Durante décadas, la sociedad civil ha enfrentado las problemáticas sociales, sin recurrir a la política. Ahora, un nuevo enfoque busca revitalizar la democracia mediante la innovación social.
En 2020, en medio de una pandemia mundial y una ola de protestas antirracistas inspiradas en el movimiento estadounidense Black Lives Matter (Las vidas negras importan), la incipiente organización alemana sin fines de lucro JoinPolitics preparó a su primer grupo de ciudadanos motivados para entrar al mundo de la política. La organización sigue un modelo típico de empresa social mediante el cual busca, selecciona y apoya a talentos políticos con ideas innovadoras para fortalecer la democracia en diferentes regiones y niveles de gobierno. El grupo seleccionado cumple un programa de seis meses que incluye financiamiento y formación en diversas habilidades, como la gestión de una campaña, así como acceso a una amplia red de políticos, empresarios, organizaciones de la sociedad civil y fundaciones.
En el programa, los participantes pueden llevar a cabo sus ideas, como impulsar proyectos de ley para empoderar a personas apátridas, crear grupos de presión para defender los intereses de una comunidad con poca representación, o consultar a organismos gubernamentales para contratar personal de grupos minoritarios. Las soluciones que desarrollan abordan una serie de problemas sociopolíticos que han hecho que la democracia alemana sea vulnerable al deterioro, como la creciente polarización, el populismo de la derecha, la injusticia social y desigualdad, y el estancamiento de procesos y estructuras. JoinPolitics está expresamente a favor de la democracia, pero no es partidista. Apoya a los talentos que pertenecen a un espectro de partidos políticos, así como a los que no tienen afiliación partidista, pero no se involucra con partidos no demócratas ni antidemocráticos.
Caroline Weimann fundó JoinPolitics en 2019 tras trabajar en una fundación alemana para abordar retos sociales. Su transición de donadora a emprendedora social surgió al darse cuenta de que “las grandes interrogantes de nuestro tiempo, ya sean las desigualdades sociales o el cambio climático”, afirma, “tendrán que resolverse a nivel político.”
Para Weimann, al igual que para otros, la innovación social debe entrar en la política para desplegar todo su potencial. JoinPolitics se aparta de la práctica convencional de la innovación social que reconoce el papel de la política en la creación de un entorno favorable para el sector, pero no da prioridad a los cambios en el sistema político.
Por lo general, la práctica de la innovación social se ha detenido a las puertas de los sistemas políticos. Por el contrario, JoinPolitics promueve la innovación para arreglar o reconfigurar elementos del sistema político, de manera que la innovación social se desprenda de la narrativa dominante que la ha divorciado del ámbito político. La organización sin fines de lucro y sus talentos políticos se centran en encontrar soluciones a las crecientes amenazas contra los principios democráticos de justicia, igualdad, representación y participación ciudadana en Alemania.
Al investigar este compromiso político poco convencional en seis continentes, descubrimos que las amenazas a la democracia y la preocupación por la desestabilización que impulsan iniciativas como JoinPolitics son omnipresentes. Como expertos en organización, analizamos informes que documentan el estado de la democracia y hablamos con profesionales de la administración pública, el sector empresarial, el mundo académico, la sociedad civil organizada y la política. En este último año, hemos realizado más de 50 entrevistas con expertos y actores que forman parte de una amplia gama de actividades similares a las que realiza JoinPolitics.
Una de ellas es #FixPolitics en Nigeria, fundada en 2020 por Oby Ezekwesili, una experta en políticas públicas, humanitaria y cofundadora de “Transparency International” (Transparencia Internacional). La organización sin fines de lucro aspira a crear una democracia que funcione para todos al educar y motivar a los ciudadanos marginados a ejercer sus derechos civiles, fomentar reformas electorales y formar a políticos que favorezcan la democracia. También en este caso, los graves problemas de la democracia, como la falta de inclusión política, la desigualdad educativa o la injusticia social, son fundamentales para el trabajo de #FixPolitics.
JoinPolitics y #FixPolitics ejemplifican una tendencia mundial para revivir los principios democráticos a través de la innovación liderada por ciudadanos. A lo largo de la última década han surgido iniciativas similares: el “National Democratic Institute” (Instituto Nacional Democrático), que forma líderes en la administración pública en los Estados Unidos; el “Innovation in Politics Institute” (Instituto de Innovación en Política), que facilita el intercambio de buenas prácticas de innovación entre las fronteras y los partidos políticos en Europa; la organización sin fines de lucro “Keseb”, que busca construir un ecosistema global de emprendedores prodemocráticos en Brasil, India, Sudáfrica y Estados Unidos; y el “Netherlands Institute for Multiparty Democracy” (Instituto Holandés para la Democracia Multipartidaria), que estableció una red de escuelas de democracia en Europa, Asia, África y América Latina.
