La investigación no sirve si sus resultados no pueden ser aplicados. ¿Cómo desarrollar un entorno que aproveche la información y evidencias para promover un impacto positivo?
La investigación sobre programas sociales innovadores pueden quedarse varada en una recopilación cara y laboriosa de evidencia, pero ¿de qué sirve esta evidencia si no se utiliza, o incluso no se lee? De acuerdo a un estudio del Banco Mundial, casi una tercera parte de los reportes disponibles en PDF en su página de internet nunca han sido descargados.
Las organizaciones de investigación internacionales han progresado en asegurarse que la información que generan vaya más allá de simplemente realizar una publicación, y en cambio, llegue e informe a las personas que toman decisiones. En los últimos 18 años, la estrategia organizacional de Innovations for Poverty Action (Innovación para Actuar sobre la Pobreza, IPA por sus siglas en inglés) ha evolucionado de un enfoque limitado a generar evidencias, a un entendimiento lineal que va desde la generación de evidencias hasta su difusión, para así alcanzar un enfoque iterativo y fundamentado de co-creación entre investigadores y usuarios finales de la investigación.
En esencia, nuestra estrategia identifica las oportunidades apropiadas para que la evidencia promueva un cambio real: se asocia a los usuarios finales para responder sus preguntas, utiliza un conjunto de herramientas que van más allá de las evaluaciones de impacto, empodera a investigadores locales y a quienes toman las decisiones, e invierte en una capacidad de datos localizada para asegurar que el aprendizaje pueda ser continuo. Ya no somos solamente una organización generadora de información, sino más bien una mediadora de ella: trabajamos con una diversidad de socios ejecutores para recopilar datos e información y darles el uso adecuado.
Siendo más específicos, en IPA aplicamos una estructura del qué, quién y cómo se utiliza la información. De esta forma, nos aseguramos que el trabajo de financiar políticas con base en la información sea menos sobre la producción de artículos y más sobre la construcción de alianzas significativas y multidimensionales, las cuales fundamentan las decisiones críticas a partir de evidencias efectivas.
Al entender mejor cómo se usa realmente la información, los patrocinadores ––desde las más pequeñas hasta más grandes fundaciones, patrocinadores gubernamentales, y bancos de desarrollo multilateral–– deben cambiar la manera en la que invierten si quieren aprovechar el potencial de la información. Mientras que los mediadores de información, como IPA, necesitamos poner la calidad y la profundidad de nuestras alianzas al mismo nivel que la calidad de la información que generamos, si queremos asegurarnos de que ésta sea, en efecto, utilizada.
Qué, quién y cómo
A través de nuestro trabajo en más de 20 países, con aliados que tienen diferentes niveles de experiencia con la información, IPA ha descubierto que poder fomentar el uso de información depende del contexto, especialmente de lo que llamamos disponibilidad de información: experiencias preexistentes y en curso relacionadas con el uso de evidencias, información y con aplicar la investigación en la práctica de cada país, sector o institución en donde buscamos fomentar el uso de la información.
Nuestro esquema de disponibilidad de información fluctúa desde contextos de información poco confiable (trabajar con un aliado que prácticamente no tiene acceso a información fidedigna) hasta contextos de información exhaustiva y aplicación de la misma (aliados cuya creación y utilización de información y evidencia son continuas y están en curso). Previsiblemente, la mayoría de los aliados interesados caen dentro de un rango medio. Los aliados que ya han trabajado en algunos ejemplos concretos en donde se ha aplicado la información al diseño de programas y políticas tienen más oportunidades para desarrollar formas propias de generar información, y de escalar programas bien informados, lo que reduce el rol de los mediadores de información.
El esquema enseña a los usuarios a no tratar todos los contextos de manera uniforme, y a detectar oportunidades para buscar la aplicación de la información dentro de un rango de contextos amplio.
Dada la variedad de contextos, el camino hacia la asimilación de la información no es lineal ni uniforme, pero nuestra experiencia sugiere que encontrar oportunidades de alto impacto (qué), construir el ecosistema para apoyar el uso de información (quién), y aprovechar herramientas específicas (cómo) puede ayudar a concentrar los esfuerzos en el impacto.
