Este artículo es contenido original de la revista de Stanford Social Innovation Review publicado en la edición primavera 2021.
(Foto de iStock / gremlin)
Aida Davis fundó Decolonize Design, una empresa de consultoría global para revolucionar la conversación en temas sobre diversidad, equidad e inclusión.
Algunas de las primeras memorias de Aida Davis son de encuentros frente a actitudes anti-negros y la deshumanización. Hija de inmigrantes etíopes, ella describe Apple Valley, su pequeño pueblo natal al sur de California, como un ambiente hostil que acogía a neonazis en el ayuntamiento y donde los vecinos promovían los valores del supremacismo blanco. A pesar de lo dolorosas y aterradoras que fueron dichas experiencias, estas impulsaron a Davis en su camino hacia el lanzamiento de Decolonize Design (Diseño Descolonizado), una empresa de consultoría global que busca proveer a las organizaciones una alternativa significativa a los enfoques tradicionales de diversidad, equidad e inclusión (DEI)
“Comencé Decolonize Design debido a mi frustración con los enfoques tradicionales de diseño y organización”, dice Davis. “Considero que el diseño es una herramienta. Es un enfoque de resolución de problemas para crear innovación, la cual es autóctona de los pueblos oprimidos sistemáticamente. Sobrevivir en condiciones realmente duras es innovación y necesitamos reivindicar eso”.
Davis era la única empleada cuando fundó su organización a finales de 2018. Ella dice que “no es de extrañar” que, como mujer negra, inicialmente no tuviera la posibilidad para conseguir fondos de inversionistas. Así pues, su consultoría sigue dependiendo de los honorarios que cobra a sus clientes. A la larga, menciona Davis, ella y su equipo, el cual ya ha aumentado a ocho miembros, están intentando construir un movimiento de partes interesadas, no de accionistas.
“En este momento vamos bien y no me entusiasma la perspectiva de los inversores”, dice Davis. Ella está comprometida a mantener su integridad y su visión del negocio, lo que probablemente no sería posible si tuviera que rendir cuentas a los inversores.
Davis considera que lo que ella llama como “complejo industrial DEI” es superficial y dañino, y el Decolonize Design busca quebrantar ese modelo a través de alternativas centradas en la comunidad. Davis explica que esta industria de 30 años, que gasta alrededor de 8 mil millones de dólares solamente en formación sobre diversidad, no está produciendo ningún resultado o cambio tangible.
Muchas organizaciones que utilizan un modelo tradicional de DEI se centran en la falta de diversidad o en la necesidad de crear una fuerza laboral más diversa. Davis cuestiona a qué se refiere realmente la gente cuando dice que quiere más diversidad. “Generalmente, se habla de ello en relación con la cultura blanca heteronormativa y dominante, y hay que abandonar ese tipo de pensamiento”, explica Davis. “DEI pide a las personas de color que participen más profundamente en un sistema que no fue creado para ellas y que no ve su cultura y humanidad por completo”, agrega. “DEI, en su forma actual, no puede abordar las secuelas intergeneracionales de la supremacía blanca ni es un mecanismo que propicie el cambio organizativo y la innovación.
Foto cortesía de Shellee Fisher
Decolonize Design ofrece un marco alternativo que se basa en la pertenencia, la dignidad y la justicia (BDJ por sus siglas en inglés). Pertenecer significa que todas las personas son bienvenidas en un espacio tal y como son. No se espera que ninguna persona cambie nada de su forma de ser para encajar en un entorno. La dignidad significa que todos son respetados y valorados en una empresa, desde el director ejecutivo hasta el conserje. La justicia consiste en “hacer que la gente esté completa y reparar el daño, y ser reparadora y restauradora”, apunta Davis. El marco BDJ busca abolir la asimilación y promueve asumir la responsabilidad de desafiar y confrontar el racismo y actitudes antinegras de manera directa.
“Si bien las organizaciones reconocen cada vez más al marco DEI, este ha sido criticado con buenos motivos”, observa la economista política y diseñadora participativa Nicole Anand. “El marco BDJ de Decolonize Design impulsa de forma audaz y poderosa a las organizaciones a adoptar valores que solo pueden evaluarse mediante la comprensión de las experiencias vividas”.
A través de talleres, focus groups y sesiones de capacitación, Davis y su equipo crean una transformación sostenible para las empresas al centrarse en métodos negros e indígenas. “Creemos en Sankofa, lo que significa que debemos mirar hacia atrás para poder avanzar”, dice Davis sobre el concepto, el cual proviene de la tribu Akan de Ghana. “Podemos apropiarnos del diseño para crear nuevas experiencias y nuevos servicios, para que todos puedan alcanzar su potencial”.
Las empresas que buscan la ayuda de Decolonize Design han sufrido usualmente una experiencia fallida relacionada al marco DEI. Su equipo selecciona clientes con base en su deseo de ejercer la valentía y tomar postura en el lenguaje y la acción.
“Como empresa de música, no tener representado equitativamente el talento de personas marginadas en nuestra compañía y nuestro trabajo era una falla fundamental”, dice Lauren McGuire, presidenta de Man Made Music. “El enfoque de Pertenencia, Dignidad y Justicia es tanto un soplo de aire fresco como un golpe de bienvenida en el estómago”. Buscamos un cambio radical y el enfoque “antiDEI” de Decolonize Design es la disrupción al statu quo que buscábamos y necesitábamos.
Cualquiera que se ha beneficiado de la supremacía blanca tiene una responsabilidad de actuar hacia la restauración y la reparación. Según Davis, si bien no hay una fórmula clara de cómo se ve esto, los principios necesarios para guiar el diseño de estrategias efectivas “incluyen la indagación rigurosa y disciplinada, la reimaginación ilimitada de los sistemas, una cultura de aprendizaje y liderazgo, y abandonar la asimilación”.
- Shani Saxon es una ejecutiva de desarrollo de televisión y cine de tiempo completo. También trabaja como escritora independiente en los ámbitos de justicia penal e inmigración. Vive en Montclair, New Jersey, con sus tres hijos y su jefe, un perro rescatista llamado Stormy.
- Traducción del artículo Redesigning DEI por Leticia Arlet Neria Durán.