Estas iniciativas comparten el deseo de que la innovación social “se una a la política”. Lo que hacen y cómo funcionan son referentes de lo que llamamos innovación política: la práctica dirigida por los ciudadanos de diagnosticar problemas en el sistema político y trabajar de manera colectiva para encontrar soluciones con el objetivo de fortalecer y revitalizar la democracia. Los esfuerzos de estas iniciativas responden directamente a amenazas críticas para la democracia, incluido el repunte del autoritarismo. En 2022, por primera vez en casi dos décadas, en el mundo hubo más Estados autocráticos que democracias.
Ese mismo año, el informe de resultados globales de la fundación Bertelsmann Stiftung clasificó a 70 de 137 países como autocracias y declaró a otros 11 como “democracias altamente defectuosas” vulnerables a convertirse en autocráticas. En 2021, la organización estadounidense sin fines de lucro Freedom House informó de un nuevo punto álgido en la “recesión democrática” mundial de los últimos 15 años: los países en los que la democracia se ha deteriorado superaron en número a aquellos “con mejoras por el mayor margen registrado desde que comenzó la tendencia negativa”.
Además, la actual crisis mundial de salud pública agravó muchas tendencias antidemocráticas, como la normalización de los estados de excepción y la extensión del poder estatal a la vida privada de los ciudadanos.1 Los movimientos populistas siguen dividiendo a las sociedades y, según el “Democracy Index” (Índice de democracia) del año 2021, hasta los países con democracias “estables” obtuvieron una puntuación baja en lo que respecta a la participación ciudadana.2 Además, mientras que los jóvenes se vuelven más activos en la política, los políticos en puestos influyentes siguen representando a los grupos de edad e intereses de las personas de 50 años en adelante.
La falta de representación política, percibida o real, también puede contribuir al aumento de la desconfianza de los ciudadanos en los gobiernos y los políticos democráticos.
De acuerdo con los datos del estudio “Edelman Trust Barometer” (Barómetro de Confianza Edelman) del año 2022, realizado en 28 países, el 42% de los ciudadanos de todo el mundo desconfía de los líderes gubernamentales y el 48% considera que el gobierno es una fuente de división.
A pesar de estas deficiencias, los innovadores políticos consideran que la democracia es la forma de gobierno más adecuada para garantizar el orden político, el desarrollo económico y el progreso de la sociedad. Su opinión refleja las preocupaciones y preferencias de la sociedad. Según un estudio realizado en 2021 por la organización More in Common y la fundación Robert Bosch Stiftung, el 93% de la población alemana estaba a favor de los principios democráticos, aunque una de cada dos personas no se sentía representada en el gobierno.3 Sin embargo, las opiniones sobre lo que constituye exactamente una democracia estable y funcional varían, y esa variación determina la forma que adopta la innovación política, ya sea como reforma sistémica o como transformación.
Al tratarse de un campo incipiente, la innovación política corre el riesgo de fragmentarse debido a la falta de una definición y una terminología establecidas. Ahora, a medida que aumentan los esfuerzos globales por apuntalar la democracia en todo el mundo, hemos llegado a un momento crítico en el que el campo necesita consolidación, y nuestro papel como estudiosos de la organización es proporcionar un lenguaje y una estructura en términos de lo que es y lo que no es la innovación política. Por lo tanto, en este artículo definimos los contornos del campo, ofrecemos claridad conceptual y mostramos sus vínculos con la innovación social.
De lo social a lo político
La innovación política nos alienta a pensar que el cambio social y el cambio político están interrelacionados, no disociados. Lo político en la innovación política establece el contexto del trabajo en la política y el sistema político; la política incluye la participación ciudadana (con p minúscula), así como la participación formal en las instituciones políticas (con P mayúscula). La innovación se refiere al proceso de diagnosticar problemas, desarrollar ideas y experimentar con ellas, así como implementar y adaptar soluciones. Las soluciones pueden materializarse en forma de productos, métodos o tecnologías para resolver un problema o promulgar nuevas prácticas políticas.
La innovación política abarca cambios en la forma en que practicamos la democracia y en la infraestructura que la hace operativa.
