Imaginemos un mundo multirracial donde las necesidades de todas las personas se satisfagan mediante la innovación social. Wakanda Forever nos muestra un ejemplo de este posible futuro.
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En voz de Jazmín Chávez (VP, Innovation, Equity & Communications de Hispanics in Philanthropy)
Cierra los ojos, respira e imagina el mundo dentro de 10, 20 o, incluso, 30 años. ¿Qué ves? Hay que admitir que, cuando lo hicimos, fue difícil no imaginar un planeta distópico arruinado por nuestra falta de cuidado hacia nuestros ecosistemas y hacia los demás. Es fácil quedar atrapado en esta visión del futuro después de leer demasiadas novelas o ver demasiadas películas que muestran una comunidad de personas multirraciales que luchan por encontrar su lugar en un mundo de escasez y competencia.
Tuvimos que concedernos un poco de gracia para superar las obvias limitaciones de esa visión, y te invitamos a que tú hagas lo mismo. En su lugar, demos un pasito pa’lante y soñemos con un mundo extraordinario y multirracial donde las necesidades de todas las personas se satisfagan; pensemos en ello no como una visión utópica, sino como una posibilidad aceptable y muy real.
Consideremos el mundo retratado en la película Black Panther: Wakanda Forever (Pantera negra: Wakanda por siempre), en la que el director Ryan Coogler nos presenta una visión de lo que es posible cuando descentramos nuestras narrativas de los puntos de vista blancos, masculinos y heterocéntricos y dejamos de vernos unos a otros como villanos de nuestras propias historias, y más bien como aliados comprometidos a preservar y proteger a cada uno de nosotros, y el poder que tenemos como comunidades individuales y colectivamente.
Historias como Wakanda Forever demuestran el nivel de violencia que la colonización, la conquista y el genocidio han causado a lo largo de generaciones, y cómo podemos superarlo. Nos desafía a ver Talokan, el reino submarino arraigado a las culturas indígenas, maya y azteca, como una posibilidad a pesar de las barreras a las que se enfrentó la comunidad ficticia para sobrevivir.
Cuando pensamos en el futuro de la tecnología y la innovación social, tenemos que hacerlo a través de una lente alternativa, al igual que en Wakanda Forever, y creer en un futuro en el que todos tengan el talento, la visión y el acceso para construir proyectos que sean sostenibles y beneficiosos para todos. Necesitamos visualizar un mundo basado en la abundancia, y que rechace la idea de que la negritud y la indigeneidad deben seguir considerándose inexistentes en las Américas.
Este cambio de visión tiene que ver tanto con la comprensión del papel que desempeñan el poder y la clase social en la formación de la sociedad como con la comprensión del papel que ha desempeñado la discriminación estructural en la creación de nuestras identidades racializadas o étnicas. Porque al final, como señalan muchas narrativas distópicas, nuestros retos son acerca de quién controla los recursos y cómo ese poder es disputado por las comunidades organizadas.
Crear una nueva visión es solo el principio. También debemos preguntarnos qué significa hoy para nosotros esta especulación científica sobre nuestro futuro, especialmente para quienes nos encontramos en puestos que influyen en los recursos filantrópicos para las comunidades de color. Para comenzar, significa que debemos aprovechar la oportunidad de construir intencionalmente espacios en nuestras comunidades y en las organizaciones a las que servimos para definir un futuro que sea por, para y sobre todos nosotros, en el que el progreso y la liberación de una comunidad estén inseparablemente vinculados a los derechos, la seguridad y el bienestar de los demás, pero especialmente de las comunidades indígenas y afroestadounidenses.
Es nuestra responsabilidad ser proactivos al centrar esas narrativas que se entrecruzan y desmontar el mito de que la innovación y la creatividad provienen solo de aquellos que pueden acceder o entender la última tecnología o se benefician de la proximidad a los centros de innovación y poder. Nuestro vibranio, la energía compartida que tienen los wakandianos y los talokaniles, está en cómo vamos a crear el mundo interconectado que estamos tratando de asegurar. Debemos basar nuestros planteamientos en las sabias palabras de Octavia E. Butler: “No existe una respuesta única que resuelva todos nuestros problemas futuros. No hay una bala mágica. En cambio, hay miles de respuestas, al menos. Tú puedes ser una de ellas si eliges serlo”.
