Este consorcio escocés promueve la generación de energía renovable y de propiedad colectiva. Nos da lecciones sobre cómo replicar el modelo en otras partes del mundo.
En la rocosa costa occidental de la isla escocesa de North Uist, en el archipiélago de las islas Hébridas Exteriores, se alzan dos turbinas eólicas terrestres de 250 pies de altura (76 metros) que se agitan sin cesar con la brisa del Océano Atlántico Norte.
Este pequeño parque eólico, llamado UistWind, es uno de los 570 proyectos de energía renovable de propiedad comunitaria en Escocia, que van desde parques solares y centrales hidroeléctricas hasta instalaciones de bioenergía y tecnología de energía marina. Si bien existen proyectos de energía limpia gestionados por ciudadanos en toda Europa, los de Escocia se distinguen porque muchos son propiedad de organizaciones benéficas que trabajan para ayudar a los municipios locales a financiar proyectos de desarrollo.
Escocia es líder mundial en energías renovables. En 2020, las energías renovables cubrieron el 97% de la demanda bruta de electricidad de Escocia, de la cual poco menos del 10% provino de cooperativas de energía limpia como UistWind y otras instalaciones de generación de propiedad local.
El gobierno escocés apoya firmemente los planes locales de energía y economía circular porque aumentan la producción de energía renovable, disminuyen la presión sobre la red nacional, crean empleos y generan ingresos. Muchos de los colectivos forman parte de la campaña Zero Carbon Communities (Comunidades sin huella de carbono), una iniciativa que guía a los residentes hacia las cero emisiones netas. Escocia tiene como objetivo ser neutra en carbono para 2040 y aspira a que la energía comunitaria sea la piedra angular de su despliegue de energías renovables y su impulso hacia la eficiencia energética, con el objetivo de duplicar su producción de renovables para 2030.
Este dedicado compromiso comenzó en 2011, cuando el gobierno escocés buscó aumentar la participación de la comunidad y colaborar con el sector privado en sus esfuerzos de conservación a nivel nacional. Fundada en 2013, Local Energy Scotland (Energía Local Escocia, LES por sus siglas en inglés) administra el Community and Renewable Energy Scheme (Plan de energías renovables comunitarias, CARES) del gobierno escocés, un programa de financiamiento de 5 millones de libras esterlinas (6.5 millones de dólares) que otorga subvenciones y préstamos de alrededor de 150,000 libras esterlinas (200,000 dólares) a comunidades que desarrollen proyectos de energía limpia. LES está compuesta por cinco organizaciones sin fines de lucro: Energy Saving Trust, Changeworks, la Energy Agency y Wise Group.
El facilitador del proyecto
Además de proporcionar financiamiento y préstamos, LES ofrece servicios de consultoría sobre energías renovables a comunidades, empresas y otras organizaciones. Ofrece herramientas gratuitas en línea, como guías de buenas prácticas y estudios de investigación, que ayudan a las comunidades a organizar y ejecutar proyectos energéticos locales.
Los proyectos de energías renovables son notoriamente costosos y complicados de poner en marcha, especialmente en las zonas rurales más pobres o remotas.
Por ejemplo, para conseguir que una sola turbina eólica genere electricidad, una comunidad se enfrenta a una abrumadora serie de evaluaciones, acuerdos legales y requisitos técnicos, así como la necesidad de un importante capital de inversión para cubrir los costos de la puesta en marcha.
LES ayuda al funcionar como puente intersectorial. “LES, como organización del tercer sector, se comunica particularmente bien con otros grupos del tercer sector, como los grupos comunitarios involucrados en proyectos de energía limpia”, dice Bill Slee, experto en desarrollo rural. “LES está mucho más cerca de las comunidades que los organismos del sector público, que pueden ser burocráticos y distantes”.
El director de LES, Chris Morris, enfatiza que el éxito del consorcio en la facilitación se debe en gran parte a la experiencia profesional de sus empleados. “La mayor parte del personal está incorporado a organizaciones benéficas locales, lo que significa que pueden beneficiarse de las oportunidades de trabajar en colaboración con sus colegas para apoyar grupos comunitarios”, explica. “Nuestra estructura facilita [ayudar] a los colegas dentro de su organización anfitriona que se enfocan en trabajar con empresas, cadenas de suministro y hogares. Y nuestro personal ayuda durante todo el proceso, desde el principio hasta la activación si es necesario”.
