El Museo de la Vagina educa sobre salud reproductiva con el fin de erradicar mitos sexistas y cuestionar las políticas normativas del cuerpo.
Décadas de sesgo en la investigación académica y la falta de financiamiento, una persistente carencia en la educación reproductiva y los crecientes ataques a los derechos de las mujeres, personas trans y personas de género diverso impiden que muchas de ellas busquen atención médica o información sobre el funcionamiento de sus cuerpos.
Para mitigar el estigma en torno al cuerpo y la anatomía ginecológica, la divulgadora científica Florence Schechter fundó en 2017 el Vagina Museum (Museo de la Vagina), primero en el mundo dedicado a la anatomía y salud ginecológica. El museo es un espacio accesible, feminista y transinclusivo cuyas exposiciones y eventos responden al actual clima político transfóbico mediante la sensibilización, el cuestionamiento de los comportamientos y creencias normativos sobre el género y la sexualidad, y la creación de foros para la organización de los derechos de las mujeres y LGBTQ+.
Tras enterarse de la existencia de un museo del pene en Reikiavik (Islandia), Schechter se inspiró para fundar el Vagina Museum. “Empezó como una idea divertida”, dice. “Pero a medida que hablaba con más gente, me di cuenta de que podía hacer mucho bien. Múltiples personas están interesadas en concientizarse sobre la salud y el activismo, y eso moldea mucho de lo que hace hoy el Vagina Museum”.
El museo realizó exposiciones y eventos itinerantes antes de trasladarse a su primer edificio en noviembre de 2019. Sin embargo, a los pocos meses, la pandemia de COVID-19 obligó al museo a cerrar sus puertas. Reabrió en un nuevo sitio temporal a principios del año pasado, y después lanzó una campaña de crowdfunding en abril para recaudar £ 85,000 (el equivalente a 109,000 dólares) con el propósito de financiar una sede permanente que se abrirá al público a finales de 2023. “Como las cosas han sido inestables, no hemos podido crecer ni asentarnos ni atender a nuestro público de la mejor manera posible”, apunta Schechter.
Además de luchar por encontrar una sede permanente, el Vagina Museum se enfrenta a una censura recurrente en Internet que socava su misión educativa y limita su alcance hacia potenciales seguidores y financiadores. En Facebook e Instagram, las publicaciones en redes sociales que incluyen palabras como vagina y clítoris suelen marcarse como contenido para adultos y se eliminan. Schechter indica que el museo debe apelar constantemente la eliminación de publicaciones y no puede hacer publicidad pagada en las plataformas. A pesar de ello, el museo ha conseguido un gran número de seguidores en todo el mundo gracias a una inteligente estrategia en las redes sociales, carteles sugestivos y anuncios en vallas digitales en Londres, así como una importante labor de divulgación en la prensa. En 2023, Schechter también publicó un libro basado en la obra del museo: V: An Empowering Celebration of the Vulva and Vagina (V: Un homenaje de empoderamiento de la vulva y la vagina).
Los seguidores del museo ayudaron a impulsar su campaña de financiamiento colectivo y recaudaron casi £ 90,000 (115,000 dólares) a través de más de 2,500 donaciones individuales en solo dos meses. En el pasado, han recibido apoyo de la empresa de cuidado de la piel The Body Shop, patrocinadora de la exposición “Periods: A Brief History” (Una breve historia de la menstruación), y del grupo de inversión filantrópica sueco The Case for Her (El caso por Ella), cuya misión es abordar cuestiones relacionadas con la menstruación, así como la salud y el placer sexual de la mujer.
“La gente quiere conocer su cuerpo”, declara Polly Cohen, investigadora clínica de salud sexual y reproductiva en el University College Hospital (Hospital Universitario) y el Mortimer Market Centre (Mercado Mortimer) de Londres. Este año, Cohen se integró al patronato del Vagina Museum y asevera que las exposiciones y recursos del museo “contribuyen en gran medida a que la gente se sienta empoderada para tratar su salud”.
Gracias a su campaña de financiamiento colectivo, el Vagina Museum ha conseguido una nueva sede en el este de Londres con tres galerías, un espacio polivalente para eventos y para una cafetería. Cuando abra a finales de año, presentará una edición ampliada de su exposición permanente, “De la A a la V”, centrada en la anatomía, salud, diversidad de la vulva y el activismo.
El museo también tiene previsto invertir en nuevos programas de divulgación y asociaciones, incluida la colaboración con Endometriosis CaRe Oxford (Cuidado de la Endiometriosis Oxford) y el Wellcome Centre for Human Genetics (Centro Wellcome de Genética Humana) de la University of Oxford en una exposición temporal sobre la endometriosis. “Queremos crear oportunidades para que nuestros investigadores hablen directamente con el público y escuchen de primera mano a las personas afectadas por cualquier enfermedad que estudien”, plantea Brian Mackenwells, responsable de participación pública del Wellcome Centre for Human Genetics, quien organizó esta colaboración.
Nura Fitnat Topbas Selcuki, investigadora del grupo Endometriosis CaRe y colaboradora en la próxima exposición con una investigación sobre la adenomiosis, expresa que trabajar con el Vagina Museum es emocionante porque ofrece “una zona cómoda para hablar, aprender o ver cosas que en otros lugares son estigmatizadas”.
Autores originales:
- Marianne Dhenin es una periodista e historiadora galardonada.
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Este artículo es contenido original de la Revista Stanford Social Innovation Review publicado en la edición invierno 2024.
- Traducción del artículo Exhibiting the Vagina por Ángela Mariscal.
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