En la República Democrática del Congo, los incentivos, las auditorías y la retroalimentación continua mejoran el funcionamiento de los centros de salud.
Con todo el flujo de dinero que los sistemas de salud de los países en desarrollo reciben del extranjero y de las ONGs internacionales, ¿por qué no mejoran los resultados en materia de salud para sus habitantes? Y, ¿cómo pueden los donantes asegurarse de que su capital está teniendo un impacto?
Un nuevo estudio realizado en la República Democrática del Congo (RDC) evalúa una posible solución: un programa que fortalezca los mecanismos de gobernanza en las clínicas de salud mediante incentivos para alcanzar ciertos resultados, auditorías de los centros a fin de asegurar el manejo de datos correctos y brindar retroalimentación al personal de las clínicas.
Aunque, en países de bajos ingresos, los resultados en la salud de los niños han mejorado durante las últimas tres décadas, los bebés y los niños pequeños aún enfrentan retos complicados, los cuáles son mayores en el África subsahariana que en cualquier otra parte del mundo. Si bien el financiamiento de las ONGs y los gobiernos extranjeros ha ayudado, el problema no ha disminuido tanto como los donantes esperarían.
Los desafíos de tratar a los pacientes dentro de naciones en desarrollo "se complican por el hecho de que una gran parte de los servicios de salud, en esos países, se brindan en centros de salud sin fines de lucro que suelen carecer de estructuras efectivas de gobernanza, conocimientos sobre su organización y capacitación adecuada", afirman los investigadores. "Defendemos la postura de que la combinación de incentivos basados en el desempeño y auditorías acompañadas de retroalimentación es una posible manera de superar estos obstáculos".
Los autores del estudio son Anicet A. Fangwa, profesor asistente de estrategia y organización de la Facultad de Administración Desautels de la Universidad McGill; Caroline Flammer, profesora de asuntos internacionales y públicos, así como de clima, en la Escuela del Clima y la Escuela de Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad de Columbia; finalmente, dos investigadores de estrategia y política empresarial de la HEC (Escuela de Estudios Superiores Comerciales, por su siglas en francés) de Paris: Marieke Huysentruyt, profesora asociada, y Bertrand V. Quélin, profesor titular.
El problema que despertó su interés es que, aunque vincular la financiación de los centros de salud con el alcance de logros específicos puede parecer sensato, muchas veces no funciona de forma aislada. "El uso exclusivo de financiamiento basado en desempeño tiene pocas probabilidades de ser efectivo si los empleados de la organización sin fines de lucro carecen del conocimiento necesario para mejorar las operaciones de la organización, e incluso podría tener efectos contraproducentes si los empleados se sienten abrumados por los objetivos de rendimiento", explican los investigadores.
Fue así como se propusieron determinar si podían mejorar el uso de incentivos basados en el desempeño. "La retroalimentación, unida a incentivos para actuar con base en ella y lograr resultados específicos en salud, ayuda a abordar la brecha de conocimiento que, de otro modo, podría erosionar el efecto de los incentivos basados en el desempeño", escriben los investigadores. La auditoría, por su parte, "ayuda a garantizar que la información que sustenta la retroalimentación sea confiable, requisito indispensable para una retroalimentación efectiva".
El estudio aprovecha datos que el Banco Mundial recopiló en 2017 acerca de 1,000 centros de salud de atención primaria en la RDC. Todos los centros de salud recibieron financiamiento como parte del programa, y la mitad de ellos, elegidos al azar, recibieron incentivos basados en el desempeño, auditorías y retroalimentación. En los centros que recibieron este tratamiento, el número de servicios proporcionados por empleado aumentó, y disminuyó la probabilidad de nacimientos de bebés fallecidos y muertes neonatales.
"Estos hallazgos indican que la intervención, es decir, la combinación de financiamiento basado en el desempeño con auditorías y retroalimentación, ayuda a los centros de salud intervenidos a mejorar su eficiencia operativa y aumentar la calidad de sus servicios", escriben los investigadores.
Al ser entrevistados acerca del impacto que tuvo el programa en el funcionamiento de sus centros de salud, los participantes respondieron que "un desafío clave fue la falta de capacitación adecuada y de conocimientos sobre su organización. En este sentido, se percibió a las rondas trimestrales de retroalimentación, acompañadas de incentivos para actuar con base en ella y lograr resultados específicos en salud, como esenciales para introducir cambios tangibles que, finalmente, se traducirían en una mayor eficiencia y calidad de los servicios".
Es crucial notar que los investigadores no observaron los mismos efectos cuando los centros de salud únicamente recibieron el financiamiento "Esta cuestión no solo es importante desde una óptica social, sino también desde una perspectiva política y de implementación", escriben los investigadores. "Descubrimos que el financiamiento no es un sustituto del tratamiento de la gobernanza; los centros de salud que solo reciben financiamiento incrementan su escala, pero no muestran mejoras en la eficiencia operativa o los resultados de salud". Este hallazgo señala la necesidad de que los financiadores se involucren más en las operaciones de las clínicas de salud a las que apoyan.
Las conclusiones del estudio deberían aplicarse a otras geografías; Flammer comenta: "Aunque el estudio es específico de la República Democrática del Congo, sus ideas y recomendaciones, probablemente, también son relevantes para el sector de salud sin fines de lucro de otros países de bajos ingresos".
Estudio: Anicet A. Fangwa, Caroline Flammer, Marieke Huysentruyt y Bertrand V. Quélin, “The Governance of Nonprofits and Their Social Impact: Evidence from a Randomized Program in Healthcare in the Democratic Republic of Congo” (La gobernanza de las organizaciones no lucrativas y su impacto social: Evidencia de un programa aleatorio en el cuidado de la salud en la República Democrática del Congo). Management Science, próximamente.
Autora original:
- Chana R. Schoenberger es periodista y reside en Nueva York. Escribe sobre negocios, finanzas e investigación académica. Puedes seguirla en X: @cschoenberger.
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Este artículo es contenido original de la Revista Stanford Social Innovation Review publicado en la edición invierno 2024.
Traducción del artículo Adventures in Healing por Leslie Cedeño.
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