North Uist necesitaba precisamente esta ayuda. Al igual que otras islas de las Islas Occidentales, ha lidiado con la despoblación, así como con el declive de su industria pesquera durante décadas. En 2009, los líderes de la comunidad de North Uist decidieron aprovechar su recurso natural más abundante, el viento, para impulsar su economía. Pero ninguno tenía experiencia en el complejo negocio de la generación de energía.
En 2010, Community Energy Scotland (Energía Comunitaria Escocia, CES por sus siglas en inglés), que administraba los fondos de CARES antes de LES, recomendó al municipio que estableciera la North Uist Development Company (Compañía de desarrollo North Uist, NUDC por sus siglas en inglés) como organización benéfica, y le ayudó a conseguir un préstamo CARES de 150,000 libras esterlinas (200,000 dólares) para realizar estudios de viabilidad. Los consultores determinaron que Criongrabhal, un lugar montañoso y despoblado de la costa occidental, reunía las condiciones óptimas para instalar dos turbinas de tamaño mediano, con un costo de 3.4 millones de libras esterlinas (4.6 millones de dólares).
Luego, LES ayudó a North Uist para que obtuviera un permiso de planificación local y una licencia de Scottish & Southern Electricity para exportar electricidad a la red nacional, en 2013. Sin embargo, la iniciativa se encontró rápidamente con un obstáculo: el Ministerio de Defensa del Reino Unido se opuso a la proximidad de las turbinas al rango de los radares y denegó el permiso. Durante los siguientes cinco años, NUDC y el responsable de desarrollo de LES, Murdo Murray, lucharon contra el poderoso ministerio británico, y finalmente negociaron un compromiso que estipulaba que las turbinas se apagarían cuando lo requiriera el ministerio, pero no con tanta frecuencia como para que el proyecto fuera inviable financieramente.
En 2018, NUDC recibió finalmente el permiso de construcción, pero entonces se enfrentó a la tarea de conseguir el capital de inversión. La orientación de Murray y un préstamo de CARES posterior a la aprobación de 45,000 libras esterlinas (60,000 dólares) facilitaron la documentación necesaria para obtener préstamos de bancos escoceses.
Sin embargo, los cambios en el plan de apoyo a las energías renovables (el gobierno británico recortó todos los apoyos financieros) hicieron que el proyecto se quedara sin capital de inversión. Murray ayudó a la comunidad a recaudar otras 460,000 libras esterlinas (616,000 dólares) a través de una oferta de acciones comunitarias: un tipo de fondo de inversión local del que las comunidades de Escocia suelen depender para acumular capital para proyectos de energía limpia.
En 2019, UistWind y otros proyectos de energía limpia de propiedad local representaron ganacias por 20 millones de libras esterlinas (27 millones de dólares) en beneficios para la comunidad. En North Uist, un excedente energético de casi 105,000 libras esterlinas (140,000 dólares) fluirá a las arcas del país cada año durante las próximas dos décadas. Estos fondos apoyarán la creación de pequeñas empresas y viviendas asequibles. NUDC también está invirtiendo en una amplia gama de proyectos de sustentabilidad, como planes de transporte con bajas emisiones de carbono, espacios verdes, asistencia a los hogares con escasos recursos energéticos, edificios comunitarios sin huella de carbono y proyectos de almacenamiento de energía.
NUDC calcula que las turbinas también desplazan la energía de combustibles fósiles equivalente a 1,275 toneladas de dióxido de carbono al año. Si bien solo el 3% del total de la energía renovable de Escocia procede de estas instalaciones, este país superó su objetivo para 2020 de medio gigavatio de capacidad de generación de energía local, y lo duplicó en 2021.
