Este artículo es contenido original de la revista de Stanford Social Innovation Review publicado en la edición primavera 2021.
Las empresas que participan en el Acelerador de Financial Solutions Lab reciben asesoramiento experto de los socios. (Foto cortesía del Financial Solutions Lab)
En 2014, cinco años después de que la gran recesión terminara, más de la mitad de los adultos estadounidenses enfrentaban serios problemas financieros: el 58 % batallaba para cubrir sus gastos y pagar las cuentas, mientras que el 45 % no ahorraba ninguna porción de sus ingresos. Parte de esta inseguridad surgió de la volatilidad de los ingresos en un tercio de los hogares del país, según lo reportado en 2013 por la Federal Reserve Survey of Household Economics and Decisionmaking (Encuesta de la Junta de la Reserva Federal sobre la economía y toma de decisiones en familias).
En respuesta a esta crisis, la Financial Health Network (Red de Salud Financiera, FHN), una organización sin fines de lucro de servicios y consultoría financiera antes llamada Center for Financial Services Innovation (Centro para la innovación en servicios financieros), se asoció con JPMorgan Chase en 2014 para lanzar el Financial Solutions Lab (Laboratorio de Soluciones Financieras, FSL), una iniciativa que ayuda a las colaboraciones intersectoriales a desarrollar nuevas estrategias, productos y servicios para mejorar la salud financiera de los estadounidenses.
“La mayoría de los estadounidenses no están sanos financieramente y se necesitaban soluciones innovadoras que pudieran ayudarlos a administrar sus gastos, navegar los choques financieros y planear para el futuro”, dice Jennifer Tescher, presidenta y directora general de FHN. “El Financial Solutions Lab se fundó para encontrar y apoyar a innovadores comprometidos con la generación de soluciones para atender las necesidades de salud financiera, particularmente la de individuos con ingresos medios a bajos y la de comunidades marginadas”.
JPMorgan Chase, que facilitó $50 millones de dólares al FSL, decidió apoyar el laboratorio porque quería aprender cómo las nuevas tecnologías podían bajar el costo de crear y desplegar soluciones financieras asequibles y rentables a gran escala.
“En reconocimiento del potencial de la tecnología para aportar soluciones ampliables que promuevan la salud financiera, nos asociamos con Financial Health Network para lanzar FSL”, explica Colleen Briggs, jefa de desarrollo comunitario y salud financiera de JPMorgan Chase, quien supervisa la alianza estratégica del banco con FSL. “Necesitábamos de una plataforma intersectorial para hacer realidad el potencial”.
JPMorgan Chase y FHN desarrollaron en conjunto un modelo operativo único para el laboratorio. FSL aporta el capital, la experticia en servicios financieros y el alcance nacional para llegar a emprendedores creando productos ampliables diseñados para atender los más grandes problemas financieros de los estadounidenses. El estudio US Financial Health Pulse (Pulso de la salud financiera en EU), emitido por FHN en 2020, encargado de rastrear anualmente los cambios en la salud financiera de los estadounidenses, reportó que más de dos tercios de la población —167 millones de personas— no tienen una salud financiera adecuada (FHN define como personas con finanzas saludables a quienes “gastan, ahorran, piden prestado y planean de una manera que les permite ser resilientes y buscar oportunidades a lo largo del tiempo).
Las innovaciones respaldadas por el FSL están diseñadas para apoyar no solo a grupos de bajos ingresos y minorías, también a empleados de tiempo completo, trabajadores de la economía colaborativa o gig-economy, y a estudiantes universitarios que enfrentan dificultades financieras como resultado de la pandemia de COVID-19 y la recesión.
Tres Principios Centrales
FSL dirige tres programas complementarios: la Aceleradora, una de las pocas aceleradoras de tecnología financiera en Estados Unidos enfocadas en la salud financiera; Intercambio, un lugar de encuentro para organizaciones sin fines de lucro y proveedores de tecnología financiera interesados en colaborar e intercambiar perspectivas acerca de cómo construir alianzas más efectivas; y Colaboración, que explora soluciones innovadoras para necesidades insatisfechas de salud financiera.
