The Trust Project establece principios periodísticos a nivel mundial, con el fin de combatir la propagación de la desinformación y reconstruir la confianza pública.
En los últimos años, el declive de la confianza pública de la sociedad civil ha alarmado a los defensores de los valores democráticos y los derechos humanos. En un discurso pronunciado en junio de 2022 ante la 50ª sesión del Consejo de Derechos Humanos, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, afirmó que una serie de “enfermedades globales”, como el aumento de la desigualdad, han creado un caldo de cultivo para la proliferación de la información errónea y la desinformación, lo que ha contribuido a la erosión de la confianza pública en los medios de comunicación.
En una encuesta realizada en 2021, el Pew Research Center y el Imagining the Internet Center de la Universidad de Elon consultaron a expertos de la industria tecnológica respecto a si los espacios digitales servirían mejor al público para el año 2035. La abrumadora respuesta fue que estos espacios digitales solo mejorarían a través de una intervención deliberada, que es precisamente el objetivo de The Trust Project. Desde 2014, The Trust Project ha promovido la transparencia en el periodismo mediante la identificación de canales de confianza para el público y la colaboración con agencias de noticias a fin de mejorar la calidad de su información.
Creado y dirigido por la galardonada periodista Sally Lehrman, el proyecto sin fines de lucro es un consorcio internacional de más de 100 agencias de noticias, entre las que se incluyen medios de gran prestigio como The Economist, The Washington Post, South China Morning Post y El País, así como medios regionales y locales. Tras su lanzamiento, The Trust Project organizó grupos de trabajo con los principales editores de todo el mundo para establecer una serie de normas de periodismo riguroso, ético y transparente que permitieran a los lectores saber hasta qué punto una noticia, un medio o un periodista son dignos de confianza.
Partiendo de una combinación de ética periodística tipificada y entrevistas profundas con el público, los editores idearon ocho “indicadores de confianza”: buenas prácticas, experiencia del periodista, tipo de trabajo, citas y referencias, métodos, fuentes locales, diversidad de voces y opiniones factibles.
Los colaboradores de noticias pueden utilizar el logotipo de The Trust Project en sus trabajos publicados y en su sitio web solamente si se comprometen a aplicar los ocho indicadores. Los Indicadores de Confianza están disponibles en el sitio web de The Trust Project, y cada socio de prensa participante tiene una página dedicada a ellos, en la que explica cómo ha aplicado los indicadores a su trabajo.
Los indicadores también cuentan con marcas de lectura asistida por ordenador (un vocabulario schema.org de marcas y etiquetas digitales) integradas en el código de la página para que puedan ser leídas por terceros. Los principales motores de búsqueda de Internet y medios sociales como Google, Bing y Facebook pueden procesar estas marcas de lectura asistida por ordenador en las páginas de los nuevos socios participantes para determinar si las noticias son dignas de confianza y fiables. A su vez, estos gigantes de Internet recurren a The Trust Project como “asesor experto” para sus propias iniciativas encaminadas a privilegiar las noticias fiables y dignas de confianza. Los estudios demuestran que la presencia de los Indicadores de Confianza mejora la credibilidad de una publicación ante sus lectores.
Al evaluar el impacto de estos indicadores, el Centro para el Compromiso de los Medios de Comunicación de la Universidad de Texas en Austin descubrió que “las valoraciones de la agencia de noticias fueron más altas cuando los indicadores estaban presentes”. Lo mismo sucedía con las valoraciones de los reporteros que escribían artículos empleando estos indicadores. Reach PLC, empresa editora del Mirror, concluyó a partir de sus propias encuestas que la confianza de los lectores aumentó un 8% después de que Mirror incorporara los Indicadores de Confianza.
Desde las cenizas digitales
En 2012, Lehrman reubicó en el Centro Markkula de Ética Aplicada de la Universidad de Santa Clara, a la Mesa Redonda de Ejecutivos de Nuevos Medios de la SPJ (Sociedad de Periodistas Profesionales) y al Observatorio de la Credibilidad Online. En dicha universidad, Lehrman impartía la Cátedra de Periodismo de Interés Público Knight Ridder y era directora del programa de periodismo. Posteriormente, creó la Mesa Redonda sobre Ética del Periodismo Digital, después de que ella y sus colegas sintieran durante varios años una creciente inquietud por los cambios que se registraban en el espacio digital.
Lehrman observó que, a lo largo de los años, el giro digital de los medios de comunicación, motivado por el flujo de tráfico, desembocó en prácticas desagradables y a veces poco éticas.
Lehrman cree que estos cambios transmiten un mensaje incorrecto a la opinión pública: “que esto es entretenimiento, que no son noticias y que a nosotros (los periodistas) no nos importa el impacto o comprobar nuestros hechos y elaborar reportajes que ayuden al público a entender lo que realmente está pasando aquí”, señala.
“Y me di cuenta de que teníamos que hacer algo más”. A diferencia de la época del periodismo impreso (cuando un lector podía diferenciar fácilmente la información periodística de los artículos de opinión y los anuncios), el espacio digital, al ser tan uniforme, hace que sea muy difícil distinguir entre los reportajes legítimos y bien documentados de los publirreportajes. En consecuencia, los lectores difícilmente pueden discernir la fiabilidad de una fuente y se ven explotados por actores de mala fe que se presentan a sí mismos como narradores de la verdad.