Adoptar una mentalidad y un enfoque de descolonización
Para comenzar, debemos profundizar en nuestra comprensión de lo que significa la descolonización, primero, dentro de nuestra mente y, luego, dentro de nuestro trabajo. Como explicó el escritor keniano estadounidense Mukoma Wa Ngugi, “el trabajo de descolonización es tan personal como político”. En el campo de la literatura, Ngugi sostiene que deberíamos traducir la literatura africana a otras lenguas africanas, en lugar de a lenguas coloniales como el inglés, como una herramienta para desafiar el statu quo.
En el campo de la filantropía, también hay formas en que podemos utilizar el lenguaje para desafiar la mentalidad colonial y las estructuras jerárquicas de poder, así como la mentalidad de escasez que nos aleja del bien colectivo. Por ejemplo, tras el brote de COVID-19, nuestra campaña HIPGive Tierras Mayas se centró en fomentar la resiliencia e impulsar el desarrollo de las comunidades rurales en la península de Yucatán. Nuestro equipo creó material promocional y de divulgación en maya y tzotzil, dos lenguas mayas, y no solo en español. Esto incluyó la traducción del sitio web, así como anuncios de radio en toda la península para promover la plataforma y la oportunidad de recaudar fondos para programas locales a través de HIPGive. También hemos pasado tiempo en Chiapas y otras partes de Yucatán para comprender mejor las necesidades de las comunidades indígenas. Este año ampliaremos nuestro alcance lingüístico para incluir la lengua tzetzal y el chol.
Otro ejemplo de cómo la filantropía puede ser más inclusiva es un programa que ayuda a las comunidades indígenas del Amazonas a aprender a codificar, construir, reparar y volar sus propios drones para combatir la deforestación y la violencia en la región. Seis tribus amazónicas participaron en un curso de capacitación sobre operación de drones organizado por el World Wildlife Fund (Fondo Mundial para la Naturaleza) y una ONG brasileña, la Kanindé Ethno Environmental Defense Association (Asociación Kanindé de Defensa Etnoambiental), que fue impartido en sus lenguas nativas.
Aumentar la riqueza colectiva de nuestras comunidades
A diferencia de Wakanda y Talokan, que tenían recursos ilimitados, muchas comunidades de color carecen de los recursos necesarios para detenerse y soñar, para reimaginar y redefinir un mundo que funcione para todos. Hay alrededor de 60 millones de latinxs en Estados Unidos, cerca del 20% de la población, y sin embargo vivimos en hogares con un patrimonio neto medio de unos 53,000 dólares, casi la cuarta parte que los hogares no latinxs.
A medida que nuestra población sigue creciendo, también debería hacerlo nuestra riqueza colectiva. Esto comienza con la creación de más oportunidades para que las comunidades latinxs participen y tengan éxito en la economía de las empresas emergentes. HIP desarrolló Inicio Ventures (Empresas Inicio) con esto en mente, para brindar financiamiento y apoyo a los emprendedores latinxs y para demostrar que la innovación se acelera cuando todos tienen la oportunidad de expresar su genio.
También creemos que es urgente involucrar a más personas de la comunidad latinx en la filantropía para que se vea como algo en lo que todos pueden participar, no solo unos pocos ricos. Liderados por nuestro equipo de mujeres de HIPGive en Ciudad de México, creamos la plataforma Digital Giving Circles (Círculos de Dar Digitales) que proporciona análisis, servicio al cliente, talleres de capacitación y registros que están disponibles en inglés y español, y en la que somos propietarios de nuestros propios datos.
Impulsar la inovación desde nuestras propias comunidades
Es importante que nos apoyemos en nuestros valores compartidos de familia, colectivismo e historia para unir a nuestras comunidades y dirigir nuestras donaciones. Esto nos ayuda a informar cómo afrontamos soluciones innovadoras para nuestros retos más apremiantes. Un área en la que podríamos hacer esto es nuestro enfoque de la justicia climática y medioambiental.
