Jóvenes y familias en comunidades de alta criminalidad reciben cuidados de salud mental a través de actividades que los conectan con la naturaleza.
En el 2022, por undécimo año consecutivo, Chicago presentó la tasa más alta de homicidios en Estados Unidos con 18.4% por cada 100,000 residentes. Lo anterior es cinco veces la tasa de homicidios de Nueva York y dos veces y media la de Los Ángeles: las dos ciudades más grandes del continente americano. Tan solo en los primeros siete meses de 2023, el número de crímenes serios ocurridos en Chicago superó las cifras de 2022 por un 34%.
Sin embargo, estas crueles estadísticas nos narran solo una parte de la historia. En Chicago, los habitantes de los barrios afectados por la violencia viven sus propias pesadillas y no tienen muchas opciones para sobrellevar el día a día, mucho menos para prosperar.
En 2008, Andrea Knepper, trabajadora social clínica certificada, fundó Chicago Adventure Therapy (Terapia de Aventura de Chicago, CAT, por sus siglas en inglés), una organización sin fines de lucro que organiza deportes de aventura al aire libre con el fin de sanar y reconstruir comunidades en las zonas sur y oeste de Chicago, áreas donde se encuentra el mayor índice de crimen. La misión tuvo a manera de base el conjunto de habilidades únicas de Knepper como trabajadora social, quien también poseía múltiples certificaciones en kayak de aguas bravas, canotaje abierto e instrucción en liderazgo al aire libre.
"La mayoría de los jóvenes se ven afectados por la violencia armada, la actividad de las pandillas y los crímenes de odio", observa Knepper, quien funge como directora ejecutiva de CAT. "Brindamos terapia de aventura, la cual ayuda a los jóvenes a sanar y a reconfigurar su cerebro alterado por el trauma. CAT ofrece deportes al aire libre y prácticas clínicas como el mindfulness, o atención plena, conectando las respuestas emocionales, físicas y cognitivas del participante".
Existen investigaciones del Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y de la Asociación Americana de Psicología que respaldan la premisa de que el contacto con la naturaleza puede influir de manera positiva en la salud mental, debido a que tiene la posibilidad de disminuir el riesgo de depresión, aumentar la conexión social, facilitar y acelerar la recuperación psicológica del estrés, y reducir la violencia en la comunidad.
Sin embargo, estos beneficios no llegan a los estadounidenses de manera proporcionada. Según el Informe de Tendencias de Participación al Aire Libre de la Outdoor Foundation (Fundación de Actividades al Exterior), publicado en 2021, las tasas nacionales de recreación al aire libre de los estadounidenses son más bajas entre las personas de color: en 2020, el 46% de los estadounidenses hispanos y el 38% de los estadounidenses negros participaron en deportes al aire libre, comparados con el 74% de los estadounidenses blancos.
Al atender a los habitantes de las zonas sur y oeste de Chicago, en su mayoría afroamericanos e hispanos, CAT está aplicando un enfoque terapéutico basado en la naturaleza para ayudar a los jóvenes y adultos jóvenes a mantenerse sanos, tanto física como mentalmente, y a desarrollar un sentido de comunidad y amistad entre ellos en medio de las altas tasas de violencia que padecen sus vecindarios.
Semilleros de esperanza
Knepper comenzó CAT porque no había ningún programa parecido en Chicago. La organización sin fines de lucro inició con la recaudación de unos $7,000 en un evento presencial, lo que cubrió, básicamente, los gastos de unas pocas salidas y el seguro de 35 participantes durante su primer año.
Hoy en día, CAT opera cinco programas dirigidos a las poblaciones de diferentes comunidades. Los dos programas principales, que, aproximadamente, comprenden el 90% de los servicios de CAT, se enfocan en la juventud. El programa eje ofrece actividades al aire libre (kayak, senderismo y escalada en roca) dirigidas a jóvenes dentro de áreas como el Puerto Jackson del Lago Michigan y el río Fox. Por su parte, el programa extracurricular se lleva a cabo en planteles escolares. Ofrece instrucciones sobre actividades en el exterior, reflexiones acerca de la naturaleza y desarrollo de habilidades para el aire libre, además de viajes de aventura ocasionales fuera de las escuelas.
