Las inversiones en innovación digital tienen el potencial de incrementar enormemente el acceso a la educación, pero crear nuevas plataformas escalables de aprendizaje, que sean de alta calidad y de bajo costo, requiere de una amplia colaboración.
Una educación de calidad es esencial para el desarrollo sostenible. El acceso a espacios educativos seguros, recursos confiables, un programa acreditado centrado en los estudiantes y maestros efectivos potencian el crecimiento individual, social y económico. Además, preservan y fomentan los valores culturales que se transmiten a futuras generaciones. En otras palabras, un sistema educativo nacional afecta directamente el potencial del Estado para prosperar. El Reporte de monitoreo educativo de la UNESCO, por ejemplo, sugiere que el desarrollo de habilidades de lectura básica entre estudiantes de países de bajos ingresos ayudaría a 171 millones de personas a salir de la pobreza extrema.
El acceso desigual a oportunidades educativas sigue siendo el desafío más grande para aprovechar la fuerza de estas personas. Las barreras incluyen una mala infraestructura de transporte, lo que implica que muchos estudiantes en áreas rurales remotas deban caminar largas distancias para llegar a la escuela, y la pobreza, que obliga a muchos estudiantes a trabajar en vez de estudiar, dado que sus familias batallan para sobrevivir.
La pandemia de COVID-19 exacerbó barreras como estas. En este caso, una métrica útil es la pobreza de aprendizaje; es decir, el porcentaje de niños y niñas que no han logrado la competencia de lectura mínima en su escuela, ajustada a la proporción de infantes que no van a la escuela. Según un reporte del Banco Mundial, la tasa de pobreza de aprendizaje aumentó de 57% a 70% en países de ingresos bajos y medios en los primeros años de la pandemia, debido al cierre extendido de escuelas. Sumado a esto, las niñas y otros grupos vulnerables, ya con problemas para acceder a la educación, tenían incluso más probabilidades de atrasarse. Save the Children estima que 9.7 millones de niños y niñas en las áreas más pobres y marginadas del mundo podrían perder para siempre sus oportunidades educativas.
Mientras tanto, perturbaciones como el terremoto que azotó a Siria y Turquía, y las guerras en Ucrania, Pakistán y Sudán han convertido la “educación digital” y el “aprendizaje remoto” no solo en una ventaja, sino en una necesidad. Esto ha impulsado a muchos países a expandir el uso de la tecnología para enriquecer los sistemas educativos, mejorar el desempeño de estudiantes y maestros, y acortar la brecha educativa entre áreas urbanas y remotas.
Estas inversiones en innovaciones digitales tienen el potencial de no solo crear nuevas plataformas de aprendizaje que sean escalables, de alta calidad y de bajo costo, sino también de fortalecer la infraestructura digital, capacitar y desarrollar estándares de acceso equitativo para toda la industria. Un ejemplo es la Escuela Digital, una iniciativa también conocida como Madrasa, que fue lanzada en 2020 y se enfoca en ofrecer acceso educativo a refugiados y grupos vulnerables en comunidades árabes y más allá.
Construir sobre esfuerzos anteriores
La Escuela Digital es parte de Iniciativas Globales de Mohammed bin Rashid Al Moktoum, una fundación que incluye más de 30 proyectos y entidades diferentes, que aborda temas como la ayuda humanitaria, la atención médica y el empoderamiento de comunidades. Mohammed bin Rashid Al Moktoum, vicepresidente y primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos y gobernante de Dubái, lanzó la mayoría de estos esfuerzos, pero considera la Escuela Digital como una prioridad máxima para el desarrollo sostenible. La iniciativa se diseñó para complementar las metas de programas anteriores, incluido “Dubái se interesa”, que originalmente se enfocaba en ofrecer oportunidades para acceder a una educación de calidad y construir escuelas. Después, el programa se expandió para incluir áreas como educación en emergencias y crisis prolongadas, así como la equidad de género en la educación. La Escuela Digital también amplía el “Reto de lectura árabe”, que promueve la lectura en árabe entre la juventud y logró una participación récord en 2023, su séptimo año, con 24.8 millones de estudiantes. Además, el proyecto aprovecha la experiencia en educación digital de los Emiratos Árabes Unidos (EAU); por ejemplo, proyectos como el Programa Mohammed bin Rashid de Aprendizaje Inteligente, de 2012, que distribuyó tecnología de vanguardia a las escuelas de EAU, y la Iniciativa de Gobierno Inteligente, de 2013, que permitió a las personas acceder a los servicios del gobierno en todo momento.