Consideramos la innovación política como un esfuerzo continuo y colectivo para garantizar que la democracia siga siendo un sistema operativo eficaz y adecuado para lograr el orden y el progreso social.
Por lo tanto, la innovación política no está aislada sino que es congruente con una comprensión amplia de la innovación social, la cual va más allá de reconocer su potencial para influir en la vida económica y política a través del cambio social. Por el contrario, hace de la reforma o transformación de los órdenes políticos un elemento central de la innovación social.4 Así, una visión más amplia de la innovación social incorpora la innovación política como una práctica adaptada al cambio político.
Los desafíos a la democracia, así como las soluciones innovadoras a estos desafíos, existen desde hace tanto tiempo como la propia democracia. En reconocimiento de esta historia, la innovación política complementa y aumenta tres enfoques establecidos desde hace tiempo para el trabajo a favor de la democracia: la innovación democrática, el activismo político y la iniciativa empresarial política.5
La innovación democrática forma parte del diseño de instituciones democráticas.6 Implica soluciones complejas a problemas de participación igualitaria en los procesos de toma de decisiones políticas. Por ejemplo, en los últimos 20 años, las asambleas ciudadanas han surgido como una destacada innovación democrática en Europa Occidental. Estas asambleas están formadas por ciudadanos seleccionados por sorteo que deliberan sobre un problema político para buscar una solución para todos los ciudadanos. Del mismo modo, el auge del voto electrónico o de los presupuestos participativos (presupuestos públicos decididos por los ciudadanos) ofrecen ejemplos de innovación democrática e importantes innovaciones que promueven elementos de democracia directa. Así pues, la innovación democrática proporciona las herramientas tecnológicas que ayudan a democratizar los procesos deliberativos en los órganos de gobierno u otras organizaciones, es decir, cómo se toman las decisiones. En cambio, la innovación política se centra más en las personas y las agendas políticas, es decir, quién decide qué esfuerzos se emprenden y por qué.
El segundo enfoque, el activismo político, desafía el orden político existente y, cuando tiene éxito, sacude el sistema vigente. Pensemos en las protestas prodemocráticas de la Primavera Árabe que intentaron derrocar regímenes de opresión, empezaron en Túnez y de inmediato se extendieron por Oriente Medio y Norte de África. El activismo político utiliza métodos como la movilización de grupos de base y virtuales, protestas, peticiones y campañas para lograr una transferencia de poder del Estado al pueblo, que actúa como agitador al margen de las estructuras políticas formales.7 La innovación política, por su parte, trata de mantener y mejorar el sistema mediante soluciones sistémicas internas.
El tercer enfoque, la iniciativa empresarial política se ocupa de la creación de nuevos partidos políticos o coaliciones para llenar vacíos en el espectro político democrático.8 Se puede pensar en nuevos partidos como Pirate Party o Volt, ambos operan principalmente en Europa, que desafían las formas tradicionales de creación, organización y gestión de los partidos políticos. Aunque la innovación política puede incluir la formación de un nuevo partido, también incluye los esfuerzos por mejorar y cambiar los partidos existentes.
La práctica y los protagonistas
La práctica de la innovación política integra algunas de las actividades asociadas a los enfoques establecidos del trabajo prodemocrático, pero las alinea con la innovación social. A modo de ejemplo, la iniciativa del emprendedor social Max Oehl llamada Brand New Bundestag surgió más o menos al mismo tiempo que JoinPolitics, ambos en respuesta a los mismos problemas sociopolíticos en Alemania, pero hace hincapié en dimensiones políticas diferentes. Inspirada en el movimiento estadounidense Brand New Congress para elegir personas de la clase trabajadora para ocupar puestos de representación popular, la organización utiliza la movilización de base para apoyar la elaboración de políticas sociales progresistas y las campañas de candidatos políticos que defienden los intereses de comunidades marginadas.
Brand New Bundestag conceptualiza intencionalmente el “progresismo” como no partidista, fuera de afiliaciones partidistas, en su misión por desarrollar una política “preparada para el futuro” que facilite la colaboración a través de las líneas partidistas, así como con independencia de ellas. En 2022, Oehl fue nombrado miembro de Ashoka en reconocimiento a su enfoque innovador del trabajo en favor de la democracia, el cual combina las fuerzas del activismo de base y la política formal. Asimismo, Christiana Bukalo, uno de los talentos de JoinPolitics y fundadora de la organización sin fines de lucro Statefree, recibió una beca Echoing Green por sus esfuerzos para empoderar a las personas apátridas a través del cambio legislativo, primero en Alemania y después a nivel de la Unión Europea.
