Every.org está impulsando una nueva ola de filantropía al eliminar barreras tecnológicas costosas para las organizaciones sin fines de lucro.
Dos ingenieros de software están aprovechando las tecnologías de las empresas de redes sociales para impulsar un aumento en las donaciones de beneficencia. “Nuestro objetivo es un mundo más generoso”, dice Tina Roh, quien lanzó Every.org en mayo de 2019 con Mark Ulrich.
Every.org es una plataforma que conecta a donantes con organizaciones sin fines de lucro y administra las donaciones para que las organizaciones puedan dedicar menos tiempo a la recaudación de fondos y al mantenimiento de páginas web de donaciones.
Cualquier organización sin fines de lucro puede crear un perfil en la plataforma, la cual utiliza herramientas de optimización como el aprendizaje automático (machine learning) y el análisis de datos para realizar mejoras constantes en la funcionalidad del usuario y las transacciones de los donadores. “Todas esas cosas son muy comunes en el sector tecnológico, pero están fuera del alcance de muchas organizaciones sin fines de lucro”, dice Roh.
El financiamiento de personas y organizaciones como la Fundación Bill y Melinda Gates y la Fundación Camp, del multimillonario tecnológico canadiense Garrett Camp, cubren los costos operativos y de personal, y permiten a Every.org ofrecer todos sus servicios de manera gratuita.
Los respectivos antecedentes en ingeniería de los cofundadores (Roh en Snap Inc., empresa matriz de la aplicación de mensajería Snapchat, y Ulrich en la compañía de la red social Pinterest) les dieron las habilidades para diseñar una plataforma que, al igual que las redes sociales, fomenta las interacciones en línea y la creación de comunidades.
Los donantes pueden ver qué organizaciones sin fines de lucro apoyan sus amigos, comentar qué los inspiró a hacer un donativo y compartir estos comentarios en otras plataformas de redes sociales.
Los donantes también pueden explorar las organizaciones de beneficencia por causa o ubicación. “Cuanta más gente la utilice, mejor será el algoritmo de clasificación, y entonces será muy fácil encontrar organizaciones sin fines de lucro que les interesen”, explica Roh. Con un equipo de nueve personas, incluidos varios ingenieros de software y diseñadores, Every.org utiliza pruebas A/B para descubrir qué funciones en línea resultan mejor para fomentar los donativos mensuales.
Debido a que Every.org actúa como intermediario, la plataforma facilita que las organizaciones sin fines de lucro reciban activos complejos (como acciones, donaciones de fondos asesorados por donantes y criptomonedas), que de otro modo no podrían aceptar por carecer de la capacidad técnica.
“Estamos viendo crecer el número de donantes interesados en donar criptomonedas, y organizaciones sin fines de lucro interesadas en aceptarlas”, afirma Ulrich. Las donaciones de criptomonedas atraen a donantes más jóvenes y expertos en tecnología, quienes, al estar activos bajo la guía del Internal Revenue Service (Servicio de impuestos internos), no están sujetos a impuestos. “Mientras el valor de las criptomonedas aumente de forma significativa y la estructura tributaria se mantenga como está, habrá un mercado para las personas que hayan acumulado criptoriqueza y quieran utilizarla con fines benéficos”, menciona Jessica Love, directora general de la consultoría Arabella Advisors.
Sin embargo, varios obstáculos disuaden a la mayoría de las organizaciones sin fines de lucro de aceptar criptomonedas. En primer lugar, son extremadamente volátiles. Los criptodonativos exigen decisiones inmediatas sobre si liquidarlos o conservarlos. También existen complejidades legales y contables. Al igual que con otros activos, las donaciones digitales para las que se solicita una deducción de más de 5,000 dólares deben tasarse por su valor. Y aunque existen recomendaciones contables informales, las reglas todavía están en progreso. “Las organizaciones sin fines de lucro que intentan resolver todo esto pueden sentir que no vale la pena”, dice Roh.
Every.org gestiona todo esto en nombre de las organizaciones sin fines de lucro. Después de recibir una donación de criptomonedas, la vende inmediatamente a través del servicio de corretaje estadounidense Coinbase y transfiere en dólares los ingresos a la organización sin fines de lucro. Esto minimiza los riesgos de volatilidad, ya que la moneda solo se mantiene brevemente, y libera a las organizaciones sin fines de lucro de la necesidad de instalar el software necesario para configurar y gestionar una criptocartera (un servicio digital que almacena las monedas digitales y administra las transacciones de manera segura).
“Si tuviéramos nuestra propia cartera, nuestro equipo de operaciones tendría que recibir la criptomoneda y liquidarla”, menciona Jennifer Xu, directora de desarrollo en Estados Unidos para Epic Foundation (Fundación épica), una organización sin fines de lucro usuaria de Every.org. “Eso puede llevar tiempo, y es complicado desde el punto de vista fiscal si la criptomoneda inicial aumenta de valor. Así que el hecho de que Every.org lo haga automáticamente es un gran beneficio”.
Sin embargo, la gran huella de carbono de las criptomonedas es más difícil de remediar. En su creación, algunas criptomonedas consumen la misma cantidad anual de energía que países enteros. En lugar de perder estas donaciones, Every.org acepta criptodonativos del mismo modo que aceptaría un obsequio de acciones de una empresa petrolera. Sin embargo, Roh es optimista en cuanto a que la preocupación por el medio ambiente impulsará el mercado de las criptomonedas hacia las “pruebas de participación”, que son más eficientes desde el punto de vista energético porque no dependen de los avanzados acertijos criptográficos utilizados en la minería de monedas como el Bitcoin.
Mientras tanto, el equipo se centra en ayudar a expandir la próxima ola de filantropía experimentando con dar incentivos de donación, analizando lo que motiva a los donantes y utilizando la tecnología para crear un flujo cada vez más continuo de donaciones benéficas para buenas causas. “La generación digital está estableciendo sus hábitos de donación”, dice Roh. “Queremos crear una experiencia que sea comparable a todo lo que hay en sus ámbitos digitales”.
Autores:
- Sarah Murray es periodista, autora, conferencista y escritora especializada en negocios, sociedad y medio ambiente para el Financial Times y otras publicaciones.
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Este artículo es contenido original de la revista de Stanford Social Innovation Review publicado en la edición primavera 2022.
- Traducido por Laura Morales
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