Una nueva plataforma de aprendizaje a distancia
La idea inicial del proyecto era crear una plataforma robusta de aprendizaje con contenido educativo de alta calidad, en árabe. Aunque se trate de uno de los idiomas más comunes en el mundo, estimaciones optimistas de esos años ubicaban que solo el 3% del contenido educativo en línea estaba en árabe. Construir la plataforma, por lo tanto, requirió suministrar nuevo contenido en árabe y la arabización del ya existente en internet. Un gran esfuerzo resultante de esta directiva fue el acuerdo de traducción con Khan Academy, una organización sin fines de lucro que ofrece un amplio rango de clases digitales y materiales de aprendizaje. De inicio fueron casi 5,000 cursos de ciencias y matemáticas, para los que Mohammed bin Rashid presentó el “reto de traducción” a través de redes sociales, publicidad digital y otros canales que llamaban a las instituciones e individuos a contribuir al proyecto de traducción, ya sea con traducciones de textos, prestando la voz para narraciones o creando gráficas. El proyecto implicó la creación de guías de traducción, entre ellas la del uso de “lenguaje coloquial" que es similar al árabe moderno estándar y entendido en muchas regiones.
En menos de un año, todos estos cursos y muchos otros materiales educativos de fuentes como UNESCO y UNICEF fueron traducidos al árabe. Y en 2018, después de obtener la acreditación del ministerio de educación por el contenido de calidad, se pusieron a disposición en la plataforma de la Escuela Digital. Desde entonces, el equipo directivo compuesto por maestros, educadores, especialistas de TI y voluntarios ha agregado cada año cientos de nuevos materiales para el aprendizaje.
Cinco áreas clave para la colaboración
Invertir en tecnología puede ayudar a gobiernos e instituciones educativas existentes a hacer el aprendizaje más accesible a más estudiantes y aumentar, de forma general, la resiliencia de los sistemas educativos locales. Sin embargo, el éxito requiere encontrar maneras creativas para desarrollar capacidades, en particular a través de una amplia colaboración en cinco áreas.
1. Asociarse para construir una infraestructura digital
Cualquier plataforma de aprendizaje remoto es valiosa solo si los estudiantes tienen los dispositivos y el servicio de internet para acceder a ella. Una infraestructura digital sólida es esencial, y construirla requiere de esfuerzos coordinados por una variedad de instituciones.
La Escuela Digital se ha asociado con agencias gubernamentales, empresas y ONG para poner las herramientas necesarias al alcance. Esto incluye la creación de centros de aprendizaje digital, que son aulas en escuelas actualmente en operación, en donde los estudiantes, con la supervisión de maestros, pueden utilizar los dispositivos electrónicos para trabajar en sus tareas y, además, donde los maestros pueden tomar capacitaciones. Se ha trabajado con el Comité Internacional de la Cruz Roja para equipar mil centros de aprendizaje digital en países como Egipto, Jordania, Bangladesh y Siria, y con la Red Crescent de EAU para abastecer 66 centros digitales de aprendizaje en Mauritania.
Recientemente, la Escuela Digital lanzó una campaña para la donación de dispositivos electrónicos, en colaboración con Ecyclex, una empresa con sede en Dubái especializada en reciclar y renovar los dispositivos. La campaña motiva a individuos e instituciones a donar dispositivos electrónicos como impresoras, computadoras y tabletas para apoyar la educación a nivel mundial. A la fecha, se ha apoyado a 23,392 estudiantes con 5,823 dispositivos y, en última instancia, se espera recopilar 10,000 dispositivos.