Las características que definen a este campo son: la determinación de volver a fundamentar la política en principios democráticos y dirigirse a los ciudadanos como protagonistas de la democracia. La primera diferencia la innovación política de los esfuerzos por socavar la democracia. La segunda revierte las tendencias inherentes a formas de populismo en las que los líderes supuestamente representan a los no representados, asegurándose de que estos participen de manera activa en los procesos democráticos de toma de decisiones.
En el centro de la innovación política como campo de práctica se encuentran los innovadores, los orquestadores y los facilitadores. En conjunto, hacen que la innovación política sea un esfuerzo colectivo con agencia distribuida, basado en una voluntad compartida de buscar acceso al sistema político e intervenir de forma constructiva en él.
Innovadores | Estos actores son ciudadanos orientados a la búsqueda de soluciones e iniciativas de la sociedad civil. Asumen un reto social para buscar el cambio en los sistemas políticos a partir de la acción. Sin embargo, en lugar de actuar como agitadores externos, asumen responsabilidades, desarrollan e introducen soluciones acordes con los principios democráticos. Sus soluciones abordan diversos problemas de la democracia y pueden materializarse de diversas formas, tales como un programa para reclutar mujeres para cargos políticos con el fin de lograr la paridad en el gobierno, una serie de talleres de formación política para las administraciones públicas o una red de cabildeo político para artistas con el fin de aumentar el poder político de este grupo habitualmente impotente.
Los innovadores realizan múltiples actividades para abordar los problemas que se crean en el ámbito político y que, por tanto, deben resolverse mediante el trabajo político. Estas actividades incluyen: apoyo, asesoría, gestión de redes de trabajo, educación política, capacitación e investigación.
Sin embargo, los innovadores suelen carecer de los fondos y la influencia necesarios para establecer innovaciones en la práctica política, ya que no están estructuralmente integrados en el sistema político. A veces recurren al partidismo, en concreto, a las conexiones personales con los cargos electos a través de la afiliación activa a un partido. Pero, sobre todo, confían en otro tipo de actores en el campo, los orquestadores, para que les proporcionen la estructura de apoyo necesaria para institucionalizar sus ideas.
Orquestadores | Estos actores construyen y coordinan el campo de la innovación política. Configuran la dinámica entre los distintos actores y la esfera política coordinando el flujo de recursos, ideas y personas dentro del campo. Su mandato consiste en profesionalizar el trabajo de la innovación política. Es importante destacar que los orquestadores abren la comunicación entre los innovadores de la sociedad civil y la política, y facilitan la institucionalización de la innovación haciendo que las ideas se adapten a la política
Organizadores como JoinPolitics, Brand New Bundestag y #FixPolitics, así como Tous Elus y Académie des Futurs Leaders (Francia) y Keseb (Estados Unidos) comparten la idea de que el sistema político necesita mejoras. Ello impulsa su aspiración de sistematizar los esfuerzos existentes, pero quizá desarrollados de manera insuficiente. La variedad de sus esfuerzos ilustra las posibles respuestas a la representación desigual y la insuficiente participación ciudadana en los distintos países. Estos orquestadores tienden puentes hacia la política y los cargos políticos para los innovadores que fortalecen la democracia. En muchos casos, sus nombres indican lo que cada grupo cree que es la mejora necesaria para la democracia en sus respectivos países, ya sea un mejor acceso a la política (JoinPolitics), un órgano parlamentario representativo de manera igualitaria (Brand New Bundestag), reformas estructurales (#FixPolitics), inclusividad (Keseb, que significa “del pueblo” en la antigua lengua ge‘ez del sur de Siberia) o legitimidad (Tous Elus, que significa “todos elegidos” en francés).
Facilitadores | Los financiadores de este campo son, en su mayoría, actores filantrópicos poco convencionales, en el sentido de que adoptan la postura política y prodemocrática, pero no necesariamente todos los puntos de vista políticos de las iniciativas apoyadas. Por lo general, la filantropía en Europa Occidental ha invertido en política de forma indirecta —por ejemplo, financiando a organizaciones de la sociedad civil que buscan el cambio político—, pero se ha abstenido de otorgar apoyos económicos y subsidios directos a causas políticas propiamente dichas. En países como Alemania y el Reino Unido, las fundaciones están incluso obligadas por ley a abstenerse de financiar los esfuerzos de personas e instituciones que forman parte de la estructura política formal.