Otros municipios de Escocia también se han beneficiado de la generación de energía limpia. Por ejemplo, South Uist fue la primera comunidad que recibió financiamiento de CARES en 2009 para construir una turbina con capacidad suficiente para calentar el edificio comunitario local. Al norte, en la Isla de Lewis, la comunidad de Point y Sandwick cuenta con una de las empresas de energía comunitaria más rentables de Escocia. Desde 2016, el parque eólico comunitario de tres turbinas, Beinn Ghrideag, ha financiado la filantropía medioambiental en todas las Islas Occidentales con excedentes anuales de casi un millón de libras esterlinas (1.3 millones de dólares).
La protección climática nunca fue el principal motivo de los proyectos energéticos comunitarios de Escocia. “Al principio, no queríamos salvar el planeta, sino nuestras propias comunidades”, dice Calum Macdonald, gerente de Point and Sanwick Trust. Pero en materia de desarrollo comunitario y protección del clima, “no se trata de apostar por el uno o por el otro”, añade. “El plantar bosques y trazar rutas de senderismo hacen ambas cosas, y además fomentan la salud pública”.
Propiedad compartida
Si bien el financiamiento de CARES y el apoyo de LES comenzaron con proyectos energéticos comunitarios como los de las islas Uist y Lewis, ahora incluyen empresas privadas más grandes, de las que las comunidades compran y se benefician indirectamente. En 2014, por ejemplo, LES gestionó la inversión de las comunidades de Tarbert y Tighnabruaich, en la costa occidental cerca de Glasgow, en el Sròndoire Wind Farm (Parque Eólico Sròndoire), un proyecto de tres turbinas propuesto por un inversor privado, Allt Dearg Wind Farmers (Granjeros Eólicos Allt Dearg).
Las comunidades no tenían los recursos, ni creían que pudieran asumir la deuda para construir un parque de estas características por sí mismas. LES les aconsejó crear organizaciones de beneficencia legales, que CARES financió, y solicitar préstamos que hicieran posible invertir en las instalaciones. El desarrollador estuvo de acuerdo porque consiguió que las comunidades se involucraran. Los dividendos empezaron a fluir en 2016 y han proporcionado apoyo financiero a un proyecto de archivo e historia local, a la restauración de senderos locales y a un centro de patrimonio que fomenta el turismo activo: una nueva filosofía de viaje que combina la aventura, el ecoturismo y los aspectos culturales de un viaje de descubrimiento.
El gobierno escocés, decidido a mantener el entusiasmo por las energías renovables, ha fijado el objetivo de que la mitad de todos los proyectos de energía renovable autorizados recientemente incluyan propiedad local compartida. Algunas empresas de propiedad compartida aportan al municipio hasta un 25% de los ingresos del proyecto.
Este modelo tiene sus ventajas, entre ellas que los promotores privados tienen experiencia en proyectos más grandes y acceso a mayores sumas de capital. “El promotor comercial puede cubrir la totalidad o la mayor parte de los costos previos a la autorización y, por tanto, una parte importante del riesgo financiero que normalmente recaería en los grupos comunitarios”, afirma Slee.
Pero Slee y otros lamentan que estén surgiendo menos proyectos de energía comunitaria desde que el plan de apoyo del Reino Unido terminó en 2019, un resultado de la victoria del Partido Conservador en ese año. “Algunas comunidades reciben muy poco o incluso nada de los propietarios”, dice Rona MacKay, directora de operaciones y gobernanza de CES, que trabaja exclusivamente con comunidades.
La rescisión del plan de apoyo del Reino Unido ha dificultado el desarrollo de nuevos programas comunitarios de energías renovables. Sin embargo, la energía renovable es solo un factor para reducir los costos energéticos. LES ahora ayuda a comunidades, empresas y particulares a ayudarse a sí mismos con asesoramiento y asistencia para la eficiencia energética, el almacenamiento de electricidad y los servicios de calefacción con bajas emisiones de carbono. En cuanto a la adopción de medidas para lograr los objetivos de cero emisiones netas de Escocia con sistemas de energía local, la conservación de la energía no es menos importante que la generación de energía limpia.
Autores originales:
- Paul Hockenos es un escritor asentado en Berlín; actualmente está trabajando en un libro sobre energías renovables en Europa.
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Este artículo es contenido original de la revista de Stanford Social Innovation Review publicado en la edición verano 2022.
- Traducción del artículo Community Energy Revolution por Leticia Neria.
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