Los inmigrantes y solicitantes de asilo se enfrentan a un proceso largo y traicionero. Deben afrontar no sólo las políticas de la administración actual, sino también la barrera del idioma.
"Hablamos del muro de Trump, pero sinceramente ya existen muros de palabras y de papel, así que la idea de un muro es redundante", dice Ariel Koren, fundador de Respond Crisis Translation. Respond fue creada en octubre de 2019 por un colectivo de traductores e intérpretes profesionales dedicados a lo que llaman "justicia lingüística." En asociación con organizaciones de base de migrantes y organizaciones sin fines de lucro como RAICES y Al Otro Lado, ofrecen traducción pro bono de documentos legales y testimonios, así como servicios de interpretación para clientes en centros de detención en Estados Unidos y México. En mayo de 2020, tradujeron 8,500 páginas de documentos y atendieron a 875 clientes.
Los voluntarios de Respond esperan dar a los inmigrantes y a los solicitantes de asilo una oportunidad justa para defender sus reclamaciones y presentar sus argumentos legales para permanecer en Estados Unidos. Según un estudio del Centro de Investigación Pew de 2018, más de 44 millones de inmigrantes viven en Estados Unidos y uno de cada siete residentes estadounidenses ha nacido en el extranjero. La mayoría están integrados y hablan inglés, pero muchos necesitan ayuda para navegar por las estructuras burocráticas estadounidenses. Aunque Estados Unidos es uno de los países con mayor diversidad lingüística del mundo, es extraordinariamente inflexible en lo que respecta al idioma. Exige, por ejemplo, que todas las pruebas de asilo se presenten en inglés, lo que hace casi "imposible para los no angloparlantes navegar por sus sistemas", dice Koren.
"La mayoría de los inmigrantes, si no todos, sufren barreras lingüísticas sin la ayuda de traductores e intérpretes porque no pueden entender lo que ocurre o [no] tienen la capacidad de expresarse plenamente ante el juez o el funcionario responsable del asilo", explica Aida Farahani, coordinadora de abogados pro bono en RAICES, afincada en Texas.
El trabajo requiere mucho más que el dominio del idioma. También se requiere un profundo conocimiento de los contextos sociales, políticos, históricos y culturales del país del que procede el inmigrante, para poder defender eficazmente el estatus legal de esa persona en los tribunales. "El traductor puede hacer toda la diferencia en el caso", dice Leticia Morales, que dirige la Comunidad Nicaragüense de Texas, una organización en Houston que trabaja estrechamente con Respond.
Cuando la Organización Mundial de la Salud declaró el nuevo coronavirus como pandemia en marzo —apenas cinco meses después del lanzamiento de Respond— esta red se posicionó rápidamente como un equipo de respuesta rápida. Enseguida ampliaron su alcance para proporcionar información y recursos en 78 idiomas, entre ellos el mandarín, el vietnamita y dialectos indígenas como el quiché (o k'iche'). Respond también amplió sus servicios: traducen las medidas oficiales de orientación sanitaria, desde cómo lavarse las manos hasta cómo solicitar al gobierno la liberación de los inmigrantes retenidos en centros de detención que corren el riesgo de exponerse al virus. Traducen un amplio abanico de recursos sobre prestaciones, desde documentos sobre cómo realizar una solicitud de empleo hasta aquellos sobre cómo inscribir a los niños en la educación a distancia. Los intérpretes de Respond también ofrecen asistencia telefónica para necesidades más inmediatas, como ayudar a los migrantes a concertar citas médicas, denunciar la violencia doméstica y acceder a ciertos servicios.
Con el aumento de las ofertas debido a la COVID-19, Respond vio un aumento de voluntarios, de unos cuantos al día en enero, a tener cientos de ellos por hora tres meses después, en medio de la pandemia. Con la incorporación de cientos de nuevos y diversos traductores e intérpretes, Respond pudo invertir en más idiomas y expandirse fuera de Estados Unidos. Un equipo de traducción al árabe, por ejemplo, trabaja ahora en Europa, Oriente Medio y el norte de África.
Algunos de los voluntarios más calificados han encontrado incluso trabajo remunerado con Respond, gracias a una reserva muy limitada de fondos recaudados por donaciones individuales. La organización espera seguir ofreciendo estos trabajos temporales durante la COVID-19. En un futuro próximo, Respond planea recaudar fondos y solicitar subvenciones financiadas por organizaciones que estén en consonancia con sus valores.
Muchos de los miembros del equipo de Respond son también inmigrantes, como Fernanda de Oliveira, que dirige el equipo de portugués brasileño y que fue testigo de cómo sus propios parientes de Brasil intentaban alcanzar y fracasaban en la búsqueda del sueño americano tras ser detenidos y deportados. Oliveira espera, a través de su trabajo con Respond, utilizar el idioma para un bien mayor. "Sé que un idioma puede ser una herramienta poderosa para excluir a la gente", dice, "pero yo prefiero utilizarlo como una herramienta inclusiva para construir puentes y conectar a la gente".
Autores originales:
- Yula Rocha es una periodista y consultora de medios brasileña. Después de una década de corresponsal en EUA, ahora informa desde Londres.
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Este artículo es contenido original de la revista de Stanford Social Innovation Review publicado en la edición otoño 2021.
- Traducción del artículo Language Justice por Gerardo Piña.
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