Contrario a esta norma del sector, los filántropos y las fundaciones que participan en la innovación política apoyan a los innovadores y orquestadores porque pretenden lograr el cambio social a través del cambio político formal. Aunque a menudo favorecen los modelos de organización empresarial recurrentes en la innovación social, estos facilitadores se posicionan abiertamente como políticos y prodemocráticos.
Su enfoque sobre la innovación política se basa en dos pilares: ofrecen apoyo durante períodos más largos de lo habitual en la innovación social, y utilizan métodos como la colaboración masiva, mejor conocida como crowdsourcing, para identificar iniciativas merecedoras de financiamiento. Entre los facilitadores que hemos identificado se encuentran fundaciones que llevan mucho tiempo interesadas en la democracia, como la Open Society Foundations, la Fundación William and Flora Hewlett y la Fundación Ford. Además identificamos fundaciones que se han vuelto activas en innovación política en los últimos años, como Luminate (parte de la Red Omidyar), la Fundación Schöpflin, la Fundación Hertie, la Fundación Alfred Landecker, la Fundación Obama, la Multitudes Foundation y la Fundación Daniel Sachs. Las dos últimas representan esfuerzos filantrópicos para llenar el vacío de recursos entre las iniciativas de la sociedad civil y el poder político. La Fundación Obama, por ejemplo, gestiona una serie de programas de financiamiento destinados a fortalecer la democracia y el desarrollo del liderazgo en la administración pública y la política.
Las actividades de los distintos actores pueden coincidir, pero cumplen objetivos diferentes. Para los innovadores, actividades como la gestión de redes de trabajo, educación política y capacitación son parte del proceso de generación de ideas y conocimientos, mientras que los orquestadores las emplean para construir el campo de la innovación política. Del mismo modo, los orquestadores adquieren y distribuyen recursos en el campo con el objetivo de ayudar a los innovadores a organizar sus esfuerzos para, en última instancia, hacer que las ideas sean aptas para su implementación, mientras que los habilitadores proporcionan los recursos necesarios para que el campo crezca y se sostenga a sí mismo.
Democracia en acción
El trabajo de los actores adopta diferentes formas, actividades y prácticas. Para comprender cómo funciona la innovación política y cómo genera impacto, nos parece útil profundizar en la labor democrática y las rutas de impacto características de la innovación política. Nuestra investigación identificó en concreto tres enfoques de dicha labor que, en conjunto, explican cómo la innovación política fortalece la democracia. Los innovadores y los orquestadores difieren en si adoptan uno o varios enfoques. Estos son útiles para identificar a las partes interesadas y ayudar a los financiadores a invertir y desarrollar carteras de financiamiento.
El trabajo centrado en los ciudadanos moviliza a quienes están o se sienten excluidos del sistema político.
En su mayoría, este trabajo consiste en traer de vuelta a los ciudadanos y a la sociedad civil a la política y suele basarse en campañas que organizan a los ciudadanos para que ejerzan sus derechos (votar) o participen en política (postularse a cargos de elección popular). Entre los ejemplos de este tipo de trabajo se incluyen las ideas de crowdsourcing para el cambio en la política o proporcionar educación política al público a través de campañas de educación de los electores, juegos de simulación o talleres.
El trabajo orientado en los líderes tiene el objetivo de identificar y cultivar el talento político. Esta labor suele tratar de diversificar la reserva de talento político mediante la búsqueda de grupos con poca representación y el acercamiento a ellos vía intentos de superar la tendencia de jerarquía e inercia de las carreras políticas a través de diversas actividades de capacitación y apoyo. El trabajo centrado en los líderes suele basarse en la creación o utilización de academias, incubadoras o centros de formación ya existentes. Algunos ejemplos son la selección y formación de candidatos a puestos públicos procedentes de grupos con poca representación y, en ocasiones, el financiamiento de las candidaturas. Un actor establecido en esta línea de trabajo es Apolitical, que coordina y autoriza una red mundial de instituciones de formación en liderazgo político. A través de su rama de emprendimiento social, la organización ofrece cursos gratuitos de elaboración de políticas desarrollados en colaboración con los gobiernos y pone en contacto a líderes políticos y funcionarios públicos para fomentar el aprendizaje entre pares.
