La naciente disciplina de la comunicación de interés público ofrece soluciones para nuestro mundo tan profundamente polarizado y dividido.
Los titulares en Estados Unidos hablan de una amarga polarización política. Tenemos, por ejemplo, la regulación de las armas. Los tiroteos masivos se han vuelto demasiado comunes, y van seguidos de noticias que implican que las iniciativas de reforma están condenadas al fracaso. "Mientras los tiroteos masivos siguen, el asunto de las armas vuelve a estancarse en Washington", lamenta un titular del 24 de enero de 2023 del New York Times tras dos tiroteos ocurridos en California.
Pero la verdad es más compleja de lo que sugieren los titulares. A pesar de que el movimiento a favor de la seguridad en torno a las armas ha enfrentado serios contratiempos, también ha logrado avances. Encuesta tras otra muestra que una mayoría abrumadora de estadounidenses desea impedir que las armas lleguen a manos de personas peligrosas, y en algunos estados se han sumado legisladores de ambos partidos. En 2018, tras un tiroteo en una preparatoria que dejó 17 muertos en Parkland, Florida, 26 estados de EE. UU. y Washington, DC, aprobaron leyes de seguridad en torno a las armas, incluyendo 12 legislaturas lideradas por republicanos. La ley de “bandera roja” de Delaware, que permite a la policía confiscar las armas de aquellos a quienes los profesionales de la salud mental hayan considerado una amenaza para ellos mismos u otros, fue aprobada por unanimidad ese año. Incluso el Congreso de los Estados Unidos, a pesar de estar fuertemente dividido, aprobó pequeñas reformas en materia de seguridad en torno a las armas en junio de 2022, cuando más de dos docenas de republicanos votaron a favor de ellas.
"Durante años, el cabildeo a favor de las armas ha difundido el mito de que enfrentamos una elección binaria: o se permiten las armas en todas partes, o no se permiten en lo absoluto. Eso no es cierto", dice Gun Owners for Safety (Dueños de armas a favor de la seguridad), una coalición lanzada por la ex Representante de los Estados Unidos, Gabby Giffords, quien sobrevivió a un intento de asesinato en 2011 por parte de un pistolero. "Los patriotas de todas las corrientes pueden coincidir en que la Segunda Enmienda va de la mano con medidas sensatas como la verificación universal de antecedentes. Eso es lo que buscamos: unir a aliados improbables para abogar por la seguridad y la responsabilidad".
Como académicos que desarrollan el campo de la comunicación de interés público, entendemos la necesidad de un enfoque que apele a las similitudes en lugar de las diferencias. Vivimos en lados opuestos del planeta y tenemos definiciones distintas de la comunicación de interés público. Sin embargo, compartimos varios principios comunes, y creemos que dichas similitudes son esenciales para abordar la peligrosa, y a menudo arraigada, polarización política y social que ha surgido en Estados Unidos y en otras partes del mundo.
Tres fundamentos
La comunicación de interés público es una disciplina académica naciente que busca utilizar la comunicación para abordar problemas sociales complejos.
En la Universidad de Florida, donde Angela imparte clases, las definimos como el uso de comunicaciones estratégicas basadas en la investigación para movilizar a las personas a lograr un cambio social positivo, por lo general para alcanzar un objetivo o resultado específico. En la Universidad de Queensland, donde Jane da clases, tiene que ver con priorizar los procesos democráticos (como la consulta y la escucha) y facilitar el debate público fundamentado. Por lo tanto, se relaciona tanto con el proceso como con el resultado o la solución.
A pesar de tales divergencias, compartimos tres compromisos. Primero, buscamos alejarnos del pensamiento binario. Las divisiones estrictas entre lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto, no se aplican a nuestro complejo mundo social y político. Como dice el grupo de Giffords, las armas no son un asunto de todo o nada. Los individuos son complejos y no encajan en las categorías que a menudo les asignamos. Más bien, se ubican dentro del espectro de pensamiento progresista-conservador, dependiendo del asunto. George Lakoff, renombrado lingüista cognitivo y analista del discurso político, llama a esto "biconceptualismo", que significa que las personas pueden albergar visiones del mundo tanto progresistas como conservadoras. El punto de vista que se aplique dependerá de la situación y del problema.