FSL encuentra candidatos para la Aceleradora a través de un reto anual cuyo fin es identificar soluciones para un problema financiero específico, e invita a organizaciones emergentes y sin fines de lucro a aplicar al programa. FSL revisa el compromiso de cada solicitante con los principios de diversidad, equidad e inclusión; la viabilidad de la solución del producto propuesto y su escalabilidad. Las organizaciones seleccionadas —el número varía entre cuatro y siete por año— han recibido hasta $250,000 dólares en capital, servicios de asistencia profesional por parte de líderes en la industria y tutorías de socios del FSL y FHN.
Los seleccionados en el 2020 trabajaron para mejorar la salud financiera de trabajadores y estudiantes afectados por la pandemia de COVID-19. Por otro lado, el reto para el 2021 es ayudar a comunidades frágiles a ser más resilientes en sus finanzas y lograr una estabilidad a largo plazo durante la pandemia.
Las organizaciones emergentes sin fines de lucro y las dedicadas a las tecnologías financieras eligen FSL por su propósito social. “La empatía institucionalizada es la ventaja diferenciadora del FSL”, explica Hannah Calhoon, vicepresidenta de innovación de FHN y quien también supervisa el FSL. “Cuando seleccionamos empresas de tecnología financiera para trabajar con nosotros, buscamos a fundadores que compartan nuestro propósito y estén genuinamente motivados para mejorar la vida de quienes más necesitan ayuda financiera”, agrega. Entre las compañías apoyadas por el FSL que han creado soluciones para impulsar la salud financiera de los estadounidenses destacan HoneyBee, una empresa con el certificado B Corp, que permite a trabajadores, sin importar su historial crediticio, acceder a una semana extra de pago en caso de alguna emergencia; Alice, una compañía emergente de IA financiada por Melinda Gates, que facilita a los trabajadores la automatización de sus gastos antes de impuestos, lo que maximiza sus ingresos y minimiza los trámites; y Summer, otra compañía con la certificación B Corp que ayuda a estudiantes con préstamos a ahorrar al inscribirlos en los programas de pago más económicos y con mayor condonación de deuda.
“A través de los socios del Financial Solutions Lab”, dice Ennie Lim, cofundadora de HoneyBee, “hemos logrado la especialización sectorial necesaria para ejecutar nuestra misión, enfocada en la salud financiera de la fuerza laboral”.
El FSL enseña a estos emprendedores cómo aplicar los tres principios de la innovación frugal —el ingenioso arte de desarrollar soluciones de alto impacto más rápido y con recursos limitados— para crear y escalar sus productos y maximizar su impacto.
El primer principio, “participa y repite”, utiliza el programa de aprendizaje vivencial de FHN llamado FinX para ayudar a los innovadores a vivir de primera mano las presiones financieras de sus clientes. Los participantes de FinX cumplen con diversos retos de la vida real que las personas con problemas financieros enfrentan diariamente, por ejemplo, caminar por kilómetros para cambiar un cheque y, además, pagar una cuota considerable solo por hacerlo. Con las perspectivas adquiridas, los emprendedores experimentan de inmediato con clientes diversas soluciones frugales y utilizan la retroalimentación constante para afinar el modelo de negocios y el producto o servicio.
En vez de reinventar la rueda o invertir en recursos redundantes, el segundo principio del FSL es “aprovecha todos los activos”. Esto implica que las empresas aprovechen en su totalidad los activos y recursos disponibles en el ecosistema del FSL, como son la especialización sectorial, los datos y el acceso a clientes. Las empresas de tecnología financiera pueden diseñar nuevos productos en conjunto con grandes organizaciones sin fines de lucro que son parte del programa de Intercambio del FSL y, de esta forma, acceder a una vasta base de usuarios sin pagar los costos por la captación de clientes.
El tercer principio, “creación de un comportamiento frugal en los clientes”, motiva a los emprendedores apoyados por el FSL a diseñar soluciones que saquen provecho de la economía conductual y de la IA, para así impulsar a los consumidores hacia un comportamiento financiero más saludable y sostenible.
