Ante la creciente desigualdad en México, una moneda social se convierte en una herramienta de empoderamiento y autogestión para la comunidad, colocando a la persona al centro de todos los intercambios económicos.
Incluso antes de la pandemia por Covid-19 que inició en 2019, México estaba inmerso en un círculo de desigualdad, pobreza y falta de crecimiento económico. A casi tres años del inicio de la pandemia, las cifras de pobreza, exclusión y desempleo han aumentado: 58.1 millones de mexicanos viven en pobreza, 2.5 millones más que hace dos años. Además, existen 1.9 millones de personas en desempleo y la tasa de trabajo informal aumentó un 7.7%. Esta situación se recrudece en el sector rural, donde los pequeños productores no encuentran oportunidades ni posibilidades de desarrollo y se enfrentan a dificultades organizacionales, técnicas y financieras. Ejemplo de esto es la falta de infraestructura y la falta de acceso a capacitación técnica, empresarial y de modelos de negocio, que, a su vez, dificulta la consolidación y desarrollo de microemprendimientos. Por otro lado, la exclusión financiera a la que se ven sujetas las microempresas rurales cuando las instituciones financieras tradicionales no los consideran sujetos de crédito, agrava las desigualdades sociales e imposibilita que un sector importante de la población salga de la línea de pobreza.
Estos son algunos desafíos en Espinal, un municipio del estado de Veracruz, en México. Espinal es un pequeño poblado al nortede Veracruz, en la región de Totonacapan. Esta región se formó en torno a la ciudad prehispánica del Tajín, en donde alguna vez se desarrolló la cultura totonaca. A nivel nacional, Espinal se encuentra entre el grupo de municipios con alto grado de marginación. Tiene un alto índice de pobreza y pobreza extrema, tasas elevadas de población con carencia alimentaria, salarios por debajo del mínimo de bienestar, alta tasa de desempleo, un importante porcentaje de viviendas con hacinamiento, techos inseguros, sin energía eléctrica, sin agua entubada ni drenaje. Además, en el municipio de Espinal, solo un 22% de la población es económicamente activa. Esto podría explicar la falta de ingresos, las tasas de pobreza y la cantidad de robos que ocurren en el área. En esta región, históricamente excluida y marginada, es donde surge el túmin, una innovación capaz de empoderar a sus actores sociales y educativos a través de relaciones de confianza y de cooperación que impactan de manera positiva en sus condiciones económicas y sociales.
El túmin se plantea como un germen de transformación, una posibilidad de desarrollo para los espinalenses. Su historia de desarrollo local a partir del túmin, una moneda social, muestra algunas características que convierten a las finanzas éticas en un modelo de innovación sustentable para las condiciones de desarrollo en México. Las finanzas éticas plantean, desde una lógica solidaria y cooperativa y sin contraponerse a la sostenibilidad económica, una democratización de la esfera financiera, generan nuevas formas de organización y participación que favorecen el empoderamiento de grupos excluidos del entramado financiero tradicional.
El túmin es un caso de iniciativa social asociado a las finanzas éticas que permite explorar los retos y las oportunidades de acción colectiva a los que se enfrenta una iniciativa de este tipo. Además, este ejemplo permite evaluar las condiciones que se requieren para ser un ejemplo exitoso de este tipo de iniciativas, así como mecanismos de seguimiento y medición necesarios para que estos sistemas puedan estudiarse y manejarse para que logren convertirse en iniciativas consolidadas y escalables.
Túmin era el nombre totonaco que se le daba a la moneda con que se pagaba tributo a la corona española. Ahora, el túmin reinventa su significado y su propósito.
El túmin: una nueva moneda frente al desempleo
En la lengua totonaca, túmin significa dinero. Esta palabra se empleó desde la época de la colonia y fue el nombre que se le daba a la moneda con la que los indígenas pagaban sus tributos a la corona española. Con este mismo nombre, esta nueva moneda social reinventó su significado y su propósito. El túmin surge como una iniciativa social de un grupo de profesores de la Universidad Intercultural Veracruzana, liderados por los profesores Juan Castro y Álvaro Lobato. Algunos de los profesores que forman parte del grupo fundador tenían experiencia militando en organizaciones de la sociedad civil dedicadas a la defensa de los Derechos Humanos, específicamente, en la Red Unidos por los Derechos Humanos (RUDH); otros, compartían los principios y militaban con el movimiento zapatista de Chiapas; algunos otros conocían y se habían formado en procesos de educación alternativa y economía solidaria. Movidos por la situación económica y social que se vivía en Espinal, este grupo de profesores con un espíritu de lucha social compartido, convergen, se reencuentran y comienzan a pensar en alternativas, que se alejaran de visiones asistencialistas, y que pudieran mejorar la calidad de vida de los espinalenses.