A lo largo de las Américas, los grupos han estado abogando por lo que llaman “agricultura regenerativa”. Pero estas prácticas son anteriores a esos movimientos y tienen sus raíces en el conocimiento transmitido por generaciones de personas que han cuidado de la tierra, la flora y la fauna con un enfoque más holístico, conectado y amoroso para el bienestar comunitario. Estas prácticas agroecológicas abarcan dimensiones culturales y sociales de lo que significa ser responsable de la Tierra y de las demás personas, y reflejan mejor las ideas del buen vivir que las culturas de América Central y del Sur han respetado durante milenios.
Para asegurar esta visión de nuestro futuro (una democracia multirracial para las generaciones venideras) necesitamos trabajar colectivamente, en lugar de unos contra otros. Lo que estamos pidiendo como innovaciones en la comunidad latinx no se basa necesariamente en nuevas tecnologías o herramientas, sino en encontrar inspiración para las soluciones en nuestra sabiduría ancestral. Como nos recuerda Adrienne Maree Brown, “es imperativo regenerar nuestra curiosidad, nuestro interés genuino en las distintas opiniones y en las personas que aún no conocemos, ¿podemos verlas como parte de nosotros mismos?”.
Es importante que nosotros, en la comunidad Latinx, nos apoyemos en nuestros valores compartidos de familia, colectivismo e historia para unir a nuestras comunidades y guiar nuestras donaciones. El hacer esto nos ayuda a informar cómo elaboramos soluciones innovadoras.
Wakanda Forever centra esa curiosidad para que puedan comprender que la supervivencia de su cultura está arraigada en el amor por su gente. Debemos centrar esta curiosidad, amor y sabiduría ancestral para cambiar nuestras perspectivas sobre qué tipo de comunidades queremos ver dentro de 10, 20 y 50 años. Una vez que se nos dé el espacio para reimaginar lo que queremos, podremos realmente idear y desmantelar las estructuras, las políticas y los sistemas que obstaculizan el alcanzar esa realidad. Así que ahora, una vez más, cierra los ojos, respira y sueña con nosotros sobre ese futuro. Luego abre los ojos y examina qué papel puedes desempeñar y cómo puedes alinear tus recursos para ayudar a que sea posible esta visión.
- Notas
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1 Octavia E. Butler, “A Few Rules for Predicting the Future” (“Algunas reglas para predecir el futuro”), Essence, octubre, 2000.
2 Mukoma Wa Ngugi, “What Decolonizing the Mind Means Today” (“Qué significa hoy decolonizar la mente”), Literary Hub, 23 de marzo, 2018.
3 Hazel Pfeifer, “Amazon Tribes are Using Drones to Track Deforestation in the Brazilian Rainforest” (“Tribus del Amazonas utilizan drones para rastrear la deforestación en la selva brasileña”), CNN, 01 de septiembre, 2020.
4 Zachary Sherer y Yeris Mayol-Garcia, “Half of People of Dominican and Salvadorean Origin Experienced Material Hardship in 2020” (“La mitad de las personas de origen dominicano y salvadoreño sufrieron dificultades materiales en 2020”), America Counts: Stories Behind the Numbers (América cuenta: historias detrás de las cifras), Oficina del Censo de Estados Unidos, 28 de septiembre. 2022.
5 Adrienne Maree Brown, “Let it Breathe” (“Déjalo respirar”), blog de Adrienne Maree Brown, 11 de octubre, 2012
Autores originales
- Ana Marie Argilagos es presidenta y CEO de Hispanics in Philanthropy. Antes de incorporarse a HIP, fue asesora senior de la Fundación Ford, donde trabajó en estrategias de desarrollo urbano para ampliar las oportunidades económicas y promover la sostenibilidad en todo el mundo. Argilagos también fue responsable principal de programas en la Fundación Annie E. Casey. Es miembro de las juntas directivas de Rockefeller Philanthropy Advisors, CANDID, Chronicle of Philanthropy, PoderLatinx y la Santa Fe Community Foundation.
- Hilda Vega es vicepresidenta adjunta de Prácticas Filantrópicas en Hispanics in Philanthropy. Antes de unirse a HIP, fue directora del Fondo CLIMA, un fondo de colaboración de base mundial para la justicia climática y ocupó cargos en Social Impact Advisors, Libra Foundation, Avina Foundation y Unidos US. Es miembro de la junta directiva de Avina Americas.
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Este artículo es contenido original de la revista de Stanford Social Innovation Review publicado en la edición Primavera 2023.
- Traducción de Leticia Neria
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