Otros ven este alejamiento de lo binario como evidencia del progreso social. Por ejemplo, el futurista Bob Johansen llama a esta nueva concepción del mundo "pensamiento de espectro completo". Debido a que cada vez más asumimos diferentes roles en la sociedad y tenemos múltiples identidades en la vida, lo binario se vuelve contraproducente. Nos vemos obligados a trascender el pensamiento binario y ver las cosas en términos de escalas y matices. Este enfoque fluido de la vida moderna acepta que las diferencias no son tan marcadas como podrían haberlo parecido alguna vez.
En segundo lugar, promovemos el consenso de valores compartidos. Las personas pueden estar en desacuerdo en varios temas y, aun así, a menudo encontrar valores compartidos a partir de los cuales llegar a un acuerdo. Tras una horrible serie de tiroteos masivos en Estados Unidos, las noticias destacaron el hecho de que la mayoría de quienes poseen armas apoyan ciertas medidas de seguridad en torno a su uso. Los mensajes a favor de la reforma se centran en el valor compartido de la seguridad, y cada vez más, vemos llamados a tratar las armas como los automóviles: equipos potencialmente letales que pueden regularse para minimizar el daño.
En Australia, un giro general hacia los valores de libertad individual, igualdad e inclusión ha logrado que algunos temas de justicia social, como el matrimonio entre personas del mismo sexo y la muerte asistida voluntaria (VAD, por sus siglas en inglés), sean legalizados en los últimos años. El matrimonio entre personas del mismo sexo fue ratificado a nivel nacional en 2017 después de una votación por correo postal, y muchos ven el cambio en la legislación matrimonial como una victoria simbólica para la igualdad de género en general. De manera similar, la VAD fue legalizada en el estado de Victoria en 2019, y adoptada poco después por un estado tras otro, hasta que para 2023 todos los estados australianos la permitían; se espera que los dos territorios la adopten antes de fin de año. Estos cambios, ninguno de los cuales es exclusivo de Australia, confirman que los valores públicos pueden cambiar con el tiempo, a menudo después de años, o incluso décadas, de discusión y debate público.
La despolarización ocurre cuando la mayoría de los miembros de una sociedad acepta que, aun cuando las personas no opinan igual sobre un tema, comparten una comprensión compartida de los valores que lo sustentan. En las democracias, dichos valores incluyen los derechos fundamentales de los individuos a decidir con quién se casan y cómo desean morir.
Tercero, estamos a favor de escuchar activamente los argumentos de los demás. Para escuchar activamente, debes ver las cosas desde el punto de vista del otro; solo así podrás resolver las diferencias. El término "escucha activa" fue acuñado por primera vez en 1957 por los psicólogos estadounidenses Carl Rogers y Richard Farson. Este enfoque se utiliza en situaciones muy diversas que abarcan tanto la terapia matrimonial y las disputas laborales como los conflictos en el aula y la construcción de paz entre naciones. Las personas pueden comenzar a aprender a escuchar activamente desde una edad temprana. El Centro de Información de Recursos Educativos de Estados Unidos (ERIC, por sus siglas en inglés) incluye la escucha activa como una forma de resolver conflictos en las escuelas, aunada a otras habilidades de comunicación, como formular preguntas, reformular, crear camaradería, usar el lenguaje de manera efectiva, reducir las emociones negativas y emplear comunicación no verbal.