Cuando el proyecto nace, no nace únicamente como una moneda alternativa, sino que se piensa en un proyecto de mayor impacto. La intención era generar un microsistema económico alternativo al hegemónico y que integrará varios eslabones de la cadena productiva. Así, a partir del túmin, se crea un mercado alternativo de economía solidaria cuyo eje articulador es, precisamente, esta moneda social. El túmin como medio de intercambio, se enmarca en las iniciativas de innovación social, asociadas a las finanzas éticas en México. Las finanzas éticas se definen como innovaciones sociales que, lejos de entender a la rentabilidad como criterio único de éxito, colocan a la persona y su dignidad al centro; al tiempo que promueven nuevas formas de participación y de organización que favorecen la autogestión y el empoderamiento de colectivos vulnerables y excluidos. El túmin es un ejemplo de finanzas éticas ya que considera al intercambio económico como una palanca de desarrollo social y económico para la comunidad, ofrece al colectivo una posibilidad de tomar el destino en sus propias manos y alejarse de una visión asistencialista.
Finanzas éticas en tres direcciones
Las iniciativas financieras alternativas en México encuentran sus raíces en las prácticas financieras y de intercambio que se llevaban a cabo muchas antes de la conquista española. Desde hace tres décadas, México está experimentando un reavivamiento de organizaciones y prácticas financieras colectivas, como una alternativa para hacer frente a las dificultades del contexto social, económico y político que hemos experimentado. Las finanzas éticas en México, pretenden ser propuestas que, inscritas como procesos de innovación social, permitan superar al lucro como el fin único de la actividad financiera y permitan generar herramientas financieras y de intercambio que se centren en la persona y en la satisfacción de necesidades no solo económicas, también sociales. Este artículo propone una clasificación de iniciativas de finanzas éticas en México, que, sin pretender ser normativa, se presenta como una guía para entender la diversidad de estas prácticas:
Iniciativas reguladas | En este primer grupo se encuentran las instituciones financieras sociales reguladas por la Ley de Ahorro y Crédito Popular, como las cajas populares, las cajas solidarias, las cooperativas de ahorro y crédito, y las uniones de crédito. Estas iniciativas se presentan como una alternativa de intermediación financiera para los excluidos del sistema de intermediación financiera tradicional. Es decir, permiten acceder a recursos financieros a los cuales no podrían desde el sistema bancario tradicional.
En México, el sector cooperativo y solidario, asociado a las finanzas éticas, trabaja con valores de apoyo mutuo y colaboración, promueve la inclusión financiera y, en general, opera con una lógica distinta a la del sector financiero tradicional. Un ejemplo emblemático de este tipo de iniciativas es: la Caja Popular Mexicana. Actualmente, la Caja Popular Mexicana, cuenta con más de tres millones de socios, repartidos en más de 450 sucursales en casi la totalidad de los estados del país. Su objetivo es ofrecer soluciones financieras accesibles para contribuir al balance de las condiciones socioeconómicas en México8 .
Fondos para el sector social de la economía | En este segundo grupo se encuentran iniciativas cuyo objetivo es apoyar las actividades del sector social de la economía, es decir, son instituciones que otorgan fondos de capital de trabajo y capital de riesgo que se distinguen de los medios tradicionales. Se distinguen, sobre todo, por sus objetivos socioeconómicos entre los que destacan: la creación de empleos directos, el desarrollo local y regional; impacto positivo en el medioambiente e impacto en el sector de la economía social y solidaria9 . Cabe aclarar que no cualquier fondo que ofrezca capital de trabajo y de riesgo puede considerarse como parte de las finanzas éticas. Para considerarse como tal, es necesario que en sus preceptos incluya objetivos sociales y cuente con métricas, tales como las que se mencionaré más adelante. Estas métricas son las que permiten medir su impacto social y económico. En este grupo encontramos a fondos del INAES, de la Secretaría de Bienestar, y algunos otros fondos de carácter privado.
