La agencia de la ONU para los refugiados está implementando un sistema de cartera electrónica que facilitará el acceso a las ayudas en efectivo para los refugiados en Jordania.
En 2014, Omran Mansour llegó, con 29 años, a un campamento de refugiados sirio cerca de Azraq, en Jordania, con su esposa y dos hijos. Como no podía trabajar legalmente, Mansour se vio obligado a navegar el complicado sistema de asignación de apoyos provisto por la ONU, organizaciones gubernamentales y sin fines de lucro para sostener a su familia. Por casi una década, su familia utilizó tarjetas de débito, tecnologías de escaneo del iris y centros de donación para obtener acceso al apoyo de las Naciones Unidas.
Desde el estallido de la guerra siria en marzo de 2011, refugiados sirios como Mansour han estado llegando a Jordania, donde viven como una población sin respaldo. Las organizaciones que apoyan a los refugiados en este país se han mostrado ansiosas por agilizar el proceso de distribución de apoyos. Sin embargo, las leyes bancarias de Jordania, hechas para frustrar el financiamiento de terroristas y el lavado de dinero, han impedido que los refugiados puedan abrir cuentas bancarias, pues las regulaciones requieren documentos oficiales de identificación para verificar la identidad del cliente.
Las carteras electrónicas para teléfonos inteligentes, conocidas como eWallets, representan un nuevo método para distribuir ayudas que permite un mayor control financiero para los refugiados.
Más del 90% de los refugiados en Jordania tienen un teléfono inteligente, según Mette Karlsen, líder de la unidad de intervenciones basadas en transferencias de efectivo en la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) en Amman, Jordania.
En 2018, la agencia lanzó el proyecto piloto de eWallets para transferir asistencia financiera a 750 refugiados sirios, beneficiarios de una beca DAFI (Iniciativa Académica Alemana Albert Einstein; por sus siglas en alemán, DAFI), que ofrece a refugiados y estudiantes repatriados la posibilidad de obtener un grado universitario en su país de origen o de asilo. La pandemia de COVID-19 motivó a ACNUR a expandir el proyecto y avanzar más allá de la etapa piloto. Esta primavera, miles de familias refugiadas en Jordania comenzaron a recibir su ayuda mensual a través de carteras electrónicas. Para promover esta expansión, ACNUR realizó un proceso de licitación en 2021 en representación de la Common Cash Facility (CCF), una plataforma de ayudas en efectivo operada por un consorcio de miembros integrado por actores del sector en Jordania. La agencia seleccionó la UWallet de Umniah como proveedor debido al costo y los servicios propuestos; no obstante, los refugiados pueden utilizar cualquier proveedor de servicios financieros en el país para recibir ayuda.
Previo al uso de eWallets, ACNUR, el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) y los miembros de la CCF utilizaron tecnología de escaneo del iris, tarjetas de débito o dinero en efectivo para brindar ayuda a los refugiados. A menudo los refugiados contaban con tiempo limitado para acceder a estos fondos antes de ser devueltos a la agencia, de acuerdo con las regulaciones de administración financiera de la agencia.
“La cartera electrónica es un punto de inflexión porque ya no se trata nada más de que [los refugiados] reciban el dinero”, dice Karlser. “Se trata de construir un futuro donde ellos puedan administrar su propio dinero y puedan tomar sus propias decisiones”.
El sistema filtra las ayudas para refugiados a través de las compañías de eWallet existentes en Jordania, usadas ampliamente a lo largo del país para pagar cuentas, salarios y hacer otras transacciones financieras. La ubicuidad del sistema permite que los refugiados puedan usar su ayuda para comprar fuera de los campamentos, sin requerir tarjetas que revelan su estatus de refugiados a otros.
También pueden utilizar la ayuda asignada para adquirir bienes y servicios de miembros de la comunidad con habilidades específicas como Awad Ahmad Al-Smadi, quien ofrece un servicio de reparación de teléfonos móviles en el campamento Azraq. Al-Smadi espera que los eWallets ayuden a los refugiados a obtener mayor libertad financiera para que realicen compras en su puesto.
La proporción de refugiados que utiliza las eWallets ha crecido al 60%, lo que se traduce a 32,500 personas viviendo dentro y fuera de los campamentos jordanos de Zaatari y Azraq, desde que ACNUR amplió el uso de carteras electrónicas en 2020. Dentro de estos campamentos, el 98% de los hogares refugiados ahora reciben ayudas en efectivo para cubrir sus necesidades básicas a través de carteras electrónicas.
“Esta tecnología ha hecho nuestras vidas, las vidas de los refugiados, más sencillas”, dice Mansour, quien recibió para su familia, como primera asignación mensual en abril, la cantidad de 92 dinares jordanos (unos 65 dólares estadounidenses).
WFP ha comenzado a administrar las ayudas alimentarias a través de carteras electrónicas. La Organización de las Naciones Unidas también está trabajando con el Banco Central de Jordania para redactar una nueva estrategia de inclusión financiera para expandir el acceso a las eWallets y otros servicios financieros para refugiados. Los funcionarios públicos están buscando maneras adicionales para que los refugiados utilicen sus eWallets, incluyendo cobertura de seguros, microcréditos e historial crediticio. Karlsen espera que las carteras electrónicas aumenten la inclusión financiera al ayudar a los refugiados a aplicar y recibir préstamos a crédito, obtener licencias comerciales y tarjetas para compras, entre otros servicios.
“Estas son oportunidades fantásticas para invertir en la capacidad de las personas para hacerse autosuficientes”, afirma Karlsen. “Esa es la meta”.
Autores originales:
- Zoe H. Robbin es una becaria no residente en el New Lines Institute. Es ex becaria de investigación Fulbright en Jordania. Su trabajo ha sido publicado en Foreign Policy y Al Jazeera, entre otros medios.
- Bahaa Mohammad es un trabajador humanitario y habitante del campamento de refugiados Azraq en Jordania.
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Este artículo es contenido original de la Revista Stanford Social Innovation Review publicado en la edición otoño 2023.
Traducción del artículo Electronic Refugee Aid por Carlos Calles.
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