En la edición Invierno 2011 de Stanford Social Innovation Review, publicamos el que se convertiría en nuestro artículo más leído e influyente: “Collective Impact” (Impacto colectivo). Hoy en día, hay miles de iniciativas de impacto colectivo, algunas pequeñas y otras grandes, que abordan una serie de problemas sociales como la educación, la atención médica y la capacitación laboral. Es un enfoque que ha encontrado partidarios en todo el mundo, con iniciativas en América Latina, Asia y Europa.
Sin embargo, el enfoque de impacto colectivo no es estático. Durante los últimos once años, la práctica ha sufrido cambios y perfeccionamientos, y hemos publicado docenas de artículos sobre el tema. Muchas de las críticas se han centrado en la importancia de involucrar a la comunidad y centrar la equidad en el proceso de impacto colectivo.
Las cinco condiciones originales de impacto colectivo no abordaban esos dos temas. Algunas de las iniciativas adoptaron un enfoque descendente, y reunieron a líderes de organizaciones e instituciones para que propusieran objetivos y actividades que no reflejaban las aportaciones o las necesidades de las comunidades a las que buscaban servir. Debido a ello, este tipo de iniciativas generalmente sufrieron y, en ocasiones, fracasaron.
Hoy en día, entre los arquitectos originales del impacto colectivo y muchas de las personas que están más involucradas en el área, existe un consenso para revisar significativamente el enfoque del impacto colectivo. Para hacer esta revisión, seis autores (incluidos los coautores del artículo original “Impacto Colectivo”) se reunieron y escribieron el artículo “Poner la equidad al centro del impacto colectivo”, el cual presentamos en esta edición de Stanford Social Innovation Review. Los autores comienzan redefiniendo el impacto colectivo en sí mismo: “El impacto colectivo es una red de miembros de una comunidad, organizaciones e instituciones que promueven la equidad al aprender juntos, alinear e integrar sus acciones para lograr un cambio en la población y los sistemas”. Después, continúan explorando lo que significa poner la equidad en el centro y cómo eso cambia el proceso del impacto colectivo.
El enfoque original de impacto colectivo no excluía la posibilidad de incluir la equidad como parte del proceso, pero tampoco la requería. De hecho, no mencionaba la palabra equidad en absoluto. Este descuido no era exclusivo del impacto colectivo. Muchos otros enfoques de innovación social de la época, incluyendo la inversión de impacto, el design thinking (pensamiento de diseño) y el cambio de sistemas, tampoco abordaban la equidad.
Todo esto ha cambiado. En la última década, y particularmente en los últimos años, la cuestión de la equidad se ha puesto en el primer plano de la innovación social. Y por una buena razón. No se puede esperar crear una sociedad equitativa si esto no se pone al centro del propio proceso de innovación social. Cuando utilizamos la palabra equidad, por supuesto que estamos hablando acerca de raza. Pero también se trata de atender las necesidades de otras personas marginadas en la sociedad por su género, orientación sexual, casta, clase, capacidad, religión, etnicidad y otros atributos.
“Poner la equidad al centro del impacto colectivo” realiza un buen trabajo al explorar lo que significa centrar la equidad en el proceso de impacto colectivo. Y al hacerlo, ofrece un ejemplo donde pueden aprender otros enfoques de innovación social. —Eric Nee