Iniciativas de carácter parabancario | En el tercer grupo de iniciativas de finanzas éticas se encuentran aquellas iniciativas de carácter informal incrustadas en barrios y comunidades y que podemos asociar como el resultado de procesos de innovación social. Estas iniciativas son respuestas espontáneas por parte de la sociedad civil a los problemas socioeconómicos que los aquejan. Destacan por su carácter emancipatorio y por ser herramientas que buscan empoderar a las comunidades para hacerse cargo de su situación y alejarse de visiones asistencialistas. Son como una chispa de resistencia frente al sistema económico vigente y representan también un germen de transformación para avanzar hacia una sociedad más organizada, donde la colectividad y la ayuda mutua primen sobre la individualidad y el egoísmo. En este grupo se inscriben un sin fin de iniciativas, entre las que podemos encontrar: monedas alternativas/sociales, grupos de ahorro rotativo (tandas, como se conocen en México), cajas de ahorro, bancos comunitarios, mercados sociales, etc. Si bien, las iniciativas de finanzas éticas son diversas y presentan diversos modelos de negocio, tienen algunos objetivos en común. Por ejemplo, todas se presentan como procesos de innovación social que pretenden, por un lado, financiar actividades económicas y productivas inscritas en la economía social y solidaria. Por otro lado, buscan facilitar intercambios y generar herramientas de ahorro y préstamo para determinados colectivos. En un país de contrastes como México, un objetivo común es la lucha contra la pobreza para reducir desigualdades y exclusión.
El túmin comparte estos objetivos y se enmarca en el tercer grupo: una iniciativa de innovación social de carácter local y comunitario. Su fin es mostrar a la comunidad que otra forma de intercambio es posible, un intercambio donde, además de satisfacerse las necesidades materiales básicas, se crean nuevas convenciones y relaciones sociales. El túmin se diferencia de otros esfuerzos de finanzas éticas por ser una iniciativa que nace en el seno de la universidad y se plantea como un primer ejercicio de concientización de la realidad social y de trabajo organizativo que ocurrió en Espinal. Antes del túmin, Espinal era un lugar dónde sus habitantes estaban acostumbrados a depender de políticas asistencialistas. Por otro lado, se trata de una innovación no solo en el sentido de ser una nueva moneda de cambio, sino porque permitió generar redes de organización que no estaban presentes y habían sido olvidadas en esa región. Alrededor de esta moneda, se creó una red de intercambio capaz de construir relaciones de confianza y de cooperación para mejorar las condiciones económicas, sociales y políticas de la región.
En este puesto de un mercado ambulante en Espinal, se acepta la moneda social túmin como forma de pago.
Un modelo sostenible
Podemos distinguir 6 características que han consolidado al túmin como una iniciativa de finanzas éticas exitosa y sostenible, y que puede servir como ejemplo para evaluar otras iniciativas de esta naturaleza:
Se inspira en otros modelos solidarios | Como parte de una genuina búsqueda de alternativas, y dada su formación y experiencia en proyectos de economía solidaria, los profesores que participaron en la creación del túmin investigaron sobre el funcionamiento de sistemas monetarios alternativos que ya operaban tanto en México como en otros países; por ejemplo, el caso de wara y el wörgl, monedas alternativas que buscaba paliar los efectos ocasionados por la crisis económica que vivió Alemania y Austria en los años veinte. Después de un arduo proceso de investigación de otras experiencias de finanzas éticas basadas en procesos de innovación social, los profesores presentaron a sus estudiantes diversas experiencias de monedas sociales que existían en el mundo para animarlos a generar un proyecto que pudiera ser implementado en Espinal. Cuando el proyecto nace, no nace únicamente como una moneda alternativa, sino que se piensa como un proyecto de impacto mayor. La intención era generar un microsistema económico alternativo al hegemónico y que, a su vez, integrará varios eslabones de la cadena productiva. Así, surge el mercado alternativo y economía solidaria cuyo eje articulador es, precisamente, el túmin.
Tiene un objetivo claro | El objetivo inicial del túmin era lograr, por lo menos, que cincuenta comerciantes de la comunidad estuvieran interesados en participar en el proyecto; esto con la finalidad de lograr una red de intercambio robusta y abarcar varios eslabones de la cadena productiva. Finalmente, se logró que setenta comerciantes aceptaran ser parte del proyecto. Con estas setenta personas interesadas se organiza la primera asamblea para presentarles una serie de videos acerca de las diferentes monedas sociales que ya existían, no solo en México, sino también en otros países de América Latina; la intención era mostrarles que proyectos como el túmin eran posibles y viables. Entre los ejemplos que se presentaron, se mostró el tláloc; que ha servido como referente y modelo para la creación de otras monedas alternativas en México. Esta moneda circula en tianguis y ferias que sus participantes organizan en la ciudad de México. Una característica importante de esta moneda es que con los intercambios que se hacen a través de ella, tienen que ser de productos orgánicos, naturales, biodegradables, artesanales y/o didácticos. A diferencia del tláloc, el túmin no es una moneda ferial, es una moneda que circula todos los días entre los productores que la usan.
