Este artículo es contenido original de la revista de Stanford Social Innovation Review publicado en la edición verano 2020.
Pronto, si sales a la carretera en el centro de México, podrás conducir sobre plástico flexible que, de otro modo, estaría en un vertedero. El país afirma haber pavimentado la primera carretera federal del mundo hecha con asfalto modificado, utilizando 1.7 toneladas de plástico postconsumo, equivalente a unos 425 000 envases de plástico.
La iniciativa comprende una carretera de unos cuatro kilómetros que conecta los municipios de Irapuato y Cuerámaro, en el estado de Guanajuato. Sin embargo, como respuesta a la epidemia global de residuos plásticos, la “carretera ecológica” promete ofrecer mucho más.
El proyecto fue desarrollado por un consorcio liderado por Dow Mexico, parte de la corporación química multinacional Dow, con el apoyo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) de México el pasado octubre.
“Esta innovación surgió precisamente al tratar de encontrar una solución real y aplicable al manejo de los desechos, en este caso, específicamente para los plásticos”, menciona Iván Trillo Minutti, director de sustentabilidad y empaque de Dow Mexico Standard.
Las carreteras pavimentadas estándar están compuestas en un 90 % de roca, piedra caliza y arena. El 10 % restante está hecho de un betún (un extracto de petróleo crudo) como aglutinante. Algo único en el proyecto de México es la alteración del diseño y la formulación del asfalto modificado con plástico postconsumo combinado con un polímero flexible, un tipo de resina química, que reduce el uso del betún. Este cambio se ajusta con el objetivo del Acuerdo de París de 2015 de disminuir el uso de combustibles fósiles.
Esta nueva tecnología también puede prolongar potencialmente la vida útil de las autopistas en un 50 % en comparación con aquellas fabricadas con el asfalto tradicional de petróleo crudo, según Dow Mexico, al reducir las grietas y la deformación, y mejorar la durabilidad, la estabilidad y la fuerza.
En el Día Mundial del Medio Ambiente en 2018, la Organización de las Naciones Unidas advirtió que cada año se producen más de 400 millones de toneladas de desechos plásticos en el mundo, de los cuales solo el 9 % es reciclado y 12 % incinerado. En México el problema es peor. Según la Universidad Nacional Autónoma de México, en el país solo se recicla o reutiliza alrededor del 3 % de todo el plástico.
Las ONG ambientales sostienen que no es suficiente depender de programas de reciclaje. En vez de ello, es necesario reducir la producción y el consumo de plásticos en general. “Una economía circular no es sinónimo de reciclaje”, dice Miguel Rivas, activista de océanos en Greenpeace México. “Las empresas siguen vendiendo sus productos en envases reciclables que nunca serán reciclados”.
Sergio Alonso-Romero, director de investigación en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología en México, no piensa que las carreteras plásticas se convertirán en una tendencia global. “La verdadera tendencia es la búsqueda de alternativas al uso del plástico”, observa. “Pienso que la carretera ecológica es más bien una respuesta al efecto contaminante del plástico que aporta beneficios ambientales y de imagen a la empresa”.
Sin embargo, hay 40 millones de kilómetros de carreteras en el mundo, y si estas pueden ser pavimentadas con desechos plásticos, como la carretera ecológica en México, el uso de petróleo crudo puede reducirse en cientos de millones de barriles.
Si bien el material de Dow es una mezcla única de materiales construidos por su propia tecnología, ya se han puesto en marcha en todo el mundo iniciativas similares que usan asfaltos modificados. India, el líder global en carreteras de plástico reciclado, ha construido más de 2,400 kilómetros de estas desde 2002. Y el Departamento de Transporte del Reino Unido ha asignado1.6 millones de libras esterlinas (dos millones de dólares) a la empresa escocesa MacRebur para pavimentar carreteras locales con asfalto modificado que utiliza plástico desechado localmente.
“Lo que queremos es que la carretera de plástico sea un estándar, así, cuando una carretera es repavimentada o se rellena un bache, no se cuestione si hay plásticos ahí, sino que el estándar sea que los plásticos deben estar ahí”, dice Toby McCartney, CEO de MacRebur. “Eso es lo que esperamos al final de este periodo de prueba”.
Países como Estados Unidos, México, Nueva Zelanda y Australia han utilizado caucho desmenuzado en sus obras viales desde hace décadas. “Pero el reto que tienen con el caucho es que este no se funde en la mezcla”, explica McCartney, “y, por lo tanto [el caucho] crea la posibilidad de que se liberen nuevamente microplásticos en todo el ambiente”
Dow México, que está desarrollando proyectos similares en Asia, Europa y Norteamérica, no reveló el costo del asfalto plástico en comparación con el asfalto tradicional que utiliza betún. Pero un estudio encargado por el Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido ha mostrado que la innovación podría ahorrar un 11 % del costo total, o 670 dólares por kilómetro.
“Aún se está analizando la incorporación de este modelo de asfaltado a gran escala”, explica Trillo Minutti. “Aunque no podemos compartir datos específicos, podemos decir que nuestra meta es hacer que esta sea una opción asequible en el mercado”.