Ha habido un aumento en el número de individuos y organizaciones que utilizan técnicas de escucha activa para ayudar a resolver conflictos y superar divisiones. El Centro Internacional Morton Deutsch para la Cooperación y Resolución de Conflictos de la Universidad de Columbia nombra docenas de organizaciones, grupos e individuos que trabajan tendiendo puentes para eliminar divisiones políticas, económicas y sociales. Se centran en desarrollar el conocimiento, las habilidades y las competencias necesarias para mediar en diferentes tipos de conflictos. De hecho, el centro incluye un taller, "Cómo Superar la Polarización Tóxica", a través de su "reto de coraje político", el cual alienta a las personas a trabajar regularmente en sí mismas para disminuir su tendencia a la polarización. Este curso está organizado alrededor de una serie progresiva de ejercicios para superar hábitos sociales divisivos, establecer honestidad y tolerancia, y reducir las tensiones.
En Estados Unidos han surgido también otras organizaciones en este espacio. Por ejemplo, One Small Step (Un pequeño paso) reúne a extraños que sostienen diferentes creencias políticas para una conversación de 50 minutos. One Small Step se basa en la teoría del contacto, según la cual la interacción entre dos grupos puede reducir el prejuicio y el conflicto. A través de la conversación, los participantes pueden escapar de los estereotipos y descubrir su mutua humanidad. Así mismo, las organizaciones Braver Angels (Ángeles más valientes) y Unify America (Unifica a América) reúnen a personas con diferentes puntos de vista políticos para encontrar ideas en común.
Las investigaciones sobre cómo abordar la desconfianza ante las vacunas entre los auxiliares de enfermería certificados (CNAs, por sus siglas en inglés) en asilos de ancianos durante la pandemia de COVID-19 reveló que escuchar activamente y reconocer la legitimidad de sus preocupaciones fue clave. Los investigadores recomendaron conversar uno a uno con los CNAs y "establecer confianza con ellos escuchando sus temores".
La necesidad de que se nos escuche, en vez de que se nos hable, también ha experimentado una tendencia a la participación cívica y la democracia directa en la toma de decisiones.
Los ciudadanos comunes, incluyendo aquellos más afectados por los problemas, están exigiendo cada vez más la oportunidad de ser escuchados. Un ejemplo de ello es la convención constitucional de Irlanda, que lanzó el referéndum sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo en ese país en 2013. La convención estaba formada por 66 miembros del público que trabajaron con representantes electos, logrando una victoria histórica para la igualdad matrimonial en 2015. Entre la comunicación utilizada para medir la opinión pública y motivar el comportamiento estaba el hashtag #HomeToVote, que vio a miles de su diáspora regresar a Irlanda para emitir sus votos afirmativos. La asamblea a cargo de ciudadanos reflejó al final el cambio en la opinión pública, que anteriormente había estado políticamente dividida. Reflejó conversaciones de la base hacia arriba en lugar de agendas políticas polarizadas de arriba hacia abajo.
Dejando a un lado nuestros teléfonos
Sabemos que todas las sociedades luchan en diferente medida con la división política. Sin embargo, las investigaciones muestran que a menudo lo que pensamos “del otro lado" no es totalmente cierto, como tampoco lo es lo que creemos que el otro lado piensa de nosotros. Si dejamos a un lado nuestros celulares y nos alejamos de nuestras computadoras para hablar directamente entre nosotros, descubriremos que tenemos mucho más en común de lo que pensábamos.
Sin embargo, fomentar un mayor diálogo no garantiza la armonía. Aquí es donde la comunicación de interés público puede ser de ayuda. No se trata de una panacea, ya que hay demasiados factores que nos separan. Pero si combinamos sus fundamentos; es decir, pensar en términos no binarios, encontrar valores comunes y escuchar activamente las posiciones de los demás, especialmente aquellos fuera de nuestras cámaras de resonancia, podemos comenzar a despolitizar las escisiones políticas y cerrar las brechas sociales.
Autores originales:
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Este artículo es contenido original de la Revista Stanford Social Innovation Review publicado en la edición otoño 2023.
Traducción del artículo A path toward depolarization por Leslie Cedeño.
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