En esta primera asamblea, los socios recibieron, por única ocasión, 500T; los cuales equivalen a 500 pesos mexicanos. Con estos 500T los socios podían empezar a realizar intercambios entre ellos, el primer ejercicio de intercambio se realizó, precisamente, en esta asamblea. Desde ese primer momento los objetivos de esta moneda han sido claros:
- Convertirse en una herramienta que facilitará los intercambios económicos entre los habitantes de Espinal para favorecer la economía local
- Generar nuevos esquemas de pensamiento
- Generar espacios de transacciones económicas y sociales a nivel comunitario que no dependieran de la moneda nacional.
En resumen, su objetivo último es empoderar a sus habitantes para tomar las riendas de sus condiciones sociales y económicas.
Funciona de manera autónoma | El túmin es una moneda complementaria y por tanto no pretende, bajo ninguna circunstancia, sustituir al peso, la moneda de curso legal. El túmin es una moneda que circula, únicamente, entre productores, comerciantes o dueños de comercios. Esto representó el primer obstáculo que los promotores del proyecto tuvieron que sortear; ya que los impulsores de la idea no eran productores ni comerciantes. Para superar este reto, los líderes del proyecto tuvieron que trabajar de dos distintas maneras: por un lado, convertirse en productores para que el proyecto tuviera más fuerza y credibilidad; Por otro lado, convencer a otros productores de participar10. El túmin, a diferencia de otras monedas, no es una moneda ferial, sino que circula todos los días entre los comerciantes y productores de Espinal y de Papantla. El esquema de funcionamiento del túmin es fácil de explicar, entender y ejecutar; dado que se gestó en un contexto en el que no había un trabajo previo de organización. Por tanto, la equivalencia es la misma que la del peso mexicano. Por otra parte, como regla general, cada comerciante o productor debe aceptar como mínimo un diez por ciento del pago en túmin.
El túmin es un proyecto que se presenta como anticapitalista y autónomo, desligado de cualquier estructura pública o privada. Y si bien, en estos años ha recibido apoyo de algunas organizaciones de la sociedad civil y de algunas universidades que se han solidarizado con el proyecto, su financiamiento proviene de los socios y no depende del apoyo de externos.
Sus fundadores hacen hincapié en rechazar cualquier tipo de relación o intento de financiamiento de alguna estructura pública, para evitar que esto debilite la identidad y el espíritu con el que nació el proyecto.
Se organiza en forma democrática | La organización interna del proyecto es, en gran medida, responsabilidad de los socios promotores y de los socios fundadores; aunque todos los socios deben estar involucrados en la organización y gestión. Al ser una organización de carácter democrático la asamblea general funge como la autoridad máxima, ésta se realiza cada dos o tres meses. Las asambleas han sido rotativas y se han llevado a cabo en Espinal, Papantla y Zozocolco, con la finalidad de que un mayor número de socios pueda asistir11. Después de la asamblea, se encuentra la junta de buen gobierno, en ella convergen cinco comisiones de trabajo: 1) la coordinación general y bancaria, 2) la comisión de formación y educación, 3) la comisión de promoción y difusión, 4) la comisión de producción e intercambio y 5) la comisión de monitoreo y seguimiento. Cada una de estas comisiones está a cargo de socios, socios promotores o estudiantes de la Universidad Intercultural Veracruzana (UVI) que, de manera voluntaria, se adscribieron a ellas. A pesar de que las comisiones agrupan actividades que son importantes para el funcionamiento y desarrollo del proyecto éstas no funcionan como se esperaba y la mayoría de las tareas recaen, todavía, sobre la coordinación general.
La coordinación general y bancaria está a cargo de tres socios que cuidan el buen funcionamiento de todo el proyecto. Entre sus actividades se encuentran: emitir, resguardar y distribuir los vales; convocar a los socios a las asambleas o talleres; articular los intercambios, atender a los visitantes, articular relaciones con distintas asociaciones; resolver y gestionar cualquier problema o fricción entre socios12. Los integrantes de la coordinación general se rotan cada dos años, de esta manera todos los socios tienen la posibilidad de participar y cuidar del proyecto.
