En países de bajos ingresos, la crisis de la COVID-19 está amenazando a pequeños negocios o en crecimiento, así como a las organizaciones de desarrollo de capacidades (CDO, por sus siglas en inglés) de las que estos dependen. Es crucial ayudar a las CDO a superar tres tipos de desafíos financieros para responder a la devastación económica actual y futura. |
Fotografía por iStock/Rich Legg
La crisis de la COVID-19 ha causado pérdidas e interrupciones sin precedentes en todo el mundo. Entre sus muchas víctimas, se encuentra unas importantes y determinantes generadoras del crecimiento económico inclusivo y de empleos de alta calidad en países de bajos ingresos: las pequeñas empresas en crecimiento (PEC).
Cerca del 40% de estas empresas de mercados emergentes—un subconjunto orientado al crecimiento de micro, pequeña y mediana empresas (MYPYMES)—enfrentará un potencial fracaso en los próximos seis meses, debido a esta crisis, según los datos recopilados por los miembros de la Aspen Network of Development Entrepreneurs (ANDE). Más allá de las inquietantes historias del cierre de negocios individuales, las consecuencias económicas podrían ser devastadoras: La evidencia reciente del Banco Mundial calcula que las empresas de alto crecimiento representan alrededor de la mitad del total de los nuevos empleos en mercados emergentes.
Aunque es imposible garantizar que cada PEC de los mercados emergentes sobrevivirá a esta crisis, lo cierto es que muchas fracasarán innecesariamente por no tener acceso a mentores, redes, y otras herramientas y servicios proporcionados por las organizaciones internacionales de desarrollo, que incluyen también a las organizaciones de desarrollo de capacidades (CDO), como proveedores de asistencia técnica, incubadoras, aceleradoras, redes de emprendedores e investigadores.
La evidencia muestra que las CDO pueden ser particularmente efectivas para apoyar a las PEC en medio de una crisis. Durante el conflicto social de Nicaragua de 2018-2019, por ejemplo, las pequeñas empresas que participaron en el programa Impulsa tu Empresa de TechnoServe, tuvieron casi el doble de probabilidades de permanecer en el negocio, en comparación con las que no fueron partícipes, y otro estudio académico, en preparación, muestra que las empresas participantes consideran que, de no haber sido por este programa, sus ingresos hubieran experimentado un declive adicional del 26 por ciento.
Sin embargo, estas CDO están en riesgo de fracasar debido a la COVID-19, justo cuando las PEC más las necesitan. Casi un cuarto de las CDO que son miembros de la ANDE informaron de un riesgo organizacional “alto” o “existente” debido a la COVID-19, y más de una tercera parte ya se han reducido, e indudablemente habrá más despidos por venir. Una parte de su precaria condición se debe a sus financiadores. En los últimos diez años, estos han presionado a las CDO a cambiar su enfoque de financiación por subvenciones a modelos de pago por servicio. Estas dificultades son particularmente serias para las CDO basadas en mercados emergentes, las cuales frecuentemente carecen de acceso a la ayuda gubernamental o a redes de seguridad social más amplias.
Si estas CDO fracasan, los emprendedores se quedarán sin apoyo, el cual es crucial para la supervivencia de sus negocios, desde Gauteng hasta Birmania. Con la crisis de la COVID-19, amenazando con quebrar a las ya debilitadas PEC y CDO, los financiadores deberían reconsiderar cómo es un modelo de financiamiento de una CDO y tener en cuenta tres categorías de acción:
Fondos Flexibles | Muchos subsidios para las CDO incluyen restricciones considerables de cómo se pueden utilizar los fondos. Sin embargo, en la actualidad, las necesidades financieras más urgentes de las CDO son preocupaciones operativas, como la nómina y el alquiler. Muchos financiadores han reconocido esto; por ejemplo, cuarenta financiadoras importantes de los Estados Unidos y fundaciones internacionales se han comprometido a un financiamiento más flexible para ayudar a los socios beneficiarios a satisfacer sus necesidades de emergencia provocadas por la crisis de la COVID-19, y Inside Philanthropy está proponiendo el mismo enfoque. Los financiadores que ya han proporcionado subsidios restringidos a las CDO deberían considerar convertirlos en subsidios sin restricciones, para que cada organización pueda determinar la mejor manera de mantener liquidez y adaptar su programación a la crisis.
Fondos Urgentes | Muchas CDO han desarrollado modelos comerciales que reducen el uso de subsidios, lo cual las pone en riesgo dada la inhabilidad de las PEC para pagar por servicios. Esto ha creado una necesidad crítica de que dinero nuevo cubra necesidades urgentes a corto plazo—principalmente, ayudando a las CDO a evitar el despido de personal capacitado y con experiencia, lo cual les permite continuar apoyando a las PEC. El apoyo financiero debe ser tal que contribuya a reducir las pérdidas del personal de las CDO y ser rápidamente aprobado y desembolsado. El monitoreo de impacto también debería dar seguimiento a las métricas que las organizaciones están generando, en lugar de adquirir nuevas, para así evitar ralentizar el proceso o desviar la atención lejos de las necesidades de las CDO.
