Pasar al contenido principal
Tecnológico de Monterrey Tecnológico de Monterrey
SUSCRÍBETE

Código CSS

DONA
  • Inicio
  • Revista
    • Edición actual
    • Ediciones anteriores
    • Todos los artículos
  • Secciones
    • Originales en español
    • Destacados
    • Qué Hay de Nuevo
    • Informe de Campo
    • Estudio de Caso
    • Punto de Vista
    • Investigación
    • Libros
    • Última Mirada
  • Series
  • Multimedia
    • Conversatorios
    • 15 minutos con expertos
    • Documentales
    • Historias sonoras
  • Desafíos
    • Arte y Cultura
    • Ciudades
    • Desarrollo Económico
    • Derechos Humanos
    • Educación
    • Inclusión y Equidad
    • Medio Ambiente
    • Privacidad
    • Salud
  • Soluciones
    • Activismo
    • Colaboración
    • Cultura Organizacional
    • Design Thinking
    • Filantropía y Recaudación
    • Gobernanza
    • Inversión de Impacto
    • Liderazgo
    • Medición y Evaluación
    • Tecnología
  • Sectores
    • Negocios
    • Gobierno
    • Fundaciones
    • ONG’s
    • Emprendimiento
  • Conócenos
    • Suscríbete
    • Acerca de SSIR en Español
    • Acerca de SSIR
SUSCRÍBETE

Código CSS

DONA

Compartir

De recluso a empresario

2025-03-31
Por Chana R. Schoenberger
SSIRñ #15
Emprendimiento
Investigación
Investigación

Las personas exreclusas que experimentan discriminación laboral tienen más probabilidades de dedicarse a la actividad empresarial.

 

Las personas que son liberadas de la cárcel suelen tener dificultades para encontrar trabajo. Este problema, a su vez, genera más obstáculos para los legisladores: si las personas que salen del sistema de justicia penal no pueden sostenerse a través del trabajo, batallarán para reintegrarse a la sociedad y será más probable que reincidan.

Los candidatos con antecedentes penales generalmente no son contratados debido a la persistente discriminación por parte de los empresarios, según demuestran estudios, y es común que quienes no encuentran trabajo vuelvan a ser encarcelados a los pocos años. Este problema afecta de manera concreta a las personas de raza negra, que de por sí ya son discriminadas.

Un nuevo estudio explora la opción que adoptan algunas personas exreclusas para evitar la discriminación en el trabajo: el espíritu emprendedor. Kylie Hwang, profesora adjunta de gestión y organizaciones en la Kellogg School of Management (Escuela de Gestión Kellogg) de la Universidad Northwestern, y Damon Phillips, profesor de gestión en la Wharton School (Escuela Wharton) de la Universidad de Pensilvania, descubrieron que las personas exreclusas de raza negra tienen más probabilidades de “dedicarse a la actividad empresarial debido a la discriminación que sufren por parte de los empleadores” y que quienes lo hacen suelen obtener mejores resultados. Emprender por cuenta propia puede parecer un camino más arriesgado, pero en promedio ganan más que sus compañeros con empleos, así como tienen menos probabilidades de reincidir.

Para examinar la situación laboral de los exreclusos, Hwang y Phillips utilizaron datos de la US National Longitudinal Survey of Youth (Encuesta Longitudinal Nacional de la Juventud de Estados Unidos) de 1997, la cual se realizó durante 15 años. Los investigadores también analizaron datos del National Employment Law Project (Proyecto de Ley de Empleo Nacional) sobre las leyes de prohibición de empleo en todos los estados del país. Dichas leyes les prohíben a los empleadores hacer preguntas a los candidatos en la primera ronda de entrevistas sobre las condenas por delitos graves que hayan tenido en el pasado. Dado que estas leyes se fueron aprobando y poniendo en práctica gradualmente a lo largo de 15 años, la expansión legislativa permitió a los investigadores utilizarla como un experimento natural para observar el desempeño de las personas exreclusas, dependiendo de si el lugar donde vivían tenía o no vigente esta ley antidiscriminación en el momento de su liberación.