La creciente inquietud por los descuidos éticos que los medios de comunicación estaban asumiendo para adaptarse al nuevo panorama digital, motivó a Lehrman, y en 2014, acudió con expertos en medios tecnológicos como el vicepresidente de Google News, Richard Gingras, para averiguar si se podrían utilizar algoritmos para resolver el problema. Cuando le dijeron que era posible, Lehrman vio una oportunidad para que periodistas y compañeros con ética reparasen un sistema roto. Lehrman fue capaz de impulsar a editores y ejecutivos de medios de comunicación, precisamente por el imperante acuerdo que existía entre los periodistas comprometidos ante el declive de la industria.
Además, había sido miembro de la John S. Knight Journalism Fellow en la Universidad de Stanford, lo que le dio acceso a la Fundación Knight y al creador de Craigslist, Craig Newmark, quienes financiaron en un principio The Trust Project. Estas aportaciones contribuyeron a legitimar el proyecto y a impulsar la recaudación de fondos. El Fondo para la Democracia también ha sido una importante fuente de financiación y apoyo. Paul Waters, director del Fondo de la Iniciativa para la Democracia Digital, se entusiasmó con la iniciativa de Lehrman tan pronto como la conoció y considera que es fundamental para preservar el bien público.
“La forma en que la gente se entera y conoce las cosas está cambiando y a un nivel muy básico”, comenta acerca de la recopilación de información en la era digital. “The Trust Project es un paso hacia adelante para ayudar a las personas a entender lo que está sucediendo, especialmente en el entorno digital”.
Un proyecto de gestión global
The Trust Project ha tenido que navegar por un panorama mediático impulsado por la maximización de beneficios y plagado de polarización política. El Director de Estrategia de Audiencia de ProPublica, Dan Petty, que fue socio estratégico del proyecto cuando trabajaba en MediaNews Group, destaca la labor del proyecto “tanto como un imperativo moral como un imperativo para la democracia”. Pero para las empresas de medios de comunicación, añade, “también es un imperativo empresarial”.
“Desde el punto de vista empresarial, si la gente no confía en tu producto, no lo utilizará, no lo comprará, no se suscribirá ni hará donativos”, explica Petty.
The Trust Project también considera que la diversidad, la equidad y la inclusión (DEI) en el periodismo son esenciales para construir y mantener la confianza del público. Un estudio de la Fundación Knight muestra que la falta de diversidad en las redacciones repercute, inevitablemente, en la selección de los temas por parte de los medios de comunicación y, a menudo, origina un sesgo involuntario en la forma de contar las historias, lo que hace que muchos estadounidenses sientan que los medios de comunicación no les representan o no comprenden su realidad. “Las plataformas no tienen un historial sólido en materia de desigualdad racial, por lo que observar un proyecto procedente de ese entorno social es importante y ayuda a impulsar muchas otras conversaciones”, observa Waters.
El Pew Research Center descubrió que a menudo solo se da prioridad a la DEI cuando en las salas de redacción no hay personas de edad avanzada ni hombres; lo que significa que las salas de redacción que más necesitan la reforma son las que más tardan en adoptarla. Mientras The Trust Project estudia la posibilidad de ampliar su labor y el consorcio, la naturaleza exhaustiva de su implementación puede ser una carga adicional para las salas de redacción que se encuentran al límite de su capacidad. “Desde el punto de vista operativo, el reto es encontrar tiempo. Los editores están ocupados, los redactores están ocupados, la dirección está ocupada”, dice Petty. “Pero dedicar tiempo a hacer esto y hacerlo bien, es sumamente importante”.
"Si sabes que tienes una crisis de confianza, quieres asegurarte de hacerlo bien. Nosotros (en MediaNews Group) nos apoyamos realmente en The Trust Project para que nos diera los parámetros, las preguntas y las ideas; eso fue lo que nos ayudó tanto. Sí, fue doloroso, pero habría sido mucho más doloroso si no los hubiéramos tenido como socios”. Lehrman dice que
uno de los grandes retos de la ampliación es la constante batalla contra corriente en materia de financiación y creación de sistemas suficientemente sólidos y completos para apoyar a las agencias de noticias que quieren aplicar los Indicadores de Confianza.
El aspecto tecnológico puede ser especialmente delicado, y el proyecto está buscando la forma de facilitar la incorporación e implementación de la tecnología. “Cuando me di cuenta de que para algunos sitios era realmente difícil hacer el trabajo técnico y también me di cuenta de la cantidad de sitios que utilizaban WordPress, desarrollamos un plug-in para WordPress”, dice Lehrman. Además, a medida que el proyecto se expande por todo el mundo, también aumenta la necesidad de traducir sus indicadores a un lenguaje que funcione en esos contextos locales específicos.
Por otra parte, los indicadores no son estructuras estáticas o fijas. Al contrario, requieren una evaluación constante. Aunque Lehrman describe esta parte del trabajo como la más divertida, también requiere mucho tiempo y una iteración continua. “Es importante no dejar de investigar, seguir con nuestros grupos de trabajo, para poder conservar y mejorar los Indicadores de Confianza, de modo que sean siempre representativos y estén al nivel adecuado en cada momento”, afirma.
Autores originales:
- Noor Noman es una columnista de opinión y periodista independiente de MSNBC en Nueva York. Cubre temas relacionados con el Sur de Asia con un enfoque en la intersección de la cultura y la política, especialmente en cuestiones LGBTQ, feminismo y raza.
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Este artículo es contenido original de la revista de Stanford Social Innovation Review publicado en la edición primavera 2023.
- Traducción del artículo News You Can Trust por Jorge Treviño.
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