De la coordinación general, se desprende la casa del túmin. La casa del túmin es un espacio físico que se encuentra en Espinal y tiene dos funciones básicas. La primera es facilitar a los socios, que son productores, un área en la que puedan exhibir y poner a la venta sus productos. En la casa del túmin es posible encontrar una gran diversidad de productos, desde comestibles, libros y material pedagógico hasta blusas y bolsas hechas a mano por los socios del túmin que son de origen totonaca. Todos los productos que se exhiben tienen dos precios: un precio en pesos mexicanos y otro precio con un descuento si se paga la totalidad en túmin. Lo anterior, permite que los socios tengan acceso a productos de calidad y a un precio accesible; incluso les permite comprar productos sin necesidad de usar pesos en las transacciones. Los artículos que se encuentran en la casa túmin son el respaldo tangible del túmin, para mostrar que éste está blindado por la confianza entre los socios y por los bienes y servicios que éstos producen.
La segunda función de la casa del túmin es la de fungir como un espacio para reuniones, cursos, ciclos de cine comunitario; así como para llevar a cabo las asambleas mensuales de los socios. Por ejemplo, se organizan talleres de análisis de la realidad; así como “La Hora de la Tarea”, en ésta los niños de la primaria de Espinal acuden para ser asesorados en sus tareas por estudiantes de la universidad, a cambio de una cooperación de 5 túmin.
Las cinco comisiones que se desprenden de la junta de buen gobierno han sido la base para la consolidación del proyecto, tal y como lo conocemos ahora. La comisión de formación y educación, por ejemplo, se encarga de formar a los participantes en procesos de economía solidaria, finanzas éticas y organización comunitaria. La comisión de promoción y difusión tiene un brazo ejecutor importante: la revista Kgosni. Esta es una publicación, quincenal, de Derechos Humanos, que pretende que la sociedad espinalense se empodere, haciendo contrapeso a la desinformación emitida desde los medios de comunicación hegemónicos.
La revista además de contener artículos de Derechos Humanos y economía solidaria, esta acompañada de anuncios relativos al proyecto como informes, propuestas, fecha de las asambleas, nuevos socios que se agregan el directorio, etc. Hacia el final de la revista, hay un espacio para que los socios, que así lo deseen, anuncien los productos y/o servicios que ofrecen; éstos cooperan con 10 túmin que son empleados para la sustentabilidad del proyecto.
Tanto la casa del túmin como la revista Kgosni, son espacios estratégicos para el proyecto, ya que tal como lo expresa Juan Castro, uno de sus fundadores: “Una buena comunicación es imprescindible para que funcione cualquier organización y empieza a ser de importancia vital a partir de que se juntan dos personas”.
Las relaciones entre los miembros del grupo son de compañerismo | El túmin se planteó como un proyecto plural e incluyente; podía participar cualquiera que estuviera interesado siempre y cuando fuera productor o comerciante. En el inicio, no hubo un control riguroso para poder ser parte del proyecto, es decir, no había ni condiciones, salvo la que ya se ha mencionado. Tampoco se plantearon ni sanciones, se apelaba a la confianza del grupo. El túmin es un proyecto que busca impactar más allá de la dimensión económica, busca educar en solidaridad y mostrar a sus participantes que vivir y pensar de manera colectiva es posible.
Sin embargo, esto implica ir a contracorriente del sistema hegemónico y, por tanto, excluyen del proyecto quiénes no creen que la confianza, la solidaridad y la ayuda mutua son valores vigentes y necesarios; aquellos que viven del asistencialismo y que dejan su destino en manos de los partidos políticos y del estado13.
Por esta razón, la transición de cliente a compañero es un proceso ideológico que resume la esencia y naturaleza del túmin. Esta transición desafía los postulados y la lógica propuestos por el sistema económico en el que se privilegia a la competencia y a la individualidad, por encima de la solidaridad y la colectividad. Y es precisamente lo anterior lo que busca este proyecto: educar en solidaridad y generar nuevos procesos ideológicos que permitan a sus participantes hacerse cargo de su propio destino pensando desde la colectividad y no desde la individualidad.
Tiene socios en otras regiones | El túmin no solo ha crecido en otras localidades del estado de Veracruz, también en otros estados. Actualmente, está presente en al menos cuatro estados de México: Oaxaca, Puebla, Chiapas y recientemente en la ciudad de Toluca, en el Estado de México. Este crecimiento se ha dado por dos distintas vías. Por un lado, los colectivos que han conocido el proyecto se han acercado a la junta de buen gobierno y a la asamblea general para recibir asesoría y vincularse al proyecto. Por otro lado, hay algunas personas que han viajado al Espinal o a Papantla y que, sin ser socios del túmin, han entrado a comprar en algún comercio y al pagar han pedido recibir su cambio en túmin.