Hwang y Phillips constataron que la puesta en marcha de las leyes de prohibición de empleo en los distintos estados y ciudades se correlacionaba con una menor tasa de iniciativa empresarial entre las personas de raza negra que habían estado encarceladas, lo que indicaba que no sufrían tanta discriminación laboral y que podían ser contratadas en puestos de trabajo con menos problemas una vez aprobadas dichas leyes. (Los investigadores constataron este efecto sólo cuando analizaron a las personas de raza negra, no a otros grupos demográficos). Esta conclusión indica que el espíritu emprendedor es la opción preferida de quienes sufren discriminación durante el proceso de contratación, no necesariamente porque prefieran trabajar por cuenta propia o se sientan motivados para crear una empresa.

Ser emprendedor no es fácil, y el acceso al financiamiento es un problema importante para cualquiera que inicie un negocio. Según Hwang, los emprendedores de este grupo pospenitenciario se enfrentan a obstáculos mucho mayores que los demás, ya que luchan por conseguir las limitadas cantidades de capital inicial de las que disponen las pequeñas empresas de bajo crecimiento que no requieren conocimientos especializados. Sin embargo, los datos muestran que estos obstáculos no son tan grandes como la discriminación laboral a la que se enfrentan estas personas tras salir de prisión.

Según Howard Aldrich, profesor de sociología de la Universidad de Carolina del Norte-Chapel Hill que estudia el espíritu emprendedor, el tipo de nuevas empresas que analiza el estudio no suelen ser empresas tecnológicas de nueva creación financiadas con capital riesgo, ni siquiera compañías que califican para obtener préstamos bancarios. En cambio, las personas recién liberadas de la cárcel suelen poner en marcha lo que él denomina “oportunidades de negocio mundanas, ordinarias y cotidianas que tienen pocas barreras de entrada, a menudo se hacen en solitario y permiten a la gente capitalizar la experiencia empresarial y las conexiones sociales que puedan tener”, aunque no cuenten con un título universitario o tal vez ni siquiera un certificado de preparatoria.

Estas empresas obtienen su financiamiento a través de ahorros, tarjetas de crédito o pequeños préstamos de familiares y amigos, al margen del sistema formal de crédito empresarial. En muchos sentidos, son el prototipo de empresa estadounidense, ya que solo el 20% de los cientos de miles de empresas que se establecen cada año tienen empleados, indica.

“Me ha encantado ver que Kylie Hwang y Damon Phillips han llamado la atención sobre la importancia social y económica de este tipo de empresas a la hora de permitirles una segunda oportunidad a las personas exreclusas en el mercado laboral”, apunta Aldrich.

 

Basado en: Kylie Hwang y Damon Phillips, “Entrepreneurship as a Response to Labor Market Discrimination for Formerly Incarcerated People,” American Journal of Sociology, próximo a publicarse.

Autora original

  • Chana R. Schoenberger es una periodista radicada en la Ciudad de Nueva York. Escribe sobre temas de negocios, finanzas e investigación académica. Encuéntrala en Twitter: @schoenberger.

Este artículo es contenido original de la revista de Stanford Social Innovation Review publicado en la edición verano 2024.

  • Traducción del artículo Prisoner to Entrepreneur por Ángela Mariscal

 

Recomendado para ti

Gatos compañeros de prisión

En Chile, los compañeros peludos mejoran la vida de los reclusos

Liberar un mercado cautivo

La empresa emergente Ameelio, permite enviar postales, cartas y fotos a sus amigos y familiares en prisión de forma gratuita. La comunicación, sin importar las condiciones de libertad, también es un derecho.

¿Te gustan nuestras historias?

Dona para seguirlas disfrutando de forma gratuita.

🇲🇽 DESDE MÉXICO
🌎 DESDE EL RESTO DEL MUNDO

 

 

IA con proposito Descubre cómo la IA está impulsando a organizaciones sociales en América Latina.

 

 

lee la nueva edición

 

 

Compartir

Logo Footer Tecnológico de Monterrey
  • SUSCRÍBETE
  • PATROCINA CONTENIDO
  • AVISO LEGAL
  • POLÍTICAS DE PRIVACIDAD
  • AVISO DE PRIVACIDAD
  • SOBRE EL SITIO

 

Logotipo Stanford Social Innovation Review Tecnológico de Monterrey

 

Copyright © 2021 Stanford University.