Desde 2014, más de 250 organizaciones han participado en los tres programas del FSL. Estas compañías han alcanzado a más de cinco millones de consumidores con ingresos bajos a moderados —y más de diez millones de consumidores en total— lo que se traduce en ahorros, a la fecha, de más de dos mil millones de dólares.
Participación con propósito
JPMorgan Chase obtiene mucho al invertir especialización sectorial y tutorías en FSL y su grupo de empresas de tecnología financiera y organizaciones sin fines de lucro.
“Al trabajar con FSL y sus empresas emergentes, nuestros banqueros profundizan su entendimiento sobre qué nuevos productos, modelos de negocios y alianzas pueden mejorar la salud financiera de todos los estadounidenses”, explica Briggs.
También señala que los bancos tradicionales como JPMorgan Chase han aprendido tres lecciones importantes de estas relaciones. Primero, que las nuevas tecnologías pueden bajar significativamente el costo de crear y ofrecer soluciones financieras masivas que sean asequibles y rentables. Segundo, las tecnologías fáciles de usar proveen conocimientos útiles a los clientes, los empodera a tomar decisiones sabias para mejorar más fácilmente su salud financiera. Y tercero, un modelo híbrido de participación del cliente, que sea de alta tecnología y de alta personalización, es viable y puede ser usado de forma masiva y rentable para ayudar a los 167 millones de estadounidenses con problemas financieros.
En junio de 2020, Prudential Financial se unió a FSL con un compromiso de $10 millones de dólares en los próximos cinco años. Conscientes de la creciente desigualdad económica, la compañía de seguros se está asociando con organizaciones de otros sectores para encontrar nuevas maneras de poner a los estadounidenses con finanzas más vulnerables en el camino del bienestar financiero.
“A través de colaboraciones intersectoriales con iniciativas como FSL, podemos encontrar nuevas maneras para ayudar a poner a las personas financieramente vulnerables en el camino del bienestar financiero con las herramientas necesarias, el apoyo y el capital que requieren en ese camino de la movilidad social y económica”, dice Sarah Keh, vicepresidenta de soluciones inclusivas de Prudential Financial, “y al hacerlo, promovemos la misión de Prudential de solucionar los retos financieros de nuestro mundo cambiante”.
Desde 2014, FSL ha enfrentado una variedad de retos para ampliarse. Por ejemplo, algunas empresas de tecnología financiera apoyadas por FSL desarrollaron soluciones tecnológicas efectivas, pero su adopción en el mercado fue limitada porque estos innovadores no construyeron alianzas estratégicas con organizaciones comunitarias que trabajan de cerca con poblaciones de ingresos bajos y moderados. Durante la pandemia de COVID-19, FSL ha enfrentado retos logísticos para gestionar virtualmente a los grupos y los proyectos de construcción comunitaria. Además, tuvo que redirigir rápidamente su presupuesto a las áreas afectadas y también ampliar, en vez de profundizar, la exposición y programación.
La pandemia también ha resaltado la continua falta de diversidad racial y de género entre fundadores y equipos de liderazgo en las empresas de tecnología financiera. En los próximos años, FLS se enfocará en reclutar más mujeres y personas de color para que se unan a sus grupos en la Aceleradora. Cuando el grupo de innovadores sea más diverso, el rango de posibles soluciones se vuelve también más diverso y efectivo.
El sector entero de servicios financieros debe enfrentar el reto de reconstruir Estados Unidos. Los grandes bancos, las organizaciones sin fines de lucro y empresas de tecnología financiera deben adoptar la innovación frugal y forjar alianzas para desarrollar en conjunto soluciones asequibles y tecnológicas para mejorar la salud financiera de todos los estadounidenses. Al hacerlo, pueden crear en conjunto una economía más inclusiva.
NAVI RADJOU es asesor y académico en innovación y liderazgo, radicado en Nueva York. Es coautor de Frugal Innovation: How to Do More with Less (Innovación frugal: cómo hacer más con menos).
Traducción del artículo Frugal Solutions por Carlos Calles.