El qué del uso de información: encontrar oportunidades de políticas de alto impacto | No todas las oportunidades en la investigación de desarrollo internacional tienen un alto potencial de aplicar la información. IPA da prioridad a las oportunidades que cumplan con 4 condiciones: cuentan con un organismo de investigación existente sobre el cual se pueda construir; existe la oportunidad para influir en decisiones importantes; hay relaciones existentes, y se dispone de un fondo vigente para la implementación.
Por ejemplo, IPA se alió con el Consejo de Educación de Ruanda (REB) desde 2014. Nuestro esquema de jerarquización se empleó muy bien cuando el REB, junto con IPA y otros aliados, aprovecharon la oportunidad de centralizar el reclutamiento de profesores y de redactar nuevamente su estrategia de capital humano para incorporar tanto la evidencia como los datos. Esta oportunidad cumplía con todas las condiciones. Ya se tenía un fuerte conjunto de evidencia creada conjuntamente sobre contratos de desempeño de profesores. Adicionalmente, IPA ya mantenía sólidas relaciones de trabajo con personas clave en el ecosistema de educación de Ruanda. Además, estaban a punto de tomar decisiones importantes acerca de diferentes políticas: los oficiales de Ruanda se estaban preparando para redactar nuevamente la estrategia de implementación y de reclutamiento de profesores. Finalmente, a mediano plazo, el programa tendría un costo neutral para el gobierno, haciendo que los fondos para su implementación fueran un tema fácil de afrontar.
El quién de la aplicación de la información: equipar a un ecosistema completo con información | Construir una cultura donde se aplica sostenidamente la información requiere un enfoque más amplio que el de simplemente encontrar una fuente de información muy particular y específica. Significa involucrar a todo el ecosistema de actores relevantes y enfatizar los incentivos de cada uno para alcanzar sus propios objetivos de impacto. Dicho ecosistema incluye al personal técnico de los departamentos y organizaciones, más funcionarios a niveles directivos y de liderazgo político, y patrocinadores multilaterales o bilaterales, al igual que contrapartes en el gobierno.
También nos hemos dado cuenta de que el proceso se puede acelerar si se forman alianzas con investigadores, actores políticos y administradores de países con ingresos bajos a medios con la capacidad y el conocimiento necesarios para generar y aplicar la evidencia más importante en su contexto. Esta estrategia es generalmente más fructífera, y también resulta más equitativa para los mediadores de la información, que la estrategia de privilegiar sus propias perspectivas o depender de “experiencias” que no estén basadas en el contexto local.
Cómo aplicar la información: Despejar el camino para aplicar la información, y, después, equipar a los aliados para su cumplimiento | Aún cuando se identifiquen las oportunidades adecuadas para la aplicar la información y se construyan las coaliciones correctas, pueden existir fallas cuando los interesados más importantes se comprometen a la recopilación de evidencias, pero no realizan el trabajo complementario que implica realmente aplicar la información. Por ejemplo, los investigadores se pueden enfocar en los mecanismos causales que entran en acción durante una intervención, pero no logran recopilar información sobre detalles programáticos cruciales acerca de cómo se realizó e implementó. Así como es un error pensar que una sola evidencia vital puede generar una transformación en el uso de la información, es también un error pensar que invertir parcialmente en el cómo, generará un impacto.
Por ejemplo, el año pasado, IPA y un extenso grupo de investigadores de la Universidad de Stanford y de la Universidad de Yale, llevaron a cabo una prueba controlada aleatorizada (RCT por sus siglas en inglés) en forma masiva, sobre cómo mejorar en Bangladesh el uso del cubrebocas para prevenir COVID-19. El modelo utilizado incrementó en más del triple la utilización de cubrebocas, y dicho efecto continuó aún después de la intervención. Ya que este enfoque tuvo el poder de salvar miles de vidas a un costo muy bajo durante un rebrote importante en el sur de Asia, pasamos muy rápidamente de una fase de investigación a una de implementación a gran escala. Los primeros incrementos ––de cuatro millones de personas en India a través de la Self-Employed Women’s Association (Asociación de Mujeres Autoempleadas, SEWA por sus siglas en inglés)–– y de 81 millones de personas en Bangladesh a través de BRAC- necesitaban urgentemente una herramienta de monitoreo que pudiera desplegarse fácilmente, para entender si el programa pudiera funcionar en diferentes contextos y escalas, y que, al mismo tiempo, pudiera informar a la administración. Si no hubiéramos invertido en este monitoreo, es probable que no hubiéramos podido convencer a más aliados de adoptar esto, y, seguramente, hubiéramos desaprovechado espacios críticos para su implementación a gran escala.