A estas personas que se vuelven usuarios del túmin sin ser socios, se les explica que, si están interesados en fomentar el proyecto en su localidad, deben empezar solos y comenzar a invitar a otros productores y comerciantes para comenzar a formar un grupo y un circuito corto de intercambios. Es fundamental que el grupo que se forme comparta los valores y principios rectores del proyecto para que éste no pierda la esencia por la que se creó. Algunos estados, como Chiapas, Oaxaca y Puebla han adoptado el modelo y el esquema de funcionamiento del túmin con mucho éxito. De hecho, estos tres estados tienen una moneda que se considera como túmin autónomo, ya que no dependen de la asamblea general de Espinal ni de la junta de buen gobierno. Desde la asamblea general y la junta de buen gobierno de Espinal se vuelve insostenible financiar la operación del túmin en todos los estados, así como llevar a cabo la gestión de todo el proyecto. En tanto el número de socios va aumentando en esos estados, se van generando las bases para que el proyecto se vuelva autónomo, aunque siempre con la intención de respetar los principios rectores generales del proyecto inicial.
El impacto de las finanzas éticas
Es posible clasificar las finanzas éticas, por su evolución y consolidación, en tres niveles de acción. A su vez, cada nivel de acción tiene impacto en tres distintas dimensiones: económica, social y política. La siguiente tabla presenta cada una de las dimensiones con los indicadores a través de los cuales podemos evaluar el impacto de las iniciativas de finanzas éticas, tal como el túmin, en cada una de estas tres dimensiones.
La dimensión económica implica que estas iniciativas puedan ser instrumentos para sustentar necesidades materiales básicas. Pero esta dimensión también sugiere que las prácticas de finanzas éticas son un apoyo para financiar microemprendimientos y emprendimientos solidarios, las cuales permiten el auto sustento y la generación de empleos; y, por tanto, generan desarrollo local. Por su parte, la dimensión social implica que estas iniciativas sean el vehículo para tejer relaciones sociales basadas en valores como: la solidaridad y la reciprocidad. Al tejer nuevas relaciones sociales, se puede generar cohesión social, sentido de identidad, pertenencia a un territorio y lazos de solidaridad.
Cuando en un barrio, comunidad o región se encuentran presentes los indicadores de la dimensión económica y los de la dimensión social, es posible que haya una disminución del sentido de exclusión económica y social, lo que deviene en una disminución de desempleo, crimen organizado y delitos. Finalmente, se considera a la dimensión política como la dimensión de último nivel. Esta implica que se genere sentido de ciudadanía y una preocupación genuina por participar en la esfera pública a través de la propuesta de políticas públicas. Esta dimensión se desarrolla solo en las iniciativas con un mayor grado de consolidación y de impacto. Un ejemplo histórico de iniciativas que han logrado tener impacto en estas dimensiones es el Grameen Bank. Grameen Bank surge en la década de los setenta en Bangladesh; es uno de los precursores del sistema de banco comunal para el otorgamiento de microcréditos. Este caso es particularmente interesante debido a que se gestó en uno de los países más pobres del mundo y ha tenido un gran éxito. Su modelo ha sido replicado no solo en la India sino en otros países.
Al igual, que el túmin, es una iniciativa que surge en el seno de la universidad. Como resultado, se propone otorgar pequeñas cantidades de dinero a personas particularmente empobrecidas, y sin posibilidad de acceder a financiamiento formal, para que lo emplearan en actividades productivas que les permitieran generar un sustento para sus familias y, al mismo tiempo, devolver la cantidad que se les había prestado14.
De acuerdo a la propuesta de clasificación anterior, el túmin puede evaluarse como iniciativa cuyo impacto se da en las tres dimensiones:
Dimensión económica | El túmin permite generar circuitos de intercambios cortos, complementando al peso mexicano. Ha sido complejo cuantificar el impacto que ha tenido el túmin en términos de reducción de pobreza, dado que no se tiene un esquema de medición que nos indique cuántas veces ha circulado un túmin, ni hay un esquema de trazabilidad de los intercambios.