Las alianzas también son importantes para asegurar el acceso a internet. Por ejemplo, un operador de red móvil con sede en Egipto, Orange Egypt, ofrece tarjetas SIM gratuitas para las tabletas que el ministerio de educación egipcio distribuye a escuelas, además de acceso gratuito a internet para estudiantes que usen las tabletas en la Escuela Digital.
2. Alianzas para acreditaciones
Una evaluación y acreditación independiente motiva a las instituciones educativas a mejorar continuamente. También facilitan a los estudiantes el acceso a préstamos públicos, becas, educación postsecundaria y programas militares.
Desarrollar un nuevo currículo y obtener una acreditación toma, por lo general, de uno a tres años. La Escuela Digital decidió seguir dos caminos que simplificaron y acortaron el proceso. Primero, alineó sus componentes curriculares existentes, o áreas temáticas, con el currículo certificado en cada país. De ahí, un equipo voluntario creó nuevos conjuntos de lecciones y, finalmente, un programa digital integral que incluía contenidos, evaluación y monitoreo.
Segundo, la Escuela Digital está obteniendo acreditaciones para sus programas de entidades internacionales de acreditación como una institución benéfica especializada en la educación digital. Esto implica trabajar con la Asociación de Escuelas y Universidades de Nueva Inglaterra (NEASC, por sus siglas en inglés), que ha establecido rigurosos estándares y un sistema de acreditación para la educación digital, además de alianzas potenciales con universidades como la Universidad de Arizona y la Universidad de Manchester para ofrecer becas para futuros egresados.
3. Priorizar la capacitación digital para maestros
Las maestras y los maestros son los factores más influyentes para alcanzar una educación de alta calidad. El alcance de sus conocimientos y su estilo de enseñanza afecta profundamente qué tanto los estudiantes absorben y retienen nueva información.
La responsabilidad principal de los maestros en la Escuela Digital es diseñar trayectorias de cursos que sirvan las necesidades particulares de los estudiantes de cada región. Esto puede implicar crear y grabar nuevos materiales, o usar los ya existentes, como lecciones que han sido traducidas. En 2021, para ayudar a calificar y preparar a nuevos maestros, la Escuela Digital desarrolló un programa de capacitación en colaboración con la Universidad de Arizona que incluye herramientas de aprendizaje e interacción con los estudiantes. El programa está disponible en cuatro idiomas, consiste en tres niveles (según el tema y el nivel del desarrollo o especialización del maestro) y toma alrededor de tres a cinco meses para completarse. Hasta ahora, 1,500 maestros se han graduado del programa.
Una academia internacional abierta para todos los educadores, la Academia Global para Maestros Digitales, surgió de esta misma colaboración. La academia se enfoca en desarrollar la enseñanza de los maestros, la facilitación y habilidades de gestión, y ha establecido un mecanismo de certificación en colaboración con la Universidad Británica en Dubái, la Universidad de Manchester y la Universidad de Nicosia para asegurar una verificación global. Esto apoya la meta de la academia de permitir a los maestros impartir y diseñar conocimientos globalmente, al tiempo que respaldan los valores locales.
4. Apoyar a escala a los más vulnerables
El acceso a la educación es particularmente desafiante para los refugiados. En 2021, según el reporte Human Rights Watch, tan solo en el Líbano había aproximadamente 660,000 niños sirios refugiados en edad escolar, y casi 400,000 de ellos no habían recibido educación en años recientes.
Dado el potencial de la educación en línea para atender a los grupos desplazados, la Escuela Digital ha intensificado sus esfuerzos para apoyarlos a través de proyectos como la Escuela Digital para refugiados y niños desfavorecidos en Egipto, Jordania, Irak, Mauritania y Colombia, que trabaja en colaboración con la organización benéfica Human Aid and Development (Ayuda humanitaria y desarrollo, HAND), que tiene escuelas para refugiados sirios en el Líbano. Por ejemplo, en un inicio una escuela HAND podía alojar solo a 1,500 estudiantes, dejando a 10,000 en la lista de espera. HAND trabajó con la Escuela Digital para construir un aula de aprendizaje donde los estudiantes pudieran tomar clases digitales durante una parte de la jornada escolar, de esa forma podían dividir su tiempo entre clases digitales y presenciales. Esto abrió espacios para que, en total, más estudiantes pudieran asistir. Hoy, la escuela puede alojar a 3,500 estudiantes.
