectores sociales para colaborar en la búsqueda de soluciones.
Al reunir estos parámetros se desprenden los siguientes cuatro tipos: concursos de innovación, eventos hackatón de datos abiertos, laboratorios gubernamentales y retos colectivos como #WirVsVirus. (Véase "Tipos de iniciativas de innovación social abierta", a la derecha).
Los concursos de innovación son una muestra del ámbito y alcance limitados. Tomemos como ejemplo el concurso de innovación de la NASA sobre la predicción de eventos solares. La exploración del sistema solar conlleva riesgos como la radiación solar, esto puede dañar tanto a los humanos como a las naves espaciales. Es por ello que la NASA lleva años trabajando en la predicción de eventos solares los cuales son causantes de la radiación.
Al no poder idear una solución satisfactoria, la NASA recurrió a la plataforma de innovación digital InnoCentive que se especializa en concursos de innovación y tiene a su disposición una red de unos 300 mil expertos de diversas disciplinas. Más de 500 personas de 53 países respondieron al reto y fueron 11 los seleccionados. El ganador, un ingeniero en radiofrecuencia ya retirado, recibió el premio de 30 mil dólares, ya que su solución para predecir la actividad solar fue más eficaz que los métodos con los que contaba la NASA.5
Los concursos de innovación son de gran utilidad cuando los equipos organizadores conocen bien el problema a resolver, pero no tienen éxito al desarrollar una solución. Como bien comenta Bill Joy, exdirector de tecnología de EE. UU. y cofundador de Sun Microsystems, “Las personas más brillantes del mundo no trabajan para nosotros, la mayoría ya trabaja para alguien más. El truco está en hacer que valga la pena para esas personas de fuera de tu empresa, el apoyar tu tecnología. La innovación avanza más rápido cuando otras personas trabajan en resolver el problema contigo”.6
El riesgo de utilizar este método es que algunas veces es necesario redefinir el problema para llegar a una mejor solución. Además, las iniciativas de OSI, cuya base son únicamente los concursos de innovación, pudieran no favorecer la experimentación en las combinaciones problema-solución, ya que se espera que los participantes adopten desde un inicio la definición del problema especificada en la convocatoria.
Los eventos hackatón de datos abiertos están en la categoría de ámbito limitado, pero de alcance amplio. Los gobiernos de todo el mundo tienen a su disposición bases de datos que podrían convertirse en aplicaciones para satisfacer las necesidades de los ciudadanos.7
Dado que algunas administraciones públicas les resulta difícil innovar y carecen de capacidades en materia de ciencias de la información, muchos gobiernos como los de Estados Unidos, Malasia, Polonia e India, han creado sitios web que permiten el uso de bases de datos de forma gratuita.
Para dar a conocer estas bases de datos y promover su potencial, los gobiernos y las organizaciones civiles organizan eventos hackatón para que los participantes puedan utilizar esta información y así desarrollar soluciones a problemas públicos. Un ejemplo es la ciudad de Toronto, en el 2015 coordinó un hackatón y puso las bases de datos a disposición de los participantes para buscar una solución al tráfico de la ciudad. Regularmente, un jurado se encarga de evaluar todas las propuestas del hackatón y otorga a los ganadores un generoso premio en efectivo.
Estos eventos hackatón son una buena opción cuando el equipo organizador busca crear conciencia sobre un problema en específico, por ejemplo, cómo hacer que las acciones del gobierno de una ciudad sean más transparentes y accesibles para los ciudadanos o bien, resolver el cambio climático, un desafío más complejo. Los eventos hackatón generan muchas ideas en poco tiempo. Sin embargo, “rara vez producen una innovación real y duradera” como lo señalan Anjali Sastry, profesora titular de la MIT Sloan School of Management, y Kara Penn, cofundadora de Mission Spark.8
¿A qué se debe esto? Simplemente que los organizadores no apoyan ni patrocinan las ideas al finalizar el hackatón. Entonces, uno de los riesgos de estos eventos de datos abiertos es que se crea la ilusión de que se pueden resolver los problemas en un fin de semana.