El trabajo centrado en la estructura pretende dar forma a la infraestructura de la democracia y a las normas que la rigen. Puede centrarse en las políticas que no abordan como es debido los problemas relacionados con la democracia a distintos niveles. También puede tratar de cambiar las normas de la administración pública (por ejemplo, la representación de las minorías) o las leyes a nivel regional o nacional.
#FixPolitics lleva a cabo una labor de democracia estructural mediante la búsqueda de reformas constitucionales y electorales integrales en sus instituciones legislativas, ejecutivas y judiciales. La organización demuestra cómo los agentes de la innovación política pueden atender a más de una categoría de la labor democrática: la estrategia triangular de #FixPolitics también incluye la gestión de campañas públicas y programas para formar un electorado nigeriano competente (trabajo dirigido a los ciudadanos) y la gestión de una escuela de formación política (trabajo centrado en los líderes).
Las tres palancas de la democracia trabajan para fomentar el cambio en el sistema político y crear impacto a lo largo de dos rutas principales: la reforma de la democracia y la transformación de la democracia. Ambas rutas son coherentes con un enfoque gradual y poco sistemático del cambio destinado a rejuvenecer la democracia en lugar de sustituirla.
Los esfuerzos que siguen la ruta de la reforma tienen como objetivo actualizar el sistema operativo para fortalecer la democracia. En otras palabras, estas iniciativas buscan ampliar el sistema haciéndolo más inclusivo, representativo, justo y equitativo, manteniendo intacta su arquitectura. Tales esfuerzos podrían consistir en garantizar que las instituciones políticas existentes representen mejor a la población y que los servicios públicos reconozcan y respondan de manera adecuada a las necesidades de los ciudadanos. En esta ruta de reforma, las instituciones políticas existentes son herramientas para el cambio. Pensemos, por ejemplo, en la elección de representantes de las minorías para aumentar su representación en un gabinete.
Tiaji Sio, uno de los talentos de JoinPolitics, cofundó la iniciativa DIVERSITRY, la cual apunta hacia la reforma, abordando los procesos y la representación antidemocráticos en las instituciones públicas alemanas. Tomando en cuenta la experiencia de Sio como funcionaria pública en el Ministerio Federal de Asuntos Exteriores, el equipo de DIVERSITRY formó una red interdepartamental de personas de color que trabajan en la administración pública. Asesoran a los ministerios sobre cómo mejorar la representación y la justicia en la contratación y la formulación de políticas. La iniciativa australiana Politics in Colour también aborda las desigualdades raciales en las instituciones públicas. Esta organización forma y apoya a mujeres de color, incluidas mujeres indígenas con poca representación, para que se conviertan en funcionarias públicas o políticas, lo que les permite llevar los intereses de sus comunidades al ámbito político.
Los esfuerzos y las iniciativas que siguen la ruta de la transformación tienen el objetivo de reconfigurar el sistema operativo. Estos intentos parten de la base de que las instituciones actuales no son del todo adecuadas para su propósito y necesitan algo más que una simple actualización o un ajuste a las circunstancias actuales: requieren un cambio estructural. En esta ruta, las instituciones existentes son el objeto, y no el medio del cambio. Tous Elus sigue esta trayectoria, plasmada en su lema de que le corresponde al pueblo (re)inventar la democracia; su eslogan, “la démocratie n’existe pas, à nous de l’inventer” se traduce como “la democracia no existe, nos toca inventarla”. Tous Elus organiza sus actividades en torno al principio de legitimidad democrática. Al igual que #FixPolitics, Tous Elus educa al público y forma a jóvenes de comunidades marginadas de la política para que adquieran conocimientos políticos, ejerzan sus derechos democráticos y entren en la política postulándose a puestos de elección popular.
El futuro del sector
Si bien los enfoques de trabajo y sus rutas proporcionan información sobre el impacto potencial de la innovación política, la evaluación de la actividad política es sin duda, en palabras de Steven Teles y Mark Schmitt, un “arte esquivo”.9 Las herramientas habituales para evaluar y comunicar el impacto de la innovación social no se pueden implementar a la innovación política porque el progreso y el cambio se producen en patrones no lineales e interrumpidos.
Pero aunque sea imposible desarrollar indicadores de implementación universal para captar y comparar el impacto de los distintos tipos de trabajo e itinerarios, el seguimiento de los avances es importante para las organizaciones individuales y para el ámbito de la práctica.