Mejorando
Generar investigación, ya sea en forma de pruebas controladas aleatorizadas, datos o cualquier otro tipo, es solamente la mitad del trabajo y no sirve de nada si la información recopilada no se aplica. Pasar a la implementación de la información ––identificar oportunidades adecuadas, equipar al ecosistema, y utilizar las herramientas adecuadas–– se da actualmente tanto de forma desestructurada y con muy pocos recursos. Los patrocinadores y los beneficiarios deben comprometerse al ciclo completo de evidencia-a-políticas, y en el cual exista un plan para aplicar la información y en el que se hagan responsables del resultado. Para lograr este objetivo, las inversiones deben de estar enfocadas en los aliados, ser flexibles, ser de largo plazo, ser rentables, y estar apoyadas en un aprendizaje basado en aquello que funciona para promover la aplicación de la información.
Enfoque en alianzas locales | Las organizaciones que generan información no son necesariamente quienes la utilizan, y este desfase puede crear situaciones de patrocinio complicadas. Pero las agencias patrocinadoras pueden utilizar su influencia para asegurar alianzas entre las entidades que generan información y aquellas que son usuarias de esta, y hacerlas responsables de completar un ciclo de información-a-aplicación. También pueden asegurarse de que los fondos para aplicar un programa de evidencia bien informada no termine justo en el momento en que surge la información que apoya su aplicación, un resultado kafkiano que hemos experimentado varias veces. Los mediadores locales pueden mediar en estas alianzas, defender el uso efectivo de los fondos, y asegurarse de que el conocimiento no se pierda en la transición entre que la información se genera y se aplica.
Flexibles y de largo plazo | Los fondos para aplicar la información deben estar enfocados a los resultados; deben de ser flexibles en cuanto a los resultados a corto y mediano plazo, ya que las vías para el cambio de políticas son diversas y están interconectadas; y, también, deben de perdurar en el largo plazo para asegurar el impacto que se busca. Las oportunidades para tener influencia sobre una política se pueden abrir y cerrar rápidamente, muchas veces por eventos que quedan fuera del control de quienes se benefician de los fondos. Los objetivos financieros que son demasiado rígidos presentan barreras que no permiten alcanzar los mejores resultados en la recopilación de datos y de información.
Estar fundamentado en pruebas y ser rentable | Los patrocinadores y los beneficiarios deben comprometerse a aprender de aquello que funciona para aplicar la información y buscar modelos fundamentados en pruebas que sean rentables y de-información-a-políticas. Las agencias que apoyan la aplicación de información en el desarrollo global, tales como USAID Development Innovation Ventures (Empresas del Desarrollo de la Innovación de la USAID, por sus siglas en inglés), el Fondo de Innovación Global y el Nuevo Fondo para Innovación en Desarrollo, utilizan una perspectiva de rentabilidad al considerar sus subsidios. Michael Kremer, ganador del premio Nobel en economía y director científico de USAID Development Innovation Ventures, ha realizado, junto con sus colegas, investigaciones valiosas sobre cuáles inversiones en innovaciones de desarrollo han rendido frutos.
Debemos tomar dicho trabajo como base para evaluar la efectividad relativa de diferentes estrategias de información-a-políticas. Hasta donde sabemos, estos aprendizajes y evaluaciones no se están realizando de manera sistemática. Al ser una comunidad que fundamenta el desarrollo en pruebas, podemos hacerlo mejor.