La Escuela Digital también busca apoyar la educación de las niñas de diferentes formas. Un ejemplo es su colaboración con la Iniciativa Fatima bin Mohammed bin Zayed, que dirige en Afganistán centros donde las niñas pueden aprender a crear artesanías tradicionales. Las niñas pueden tomar todas sus clases de forma presencial en estos centros equipados con computadores y herramientas digitales, y en algunos casos pueden continuar su educación en línea más adelante desde casa. Los cursos abarcan temas sanitarios y de higiene, habilidades numéricas y de lectura, y temas vocacionales para mujeres. Además, también se ofrecen programas de aprendizaje y de capacitación en torno a la enseñanza, la enfermería y la obstetricia.
5. Innovación para la sostenibilidad
Uno de los retos más grandes que enfrenta el trabajo de la Escuela Digital es que a menudo no hay electricidad en las áreas habitadas por los estudiantes vulnerables. Para ayudar a atender esto, un equipo de ingenieros emiratíes desarrolló la “escuela en una mochila” que contiene un cargador, cinco tabletas llenas de contenido de aprendizaje, un proyector y otros dispositivos. El material usa energía solar y consume 80% menos energía que una computadora estándar, y los maestros pueden instalarlo todo en dos o tres horas.
La Escuela Digital también quiere aprovechar los nuevos desarrollos tecnológicos, incluidas las herramientas tecnológicas educativas y la inteligencia artificial. Por ejemplo, organizó un desafío para que programadores ayudaran a los maestros a preparar planes de estudio usando Chat GPT. Estas innovaciones ayudan a crear eficiencias y eliminan las barreras que interfieren con el acceso.
Mirar hacia el futuro
Desde el inicio, la Escuela Digital apuntaba a llegar a estudiantes arabeparlantes no solo en la región MENA sino globalmente. Hoy, tiene presencia en nueve países y ha ofrecido sus servicios a 60,000 estudiantes a nivel mundial. La escuela espera alcanzar el millón de estudiantes en los próximos dos años, en parte con la colaboración de la Comunidad sudafricana de desarrollo y las sedes nacionales del Programa Mundial de Alimentos en Sudáfrica. La meta inicial es capacitar a mil maestros certificados digitalmente y comenzar a popularizar el modelo de educación digital en Angola, Lesoto, Madagascar, Namibia, Zambia y Sudáfrica.
A pesar de que la Escuela Digital está principalmente enfocada en alcanzar sus metas tecnológicas, su trabajo empieza y está fundamentado en las necesidades de educación y la misión de unir la brecha educativa. Continuará creando oportunidades reales de aprendizaje para estudiantes en áreas desfavorecidas, con la esperanza de fomentar la equidad y el potencial para la prosperidad educativa a nivel regional y global.
AUTORES ORIGINALES:
- Amr Awad es un escritor egipcio y corresponsal para MIT Technology Review en Arabia, y editor sénior en SSIR Arabia. Ubicado en Berlín, Alemania, es licenciado en ciencias políticas por la Universidad del Cairo y actualmente se especializa en temas de inteligencia artificial y tecnología.
- Waleed Al Ali es secretario general de la Escuela Digital, además de consejero superior en las Iniciativas Globales de Mohammed bin Rashid Al Maktoum, coordinador general de la Iniciativa de aprendizaje remoto de Madrasa, y coordinador del Consejo del Futuro de Dubái para la Ayuda Humanitaria. También es doctor en dirección de proyectos e innovación, maestro en gestión de TI y licenciado en seguridad de la información.
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Este artículo es contenido original de la revista de Stanford Social Innovation Review Arabia para la serie global "The Global Pursuit of Equity". |