Las tres categorías de trabajo que hemos esbozado ayudan a definir medidas significativas para realizar un seguimiento de las actividades, como cuántas sesiones de formación de talentos políticos se llevaron a cabo; documentar los resultados, como cuántas políticas se redactaron y cuántos innovadores políticos se postularon a las elecciones o se graduaron en academias; o informar de los resultados, como los innovadores que ocupan distintos tipos de puestos de poder formal, las políticas que entraron en vigor o las leyes que fueron aprobadas. Sin embargo, debido a la naturaleza no lineal del cambio político, debemos resistirnos a la tentación de consagrar y optimizar objetivos fácilmente medibles.
Sin importar la ruta que se elija, lo más probable es que el cambio en el sistema político sea lento y tortuoso, con altibajos que no pueden anticiparse por completo.10
Pensemos en los candidatos que no cumplen todas las esperanzas y promesas que hicieron en sus discursos de campaña, porque hacer campaña para un puesto y ocuparlo son dos trabajos diferentes que requieren de habilidades distintas. O pensemos en los numerosos contratiempos creados por movimientos y campañas antidemocráticos, como la campaña del Brexit el año 2016 del partido Reform UK de Nigel Farage, que quedó al descubierto por difundir de manera intencional información falsa para ganar electores. Así pues, la innovación política debe ser un esfuerzo colectivo continuo con base en un compromiso compartido con los principios democráticos y con la movilización de una masa crítica de personas e ideas para lograr el cambio político. Nunca puede ser responsabilidad o tarea exclusiva de innovadores u orquestadores individuales.
El indicador definitivo del impacto de la innovación política es en qué medida contribuye a crear una democracia saludable. Algunos, como la organización danesa Democracy Fitness, consideran que la democracia es un músculo que requiere entrenamiento y fortalecimiento continuos. La ambición de mantener la democracia saludable mediante un entrenamiento físico riguroso, en lugar de suprimir las patologías y combatir los síntomas, también ayudaría a prevenir futuros males y amenazas a la democracia. Los planes de entrenamiento, las recetas y las curas deben dirigirse a la sociedad, prestar atención a las distintas realidades geográficas y temporales y orientarse hacia el progreso de la sociedad.
Para que este campo tenga impacto y se institucionalice, tendremos que pensar con más cuidado en cómo relacionarnos con las infraestructuras políticas existentes o quizá cooptarlas. Por ejemplo, en la mayoría de los países europeos, los partidos políticos reciben financiamiento público para apoyar su labor. En Alemania y Austria, los partidos suelen crear academias y desarrollar programas para identificar, cultivar y reclutar talentos políticos. ¿Cómo podemos asegurarnos de que estas instituciones están a la altura de los principios democráticos de igualdad de representación y participación? ¿Cómo podemos permitir una transferencia de las mejores prácticas de trabajo democrático en distintos países? Y, por último, ¿cómo puede la innovación política convertirse en un faro de democracia en regímenes democráticos defectuosos o incluso en autocracias?
A medida que el campo evoluciona, debemos desarrollar un método para comprender el crecimiento y la escala de la innovación política. También necesitamos comprender mejor las posibles compensaciones entre el apoyo a los líderes y las ideas de soluciones. ¿Puede conciliarse la inversión en la carrera de un político con la inversión en el tiempo necesario para implementar una solución? De hecho, las características personales no solo importan para desafiar, sino también para ganar poder político y desempeñarse en el cargo público de acuerdo con los principios democráticos. #FixPolitics utiliza las 5 C (carácter, competencia, capacidad, coraje o valentía y compasión) y Join Politics se basa en una lista de las 5 Grandes (visionario “realizador”, sociable, persuasivo, autorreflexivo e impulsado por un propósito) para describir el talento político ideal. También necesitamos buenas ideas de soluciones ahora para que coincidan con una ventana de oportunidad política. Por lo tanto, debemos empezar a desarrollar depósitos de ideas democráticas innovadoras comparables a los bancos de sangre de la sociedad. Es probable que esto se consiga mejor fomentando el intercambio y la colaboración entre personas diversas que puedan mantener vivas las ideas alternativas, en lugar de registrar estas ideas en una estructura específica, algo que la mayoría de los orquestadores ya han comprendido al hacer hincapié en la formación y la creación de comunidades.
Asimismo necesitaremos más experiencia sobre cómo apoyar y financiar la innovación política. Los financiadores deben abandonar las prácticas de inversión de impacto que prevén una implicación directa con los beneficiarios o las entidades en las que invierten.
La innovación política como campo solo prosperará y podrá fortalecer y revitalizar la democracia cuando los inversores se aparten con humildad de un conflicto directo con sus inversiones para garantizar la autonomía y la independencia.