Nuevos Programas | Las CDO también necesitan fondos para crear nuevos programas que ayuden a las PEC a sortear, tanto la crisis inmediata, como las condiciones y oportunidades del mercado posteriores a la crisis. A corto plazo, esto puede significar una nueva programación para ayudar a las PEC a diversificar sus fuentes de fondos, proporcionar apoyo emocional para el personal, administrar dinero en efectivo, y acceder a financiamiento relacionado con la COVID-19. Más adelante, las PEC necesitarán ayuda para adaptarse a las cadenas de suministros interrumpidas o permanentemente alteradas, para recopilar y dar sentido a la información sobre los mercados cambiantes, para cambiar productos o servicios para adaptarse a nuevos segmentos de clientes, y para dar un nuevo propósito a recursos ya existentes y aprovechar así nuevas oportunidades.
Respuestas iniciales
Las buenas noticias son que muchas organizaciones que apoyan a las PEC, particularmente las CDO, han adecuado rápidamente su programación y han desarrollado nuevos servicios para ayudar a las PEC a responder a la crisis de la COVID-19. Más del 80% de los miembros de ANDE, ha cambiado sus programas existentes, y más del 70%, ha desarrollado programas nuevos. La African Management Initiative (AMI), por ejemplo, ha lanzado una serie de programas a través de su campamento de entrenamiento de supervivencia COVID-19 Business Survival Bootcamp; los programas van desde predicciones de flujo de caja hasta sesiones de meditación enfocadas en el bienestar de las personas. En el futuro, AMI planea proporcionar herramientas para liderar en una crisis.
Otros cambios programáticos que han hecho las CDO incluyen subir contenido y programación en línea y aprovechar plataformas web existentes. Impact Hub en México, por ejemplo, ha convertido su extensa programación de apoyo en una serie de eventos virtuales. MicroMentor está utilizando su plataforma de asesoramiento en línea para poner en contacto a emprendedores con mentores que tienen experiencia en guiarlos a través de esta crisis.
Sin embargo, para muchas organizaciones no es factible, o efectivo, simplemente mudar su programación para que esté disponible en línea, sobre todo a corto plazo. Roshan Paul de Amani Institute, una organización que desarrolla habilidades emprendedoras alrededor del mundo, habló recientemente con miembros de ANDE sobre las limitaciones de la digitalización: “Nuestro impacto viene de la calidad de nuestras experiencias personales de alto contacto. Podemos mover algunos de estos aspectos a un ambiente en línea, pero al final, existen ciertas conexiones cruciales que son extremadamente difíciles de replicar en un entorno de tipo webinar”.
Las respuestas a la COVID-19 de las CDO, tales como las de AMI e Impact Hub, están ayudando a las PEC a hacer cambios severos para navegar la crisis actual y adaptarse al nuevo mundo que emerja cuando esta termine. Pero la supervivencia de estas CDO está lejos de estar garantizada sin apoyo financiero adicional. Convocamos a los financiadores a actuar de manera rápida y creativa, para que este pilar central del ecosistema de las PEC pueda enfocarse en lo que hace mejor: desarrollar, implementar y escalar programación para fortalecer la resiliencia y el crecimiento de las PEC, el sector económico más importante en los mercados emergentes.
La investigación para este artículo fue avalada por el Mastercard Center for Inclusive Growth como parte de la Aspen Partnership for an Inclusive Economy.
Autores originales:
- Matthew Guttentag es director de investigación e impacto en Aspen Network of Development Entrepreneurs (ANDE). Previamente, desarrolló, dirigió, y evaluó programas de emprendimiento y de inversión de impacto en organizaciones que incluyen USAID, LINC, y Mission Measurement.
- Kusi Hornberger es un miembro asociado y líder de conocimiento global en Dalberg Advisors. Kusi también es colíder de Finance & Investment Practice, y le apasiona, particularmente, el uso de financiamiento y tecnología innovadores para acelerar los Objetivos de Desarrollo Sustentable de las Naciones Unidas (ODS).
- Mark Pedersen es director de proyectos en Dalberg Advisors; se enfoca principalmente en las PEC, inversión de impacto e inclusión financiera. Es también cofundador y exdirector de operaciones financieras de Frogtek, una empresa social con fines de lucro con sede en América Latina, la cual desarrolla e implementa tecnología móvil, específicamente, para pequeños comerciantes.
- Alekhya Sure es consultora asociada en Dalberg Advisors; se enfoca en el crecimiento inclusivo, salud pública y género.
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Este artículo es contenido original de la revista de Stanford Social Innovation Review publicado en mayo 12 de 2020.
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