"Recibimos a las personas donde están en ese momento y les hacemos saber que hay otros que se preocupan por ellas".
Estos dos programas principales operan mediante colaboraciones con otras organizaciones sin fines de lucro que atienden a grupos demográficos específicos. CAT y sus socios tienen objetivos similares, pues se enfocan en proporcionar a los jóvenes de las zonas sur y oeste opciones seguras y saludables para pasar el tiempo. Las organizaciones asociadas sin fines de lucro pagan a CAT en una escala móvil, que yace determinada por sus recursos disponibles, y proporcionan transporte para el personal de supervisión y los participantes de las actividades.
En cuanto a Project Impact 180 (Proyecto Impacto 180), un programa comunitario de liderazgo y mentoría para jóvenes que viven en comunidades de alto riesgo, este ha sido socio de CAT en programas extracurriculares desde 2020. Su fundadora y directora ejecutiva, Elaine Marthel, se sintió atraída por el trabajo de CAT. Ella misma recibió ayuda de mentores de organizaciones locales mientras crecía en los barrios del oeste de la ciudad.
"Estamos sembrando en ellos una semilla de amor por la naturaleza", dice Marthel sobre los beneficios de la asociación para los jóvenes de las zonas sur y oeste. "Ver a nuestros jóvenes encontrar consuelo en un kayak, mientras se conectan con la tranquilidad de la naturaleza, es un recordatorio poderoso. En nuestros vecindarios violentos, donde los disparos son un fondo sombrío y donde esquivar balas se convierte en una habilidad, estos momentos en el agua ofrecen una línea de vida que los lleva a la esperanza y a sanar".
CAT ofrece tres programas adicionales para una amplia gama de residentes.
- Un primer ejemplo son las aventuras familiares: actividades gratuitas y dirigidas a personas en comunidades marginadas que han perdido algún familiar por causa de la violencia armada.
- También están los festivales comunitarios: iniciativas para toda la comunidad donde los voluntarios y el personal de CAT llevan equipo de exteriores a los parques, fiestas vecinales y otras reuniones para demostrar el uso de dichos equipos.
- Por último, otra opción son las comunidades de aventura: un programa que ofrece actividades al aire libre —siendo un ejemplo kayak— para exalumnos de CAT; o sea, se trata de personas que ya participaron en CAT (mas pueden no ser elegibles para los programas eje o familiares), y proceden de grupos marginados como la comunidad LGBTQ+ y los refugiados.
Los programas de CAT son gratuitos para todos los participantes. La organización sin fines de lucro ha cubierto sus gastos, principalmente, con fondos de donantes individuales, así como de fundaciones y agencias gubernamentales. Actualmente, CAT está buscando fondos sin restricciones con el fin de crear nueva infraestructura y procesos internos para expandir sus operaciones y atender a más residentes.
Para representar y atender mejor a las comunidades de color en las zonas oeste y sur de Chicago, CAT tiene a modo de prioridad la contratación de personas marginadas debido a su raza. Cuatro de los ocho miembros de su personal eran voluntarios al momento de su contratación. Cuando se abren puestos remunerados, los voluntarios son considerados para ser contratados como personal de medio tiempo y tiempo completo.
Simon Shapiro, presidente del consejo directivo de CAT, es un afroamericano que se convirtió en participante activo de la organización cuando era un adulto joven y vivía en un refugio para personas sin hogar en Chicago. El personal de CAT y The Night Ministry (El Ministerio Nocturno), una organización de servicios sociales con sede en Chicago, conocieron a Shapiro hace seis años mientras visitaban el refugio.