El entusiasmo actual y el aprendizaje en torno a la filantropía basada en la confianza, en la que los financiadores ceden más poder y control a las comunidades a las que sirven, podría aportar ideas importantes sobre cómo gobernar la relación no solo entre financiadores y beneficiarios, sino también entre financiadores y orquestadores. Sin embargo, se necesitan conversaciones más sinceras para entender cómo traducir el compromiso de salvaguardar los principios democráticos en la sociedad en un código operativo para innovadores, orquestadores y facilitadores.
El auge de la innovación política constata el miedo que tienen las sociedades de perder la democracia. Demuestra la voluntad de mejorar el sistema utilizando medios constructivos, frente a los medios radicales y antisistémicos. Busca redefinir la responsabilidad política haciendo que “lo social” sea político y “lo político” social. Los actores que conforman este campo de práctica han extendido la innovación social al ámbito político para llenar el vacío entre la sociedad civil y la política, que ha hecho tan vulnerable a la democracia. Saben que el cambio social requiere un cambio político. La urgencia que atribuyen a rescatar y rejuvenecer la democracia se manifiesta en la innovación política. El campo, su crecimiento y su consolidación, por tanto, nos conciernen a todos.
Autores originales:
- JOHANNA MAIR es profesora de organización, estrategia y liderazgo en la Hertie School de Berlín, es codirectora del Global Innovation for Impact Lab del Stanford Center on Philanthropy and Civil Society y es editora académica de la Stanford Social Innovation Review.
- JOSEFA KINDT es investigadora asociada en la Hertie School
- SÉBASTIEN MENA es profesor de organización y gobernanza en la Hertie School
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Este artículo es contenido original de la revista de Stanford Social Innovation Review publicado en la edición primavera 2023.
- Traducción del artículo The Emerging Field of Political Innovation por Ángela Mariscal.
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- Notas
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1 Democracy Index 2021: The China Challenge (Índice de democracia 2021: El desafío de China), Londres: The Economist Intelligence Unit Limited, 2022; Alizada et al., Autocratization Turns Viral: Democracy Report 2021, Gotemburgo (La autocratización se vuelve viral: Índice de democracia 2021), Suecia: Universidad de Gotemburgo, 2021.
2 Democracy Index 2021: The China Challenge (Índice de democracia 2021: El desafío de China).
3 Robert Bosch Stiftung y More in Common, eds., It’s Complicated. People and Their Democracy in Germany, France, Britain, Poland, and the United States (Es complicado: La gente y su democracia en Alemania, Francia, Gran Bretaña, Polonia y Estados Unidos), 2021.
4 Roberto Manabeira Unger, “Conclusion: The Task of the Social Innovation Movement” (Conclusión: La labor del movimiento de innovación social), en A. Nicholls, J. Simon y M. Gabriel, eds., New Frontiers in Social Innovation Research (Nuevas fronteras en la investigación de la innovación social), Londres: Palgrave Macmillan UK: 2015.
5 Véase, por ejemplo, Graham Smith, Democratic Innovations: Designing Institutions for Citizen Participation (Innovaciones democráticas: Diseño de instituciones para la participación ciudadana), Cambridge, Reino Unido: Cambridge University Press, 2009; Hahrie Han, Elizabeth McKenna y Michelle Oyakawa, Prisms of the People: Power & Organizing in Twenty-First-Century America (Prismas de personas: Poder y organización en los Estados Unidos en el siglo XXI), Chicago: University of Chicago Press, 2021; y Josef Lentsch, Political Entrepreneurship: How to Build Successful Centrist Political Start-ups (Iniciativa empresarial política: Cómo construir campañas emergentes exitosas para un electorado centrista), Cham, Suiza: Springer, 2018.
6 Smith, Democratic Innovations (Smith, Innovaciones democráticas.
7 Charles Tilly, From Mobilization to Revolution (De la movilización a la revolución), Reading, Massachusetts: Addison-Wesley, 1978.
8 Lentsch, Political Entrepreneurship (Iniciativa empresarial política).
9 Steven Teles y Mark Schmitt, “The Elusive Craft of Evaluating Advocacy” (El arte esquivo de evaluar la incidencia política), Stanford Social Innovation Review, verano de 2011.
10 Christian Seelos, “Changing Systems? Welcome to the Slow Movement” (¿Cambio de sistemas? Bienvenido al movimiento lento), Stanford Social Innovation Review, invierno de 2020.
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