Sin embargo, la circulación de esta moneda ha permitido que las comunidades donde se usa puedan atender necesidades materiales básicas. Por ejemplo, algunos productores de Espinal han podido continuar con sus emprendimientos a pesar de las consecuencias de la pandemia. Esto en buena medida, obedece a que los productores y sus proveedores hacen transacciones con túmin y permite la integración de varios eslabones de la cadena productiva. Por ejemplo, el dueño de la cafetería “Memin Pinguin” que se encuentra en Espinal, realiza transacciones con la mayoría de sus proveedores en túmin lo cual le ha permitido generar relaciones más fuertes con otros productores; relaciones que no se basan únicamente en la transacción económica sino en la colaboración y la solidaridad.
Dimensión social | Esta es la dimensión en la que el túmin ha tenido un mayor impacto. La circulación de esta moneda ha generado sentido de comunidad, cohesión social, y, sobre todo, la construcción de redes de intercambio solidario. Este intercambio solidario se observa, por ejemplo, en los letreros que hay afuera de cada comercio que acepta túmin: “Aquí aceptamos túmin”; los socios del túmin aseveran que esta frase para ellos significa: “Aquí confiamos en ti”; esto implica que dejas de ser un cliente y te conviertes en compañero.
Dimensión política | La propuesta del túmin es también una propuesta política, al mostrar que un intercambio solidario y colaborativo es posible, frente al sistema económico hegemónico. Un ejemplo de esto es la formación de asambleas, las cuales han traído nuevos modelos de organización y participación ciudadana a Espinal. Además de haber involucrado a la municipalidad, hoy día, al menos en Espinal, es posible pagar una parte del predial con el túmin.
La evolución de las finanzas éticas
Además de su impacto, es posible clasificar las iniciativas de finanzas éticas de acuerdo con su nivel de evolución y consolidación en cada una de las dimensiones de impacto, tal como se muestra en la siguiente tabla.
Como se puede observar, el primer nivel corresponde a aquellas prácticas que tienen impacto en la dimensión económica: facilitan el intercambio y permiten que colectivos con ingresos limitados puedan cubrir necesidades materiales básicas. Las iniciativas que se mueven en este nivel de acción tienen impacto en lo local.
En el segundo nivel, se puede ubicar a aquellas iniciativas que facilitan el proceso de intercambio y comercialización; éstas, además de impactar en lo económico impactan también en la dimensión social generando sentido de identidad y cohesión social en los lugares en los que se llevan a cabo, Su nivel de incidencia puede ser en lo local y lo regional.
En el tercer nivel, se encuentran aquellas prácticas que presentan un nivel de consolidación más avanzado; éstas podrían representar una opción de intermediación financiera incluyente y solidaria. Este tipo de iniciativas podrían llegar a impactar, no solo en las dimensiones económica y social sino también participar en la esfera política, proponiendo iniciativas de ley. Estas iniciativas podrían tener el potencial de operar a nivel local, regional e incluso nacional.
Actualmente, el túmin ha logrado tener un impacto regional, generando redes solidarias de intercambio, no solo en Espinal, sino en una amplia región al sur de México, por lo que puede clasificarse en el nivel 2 en cuanto a su evolución. Sin embargo, su modelo de organización tiene el potencial de ser una base para generar cooperativas de crédito y banca ética. Para alcanzar este nivel se requieren algunos esfuerzos de parte de los socios del túmin y de la junta de buen gobierno.
En primera instancia, se vuelve necesario la generación de métricas adecuadas, que permitan cuantificar el impacto del túmin en la mejora de las condiciones de vida de sus usuarios. Sin un sistema de métricas adecuado, los esfuerzos no se pueden cuantificar y por tanto mejorar. Por otro lado, se vuelve necesario generar un esquema de monitoreo, resolución de conflictos entre los participantes y un reforzamiento del esquema de gobernanza para las organizaciones del túmin, que son independientes a la junta de buen gobierno de Espinal. Lo anterior podría sentar las bases para una estructura más robusta.
Los retos para el avance de las finanzas éticas
El estudio de las iniciativas de finanzas éticas en México plantea la importancia de aprender lecciones de la evidencia empírica, así como evaluar su nivel de impacto y en qué medida logran condiciones de igualdad y solidaridad en las comunidades o grupos sociales dónde se llevan a cabo. Si bien es cierto que ha habido estudios e investigaciones en torno a iniciativas de finanzas éticas en México, también es cierto que han sido pocos los estudios que abordan a profundidad los problemas que estás prácticas enfrentan en temas relacionados con la acción colectiva.