Un ejemplo de las iniciativas de OSI de ámbito limitado, pero de alcance amplio son los laboratorios de gobierno abierto. Pensar en sectores aislados y quedarse estancado en planteamientos tradicionales de resolución de problemas impide a las administraciones públicas innovar. Para hacer frente a este problema, ciudades como Boston y otros gobiernos nacionales como Dinamarca y Austria han creado laboratorios de gobierno abiertos.9
Los laboratorios de gobierno abierto intentan impulsar la innovación social al crear espacios de experimentación en contextos institucionales de carácter jerárquico y burocrático. Además, promueven nuevas formas de trabajo al utilizar los principios de elaboración de prototipos y del desing-thinking. Estas actividades fomentan la colaboración entre organismos públicos y aceleran los proyectos encabezados por ciudadanos.
Los laboratorios de gobierno abierto pueden aprovechar el conocimiento y la relación entre los distintos sectores políticos y, por ende, ofrecer a los proyectos información valiosa desde distintas perspectivas. Este enfoque de OSI es útil para los problemas que demandan experiencia y apoyo de los diversos grupos de interés.
Sin embargo, constantemente este tipo de laboratorios debe justificar su utilidad y se encuentran bajo presión adicional, de tal forma que pudieran verse obligados a crear soluciones antes de considerar cómo replicar las mismas de manera efectiva.
Finalmente, las iniciativas de OSI pueden ser de ámbito y alcance amplios, especialmente al tratar con retos colectivos. Por ejemplo, #WirVsVirus se centró en la pandemia COVID-19 y los problemas relacionados con esta crisis mundial.
#UpdateDeutschland es una iniciativa que organizó el equipo de ProjectTogether, la cual amplió aún más el alcance de estos proyectos y surge a partir de la premisa de que tanto los ciudadanos y el sector público pueden colaborar para que en conjunto identifiquen los retos, con el objetivo secundario de hacer reformas en algunas áreas del sector público en Alemania. En el mes de abril del 2021 #UpdateDeutschland reunió a 4 mil participantes en un hackatón de 48 horas donde propusieron ideas e intercambiaron información.
Los participantes fueron seleccionados de entre 320 equipos de innovadores, a su vez, fueron aceptados en un programa de apoyo con duración de 5 meses. Utilizar el método de ámbito y alcance amplios resulta útil cuando el organizador desea solicitar distintas interpretaciones o perspectivas de los retos a enfrentar, además, busca integrar a los grupos de interés para desarrollar un entendimiento en conjunto de los mismos retos y, finalmente, busca compartir la responsabilidad y el compromiso al enfrentarlos.
Este tipo de iniciativas de OSI tiene su contraparte: al finalizar el proceso pudiera haber pocos resultados que mostrar. Esto aunado a que no todas las soluciones pueden ser replicadas. Algunos procesos resultan difíciles de medir, por ejemplo, el progreso en los objetivos, el aprendizaje colectivo o bien, el cambio de ideas gracias a las colaboraciones entre distintas áreas.
Descartando suposiciones
Resulta atractivo pensar que el enfoque de las iniciativas OSI es el que genera más y mejores ideas con un costo bajo y resultados de gran impacto. Debemos advertir claramente que no se debe considerar a las iniciativas OSI como una imitación de los métodos de innovación abierta que utilizan las empresas para adelantarse a su competencia.
Para avanzar en los retos sociales hay que seguir un camino distinto. A diferencia de los desafíos empresariales, los retos sociales suelen basarse en problemas vinculados a las relaciones, y no solamente en cuestiones técnicas. En segundo lugar, las ideas de solución bien intencionadas pudieran tener efectos negativos los cuales no se solucionan tan fácil como sería retirar un producto o servicio del mercado.
Tercero, los parámetros para medir la eficacia de las iniciativas de OSI deben considerar muchas variables, y no solamente una, como es el caso de los ingresos económicos de las empresas, la cobertura del mercado, y el valor de las acciones. Abrir el proceso de innovación social y conseguir mayor participación frenará eventualmente el proceso.
En cuarto lugar, los costos pueden ser más altos que en los procesos de innovación social de las organizaciones. Y, por último, las soluciones creadas a través de las iniciativas de OSI generan beneficios y resultados en distintos momentos.
En #WirVsVirus algunas de las soluciones tuvieron efecto de manera inmediata tras el hackatón de 48 horas. Estas soluciones abordaron un problema urgente y bien definido, además desde un inicio integraron a los grupos de interés y utilizaron tecnologías sencillas y modulares.
Como en toda crisis, la pandemia evidenció los puntos débiles de las estructuras institucionales. En primera instancia, el complejo sistema de prestaciones sociales del gobierno alemán parecía estar preparado para neutralizar las consecuencias económicas del confinamiento. Si bien las pequeñas y medianas empresas tenían derecho a solicitar subsidios de corto plazo para sus empleados, la Federal Employment Agency (Agencia Federal de Empleo) no estaba lista para la marea de peticiones.
Uno de los equipos participantes en el hackatón pudo detectar este problema, y desarrolló un prototipo de chatbot llamado UDO para ayudar a los interesados durante el proceso y tan solo en las primeras semanas del programa de apoyo UDO facilitó el trámite de solicitud de subsidio a más de 3 mil pequeñas y medianas empresas.
La idea de solución antes mencionada redujo significativamente el tiempo requerido durante el proceso, comparado con el consumo de tiempo al hacerlo de manera tradicional, además tuvo influencia en otros servicios de la administración pública y se digitalizaron más procesos. La mayoría de las soluciones que nacieron durante el hackatón rindieron frutos durante y después del programa de apoyo.
Estas soluciones respondían a retos aún más complejos, requerían la participación y coordinación de los diversos grupos de interés, además de que utilizaban herramientas digitales más sofisticadas. Por ejemplo, la pandemia puso al descubierto varios puntos débiles en el aparentemente sólido sistema de salud pública.
De esta forma, durante el hackatón, varios equipos se pusieron en marcha para desarrollar prototipos de solución sobre cómo detectar rápidamente los espacios disponibles en las unidades de cuidados intensivos, o cómo contar con interfaces digitales entre los servicios de salud locales y federales para controlar la aparición y evolución de las infecciones.
Durante el proceso facilitador de soluciones se creó una alianza en torno a los problemas de salud originados por la COVID-19. Esto sucedió gracias a la creación de comunidades y el contacto directo con los grupos de interés. Estos eventos ayudaron a amplificar sus voces, a navegar a través de la burocracia de la salud pública, eficientizar procesos y redefinir las prioridades del sistema de salud público.
Los caminos fáciles para lograr un impacto son pocos. Crear una coalición y priorizar la acción colectiva sobre la individual podría retrasar el proceso de innovación social, sin embargo, este proceso colectivo amplía la posibilidad de éxito a largo plazo. Establecer y ampliar las relaciones entre los innovadores de un mismo sector y los grupos de interés de las instituciones, ayuda a transformar las prácticas y precipita el cambio en un sistema.
Desafiando la ilusión de la inclusión
Las iniciativas de OSI fomentan la integración de los grupos de interés, quienes a menudo, se les relaciona con dejar al lado o desacelerar del proceso de desarrollo y réplica de las ideas de solución para los retos sociales. No obstante, la integración de un grupo más amplio de participantes no impide que durante el proceso sucedan prácticas de exclusión ya conocidas o algunas nuevas.
Al diseñar una iniciativa de OSI entran en juego ciertas decisiones que pueden dar lugar a formas no intencionadas de exclusión. Durante nuestra investigación, detectamos tres áreas donde pudieran surgir las imparcialidades. No existe una forma óptima para resolver estas cuestiones, pero hemos aprendido que los organizadores pueden llevar a cabo ciertas acciones y así reducir el efecto contraproducente de las mismas.
Tecnología | La convocatoria determina el proceso y los resultados de las iniciativas de OSI. El planteamiento de la tecnología durante la convocatoria determinará quienes se sienten bienvenidos y quienes no. A veces, la tecnología se presenta como un elemento que facilita la búsqueda de soluciones, o bien, como un componente fundamental de las mismas.
Este contexto puede causar que los participantes den más importancia a una solución tecnológica, (“construyamos una plataforma”), y así excluir a quienes no son expertos en tecnología, pero que sí conocen el problema. Además, la elección del lugar o espacio para las actividades de interacción resulta importante, esto determina hasta qué punto la tecnología resulta fundamental como parte del enfoque de las iniciativas de OSI.
Cuando un organizador utiliza el hackatón como escenario, hablará directamente a una comunidad de expertos en tecnología, que, en Europa, es en su mayoría blanca, masculina y menor a 40 años. Una solución a esto es dirigirse intencionadamente a quienes tal vez no responderían a la convocatoria.
El equipo de #UpdateDeutschland intentó mejorar la diversidad al ponerse en contacto con sectores poco representados para invitarlos a ser promotores y difundir el mensaje sobre #UpdateDeutschland en sus redes. Los organizadores se enfocaron en la inclusión y evitaron utilizar el término “hackatón” llamando al evento como un “sprint de 48 horas”.
El cambio a un nombre más ambiguo resultó poco atractivo para los programadores. Elegir un formato de trabajo siempre afectará indirectamente sobre quienes decidan participar en él.
Competencia | Crear múltiples ideas y soluciones es parte fundamental del proceso de las iniciativas de OSI. Integrar elementos competitivos, como la elección de los ganadores del hackatón, es un recurso que favorece la motivación y permite a los organizadores demostrar el poder transformador de las soluciones. Aquí, la fuente de sesgo es quien decide o juzga la competencia.
Los responsables de #WirVsVirus designaron al jurado para premiar las 20 mejores contribuciones del hackatón. Sin embargo, el jurado era relativamente homogéneo en cuanto a su formación profesional y origen étnico. En retrospectiva, los organizadores reconocieron estos factores y la importancia de elegir a miembros del jurado de diferentes ámbitos profesionales, etnias y géneros.
El equipo organizador también puede integrar al jurado a aquellas comunidades que se vean directamente afectadas por los desafíos planteados. Por ejemplo, alguna iniciativa de OSI que aborde el tema de las personas sin hogar, puede incluir en el jurado a personas en situación de calle e invitarlas a participar en la toma de decisiones, además de recibir alguna compensación por su servicio.
Otra opción es atenuar el elemento competitivo. Los organizadores de #UpdateDeutschland se abstuvieron de celebrar a los ganadores o bien, de seleccionar las mejores ideas al finalizar el evento sprint. Al hacer esto, reforzaron el espíritu de colaboración durante el proceso de OSI, también, restaron el interés público por el evento hackatón, ya que los medios de comunicación no pudieron identificar fácilmente las historias de “éxito”.
Los equipos organizadores deben estar conscientes de que recibir un premio al concluir el hackatón tiene un efecto fuerte y motiva a los equipos a continuar en su viaje de innovación, además, ofrece ejemplos de éxito a quienes no resultaron ganadores.
Espacios de interacción | Los enfoques de las iniciativas de OSI se sustentan en la interacción social. Dichas interacciones pueden ocurrir tanto en línea como de manera presencial.Aal recurrir a las reuniones virtuales y utilizar plataformas digitales como Slack, las personas menos familiarizadas con ello, quizá no se sientan motivadas a participar.
En este sentido, es posible que además de no estar familiarizadas con estas herramientas, tampoco cuenten con acceso a internet de alta velocidad, ni dispositivos adecuados. En el futuro las iniciativas de OSI pudieran enfrentar menores obstáculos como estos, ya que la agenda política de muchos países se centra en mejorar las competencias digitales y crear mayor infraestructura.
La división territorial entre las zonas metropolitanas y áreas rurales pudiera ser otra causa de exclusión. Normalmente, los grandes acontecimientos que atraen la atención de los medios de comunicación tienen lugar en Estados Unidos, sobre todo en las metrópolis y ciudades costeras, como Nueva York, Los Ángeles y Washington D.C.
Sin embargo, #WirVsVirus y #UpdateDeutschland son claros ejemplos de que la pandemia COVID-19 nos enseñó a conectar y colaborar en línea, estos eventos también demostraron que es posible superar las barreras territoriales, ya que los participantes eran de distintas partes de Alemania. Contar con este alcance geográfico habría sido imposible si el hackatón se hubiera llevado a cabo de manera presencial en Berlín.
Compromiso como eje de apoyo
Las iniciativas de OSI no son el remedio de todos los males, y dicho enfoque no resulta efectivo para todos los retos sociales. Organizadores y participantes tendrán distintas perspectivas sobre lo que las iniciativas de OSI pueden y deben lograr, además las expectativas en los resultados pueden ser distintas para los grupos de interés.
Sin embargo, el compromiso de los grupos de interés durante el proceso de iniciativas de OSI es esencial para lograr el éxito. A continuación, se describen algunas consideraciones que pueden ayudar a los grupos de interés a tomar decisiones bien informadas sobre la posibilidad de participar en una iniciativa de este tipo.
Para los gobiernos | Las iniciativas de OSI son una invitación para que los ciudadanos y organizaciones de todos los sectores definan y busquen soluciones a los retos sociales. También es una garantía que se valoran las ideas y experiencia de los participantes. OSI es un método con el que los gobiernos pueden despertar el compromiso cívico e impulsar los lazos de solidaridad.
Actualmente, el Gobierno alemán continúa experimentando con iniciativas de enfoque OSI con los objetivos de renovar y hacer crecer el compromiso cívico, poner a prueba nuevas formas de participación política y capacitar a los ciudadanos para involucrarlos en procesos de innovación institucional.
Ahora bien, los gobiernos deberán evitar prometer en falso, así como garantizar un mínimo de apoyo y permitir que las ideas se repliquen dentro del sistema público. Además, aquellas personas que trabajen dentro del gobierno deben comprender que las iniciativas de OSI pueden ser complemento al elaborar y poner en práctica las políticas. Las iniciativas de OSI no sustituyen a una administración pública eficaz.
Para los funcionarios públicos | Las iniciativas de OSI traerán a la luz defectos del sistema burocrático y esta revelación ayudará también a catalizar los procesos de transformación que han sido esperados por mucho tiempo dentro del sector público. Los servidores públicos necesitan estar listos para aceptar el cambio.
Tanto los servidores públicos como sus equipos de trabajo deberán asegurarse de aceptar las reformas que han sido desarrolladas en conjunto por los ciudadanos y organizaciones. Evitar la resistencia al cambio resulta más fácil cuando se muestran ejemplos de cómo han funcionado dichas colaboraciones anteriormente. Además, las expectativas de rapidez para conseguir resultados tangibles deben tomar en cuenta que los ciudadanos innovadores actúan a ritmos distintos.
Para los patrocinadores | Las iniciativas de OSI resultan atractivas para abordar retos complejos o inesperados, sin embargo, requieren que los organismos de financiamiento y fundaciones se alejen un tanto de los modelos estrictos o planes estratégicos de observación para evaluar el éxito de las iniciativas de OSI.
Evaluar anticipadamente perjudica el desarrollo de un proyecto de OSI. Los patrocinadores deben invertir en la evaluación y considerarlo como un instrumento de aprendizaje, más que un gasto contable. Deben evaluar cuidadosamente si utilizar un enfoque de acción colectiva beneficia el desarrollo y réplica de las soluciones.
La efectividad de los procesos de las iniciativas de OSI puede verse afectada si los patrocinadores toman un poco de control. También deben preguntarse si pueden confiar de tal modo en los organizadores y en los participantes para dirigir todo el proceso. Deberán considerar también si están dispuestos a aceptar resultados distintos, pero igual de valiosos para la sociedad.
Para los participantes | El enfoque de las iniciativas OSI requiere un serio compromiso de tiempo y recursos. Los participantes aprenderán sobre distintas áreas, pero también se deben comprometer a conseguir resultados en un reto que quizá no sea el suyo. Si los participantes se centran únicamente en las soluciones individuales en lugar de trabajar en conjunto, puede que no se produzca un resultado duradero al tomar en cuenta la capacidad de los grupos de interés para replicar la solución. Entonces los participantes deberán preguntarse si están comprometidos con el proceso colaborativo.
Para los organizadores | Las iniciativas de OSI liberan el proceso de innovación y permiten mayor participación. Sin embargo, tener apertura y mayor participación no necesariamente hacen que la innovación social sea más inclusiva. El sesgo está presente desde su diseño y en las decisiones de estructuración de procesos y eventos, que a su vez reproducen nuevas fuentes de exclusión.
Los organizadores deberán incluir procesos continuos de retroalimentación y asegurarse así de abordar rápidamente cualquier situación que demuestre signos de exclusión.
Las iniciativas de OSI cuentan con un enfoque prometedor que fomenta la acción colectiva y el aprovechamiento de las tecnologías digitales para enfrentar los grandes retos sociales. Es necesario continuar experimentando para entender en qué casos y de qué forma funcionan las iniciativas OSI. Ejemplos como #WirVsVirus y #UpdateDeutschland demuestran el potencial de estas iniciativas.
Notas
- Véase Satish Nambisan, “Platforms for Collaboration,” Stanford Social Innovation Review, vol. 7, no. 3, 2009, y John Kania y Mark Kramer, “Collective Impact,” Stanford Social Innovation Review, vol. 9, no. 1, 2011.
- Tara McGuinness and Anne-Marie Slaughter, “The New Practice of Public Problem Solving,” Stanford Social Innovation Review, vol. 17, no. 2, 2019.
- Christian Seelos y Johanna Mair, “When Innovation Goes Wrong,” Stanford Social Innovation Review, vol. 14, no. 4, 2016.
- Anita M. McGahan et al., “Tackling Societal Challenges with Open Innovation,” California Management Review, vol. 63, no. 2, 2021.
- Andrew King y Karim R. Lakhani, “Open Innovation to Identify the Best Ideas,” MIT Sloan Management Review, vol. 55, no. 1, 2013.
- Hay varias versiones de lo que se conoce como la Ley de Joy. La primera cita se encuentra en Brent Schlender, “Whose Internet Is It, Anyway?” Fortune, vol. 132, no. 12, 1995.
- Véase Open Government Partnership: www.opengovpartnership.org.
- Anjali Sastry y Kara Penn, “Why Hackathons Are Bad for Innovation,” Fast Company, December 1, 2015.
- Christian Bason, “Design-Led Innovation in Government,” Stanford Social Innovation Review, vol. 11, no. 2, 2013.
Autores originales:
- THOMAS GEGENHUBER es un profesor de administración de transiciones sociotécnicas en la Universidad Johannes Kepler de Linz y profesor visitante en la Leuphana University Lüneburg. Sus intereses de investigación incluyen: el efecto la apertura y digitalización en la estrategia; la inovación; y el emprendimiento (social). Agradecimientos: Este artículo es el resultado de un verdadero aprendizaje entre pares: la Vodafone Foundation de Alemania apoyó este proyecto de investigación; Laura Thäter y René Lührse, investigadores asociados, nos brindaron su apoyo analítico invaluable; y los organizadores y participantes de #WirVsVirus y #UpdateDeutschland nos compartieron, con generosidad sus experiencias y puntos de vista.
- JOHANNA MAIR es una profesora de organización, estrategia y liderazgo en la Hertie School en Berlín; codirige el Global Innovation Impact Lab (Laboratorio de impacto global de innovación) en Stanford PACS, y es la editora académica de la Stanford Social Innovation Review. Es coautora, con Christian Seelos, de Innovation and Scaling for Impact: How Effective Social Enterprises Do It (Innovación y ampliación para el impacto: cómo las empresas sociales efectivas lo logran).
Este artículo es contenido original de la revista de Stanford Social Innovation Review publicado en la edición otoño 2021.