"Tenía muy poca confianza en mí mismo en ese momento de mi vida", dice Shapiro. "Ir a un viaje de campamento de cinco días con CAT restauró gran parte de la confianza que había perdido cuando estaba en la calle".
Aproximadamente, ocho meses después de su primer encuentro con el personal de CAT y Night Ministry, Shapiro encontró una vivienda estable. Tras un año fue seleccionado como voluntario gracias al potencial de liderazgo que demostró. Ahora, a sus 26 años, está próximo a concluir una carrera universitaria y tiene un trabajo de tiempo completo en servicios financieros.
En la actualidad, Shapiro utiliza las habilidades de liderazgo que cultivó en CAT para desarrollarlas en otros participantes del programa. "Es más fácil para los participantes dar el primer paso cuando están con personas de su propia comunidad", explica. "A menudo, somos el único grupo con remadores o escaladores afroamericanos e hispanos que ofrece un espíritu de aliento no solo para los deportes al aire libre, sino también para enfrentar los desafíos de la vida en general, incluida la violencia que padece la comunidad".
Comunidades terapéuticas
Los elementos terapéuticos de los programas de CAT se manifiestan de manera orgánica con el tiempo, y son el resultado positivo del cuidado constante y la confiabilidad del personal de CAT y sus socios. El sanar no obedece a un dictamen, solo ocurre cuando los participantes sienten confianza y respeto entre los grupos de participantes dentro de la comunidad.
"Dejamos que las relaciones se formen y que el proceso de compartir ocurra de manera natural", dice Zorbari Nwidor, director ejecutivo asociado de CAT. "Creamos un espacio seguro y dejamos que el participante que ha enfrentado trauma hable, o no, al respecto. Recibimos a las personas donde están en ese momento y les hacemos saber que hay otros que se preocupan por ellas".
CAT y sus socios llaman a este espacio seguro un "recipiente" donde los participantes pueden compartir los traumas experimentados, y no es inusual que los jóvenes asistan a una actividad mientras se recuperan de la violencia armada. En ese recipiente no existe la expectativa de que los participantes revelen su trauma.
Nwidor compartió la historia de un joven de 16 años que había recibido un disparo una semana antes de participar en un programa de canotaje: "Como aún tenía una bala alojada en su cuerpo, lo colocamos en el centro de la canoa para que, aunque no tuviera que remar, pudiera, de todos modos, encontrar paz en el agua".
La práctica clínica del mindfulness, o la atención plena, está al centro de la terapia de aventura de CAT y es incorporada en sus programas. "La mayoría de nuestras intervenciones giran en torno al trauma que experimentó un participante", explica Knepper. "Cuando nuestros jóvenes aprenden a realizar un rescate en kayak o quedan atrapados en el punto crítico de una escalada, tienen que hacer una pausa porque no existe la opción de reaccionar con lucha o huida. Dicha pausa los ayuda a acceder al córtex cerebral, pues no va directamente a la acción inmediata, sino que reconfigura un cerebro que ha sido alterado por un trauma crónico".
Tras pasar de atender a 35 personas, en 2008, hasta a más de 1,200 en 2022, CAT ha demostrado que desempeña un papel crucial dentro de las comunidades que atiende. Cuenta con datos internos que indican, aproximadamente, que el 80% de los participantes han asistido a cuatro o más salidas. Un aspecto definitorio de la programación de CAT se enfoca en producir resiliencia: los programas están estructurados para ayudar a los participantes a desarrollar perseverancia, fuerza y coraje, lo cual les será útil en el futuro.
Autora original:
- Kathy O. Brozek es consultora para organizaciones orientadas a una misión y autora de The Transformation of American Agriculture (La transformación de la agricultura estadounidense). Su trabajo ha aparecido en The Guardian, Community Development Investment Review y GreenBiz.com.
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Este artículo es contenido original de la Revista Stanford Social Innovation Review publicado en la edición invierno 2024.
Traducción del artículo Adventures in Healing por Leslie Cedeño.
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