Por ejemplo, poco se sabe acerca de la manera en que los actores de las iniciativas de finanzas éticas gestionan recursos comunes, y aún no es claro qué tipo de factores influyen en la consolidación y evolución de estas prácticas. Aquí se ha presentado al túmin como un proyecto ejemplar que tiene dos motivaciones principales: por un lado, resolver problemas de tipo económico y, por otro lado, proponer vertientes de carácter ideológico, esto busca devolver a la comunidad su dignidad y autonomía frente al control capitalista. A pesar de lo anterior, es importante aclarar que el túmin no representa una solución definitiva a los problemas causados por el sistema económico hegemónico.
Sin embargo, si representa un germen de transformación y la transición hacia una sociedad más justa y educada en solidaridad. Este se puede observar en tres ejes principales:
- Ha facilitado intercambios económicos entre los habitantes de Espinal con la finalidad de generar circuitos cortos de intercambio que redunden en una mejora de la economía local.
- Ha generado nuevos esquemas de pensamiento y convenciones sociales que han permitido empoderar a sus usuarios y mostrarles que pensar y vivir de manera colectiva es posible.
- Permitió la generación de redes de organización basadas en relaciones de confianza, solidaridad y cooperación. El túmin aún debe enfrentar una serie de desafíos para continuar consolidándose.
Entre algunos de estos retos se destacan, por un lado, la necesidad de sentar y documentar las bases para formar una organización de segundo nivel. Si bien, hasta ahora hay algunos sitios en donde el proyecto del túmin ya es independiente, este modelo no se ha sistematizado para poder ser replicado en otros estados. Este problema de sistematización muestra que, aún queda un camino por avanzar en procesos políticos e ideológicos, ya que para lograr consolidarse como un proyecto que se forme en solidaridad y que logre concientizar a sus socios y usuarios, es necesario repensar otras maneras de organización distintas a las de los modelos capitalistas.
Notas
1 Estimaciones de la CEPAL.
2 Cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)
3 Gobierno, J. D. B. (2014). Aceptamos Túmin Mercado Alternativo, Economía solidaria y Autogestión.
4 La palabra espinalenses se emplea para referirse a los habitantes del poblado de Espinal.
5 Gobierno, J. D. B. (2014). Aceptamos Túmin Mercado Alternativo, Economía solidaria y Autogestión.
6 Las Universidades Interculturales son el resultado de algunas de las demandas del movimiento zapatista, que surge en 1994 en el suroeste mexicano. Fue a partir de 2004 que se crean, propiamente, estas instituciones como parte de un esfuerzo histórico para descolonizar el sistema educativo universitario; y diversificarlo en términos lingüísticos, culturales y étnicos. Las Universidades Interculturales tienen como objetivo extender la cobertura y facilitar el acceso a la universidad a población que históricamente ha sido excluida de este nivel educativo en particular, pero no únicamente, jóvenes pertenecientes a los pueblos originarios de México. Para ampliar este tema ver: Mateos Cortés, Laura Selene; Dietz, Gunther; (2016). Universidades interculturales en México: balance crítico de la primera década. Revista Mexicana de Investigación Educativa, sin mes, p. 683-690.
7 Oulhaj, L. (2015). Las finanzas solidarias en algunos países de América: ¿Hacia un sistema de economía social y solidaria. Puebla: Universidad Iberoamericana.
8 Oulhaj, L. (2015). Las finanzas solidarias en algunos países de América: ¿Hacia un sistema de economía social y solidaria. Puebla: Universidad Iberoamericana.
9 Oulhaj, L. (2015). Las finanzas solidarias en algunos países de América: ¿Hacia un sistema de economía social y solidaria. Puebla: Universidad Iberoamericana.
10 Gobierno, J. D. B. (2014). Aceptamos Túmin Mercado Alternativo, Economía solidaria y Autogestión.
11 Gobierno, J. D. B. (2014). Aceptamos Túmin Mercado Alternativo, Economía solidaria y Autogestión.
12 Gobierno, J. D. B. (2014). Aceptamos Túmin Mercado Alternativo, Economía solidaria y Autogestión.
13 Gobierno, J. D. B. (2014). Aceptamos Túmin Mercado Alternativo, Economía solidaria y Autogestión.
14 Marbán Flores, R. (2007). “Origen, caracterización y evolución del sistema de microcréditos desarrollado por el Grameen Bank en Bangladesh”. Revista de Economía Mundial, (16).
Autores originales:
- Mildred Berrelleza es doctora en ciencias sociales y humanas por la universidad de Deusto, Bilbao. Actualmente, es directora de Desarrollo Regional de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey.