Los esfuerzos inadecuados del sector gubernamental para abordar el cambio climático han impulsado a organizaciones sin fines de lucro como la red emergente Women’s Climate Centers International (WCCI) a hacerse cargo.
De acuerdo al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, el planeta debe reducir sus emisiones globales un 45 % para alcanzar el objetivo del Acuerdo de París sobre limitar el aumento de la temperatura global a 2 grados Celsius para finales de siglo. Sin embargo, los compromisos nacionales del Acuerdo de París de 2020 para reducir las emisiones globales para 2030, si se cumplen, solo lograrán una reducción del 1 %, muy lejos del 45 % necesario.
Los esfuerzos inadecuados del sector gubernamental para abordar el cambio climático han impulsado a organizaciones sin fines de lucro como la red emergente Women’s Climate Centers International (WCCI por sus siglas en inglés) a hacerse cargo.
La misión de WCCI, fundado en 2019 por un equipo intercontinental de activistas de Estados Unidos y África, es educar y capacitar a las mujeres para que desarrollen la experiencia y el liderazgo autóctonos en las áreas de conservación, restauración ecológica y defensa del clima dentro del esfuerzo más amplio del establecimiento de una red de centros. Dirigidos por mujeres, estos centros tienen como objetivo capacitar a las comunidades locales para satisfacer sus propias necesidades respecto al cambio climático y servir como centros para la investigación científica e intercambio de conocimiento autóctonos.
Mujeres pertenecientes a Women’s Climate Centers International (WCCI) reunidas en Uganda
WCCI se enfoca en las mujeres, y específicamente en aquellas que se encuentran en áreas rurales. Más de 400 millones de mujeres en todo el mundo trabajan en la agricultura. Sin embargo, a pesar de que representan aproximadamente el 43 % de la fuerza de trabajo agrícola mundial, las mujeres constituyen menos del 20 % de los propietarios de tierras en el mundo, en parte debido a restricciones legales. No es de extrañar que más del 50 % de las mujeres vivan en pobreza extrema y se vean afectadas desproporcionadamente por los fenómenos meteorológicos extremos, que incluyen la pérdida de productividad agrícola y la destrucción de vidas y viviendas, todo ello derivado de la crisis climática.
“No es ningún secreto que las mujeres de las zonas rurales carecen de suficientes recursos en materia de tecnologías climáticas y están subrepresentadas en el debate climático”, dice Tracy Mann, cofundadora de WCCI, por lo que la red pretende crear “un nexo de unión entre las mujeres líderes del clima y los esfuerzos climáticos colectivos”.
WCCI surgió de las conversaciones de mujeres sobre el cambio climático que comenzaron hace casi una década, en 2011, cuando Hajra Mukasa y Godliver Businge de Uganda, y Rose Wamala y Rosemary Atieno de Kenya se conocieron durante sus becas en la Iniciativa Global de Mujeres por el Agua (GWWI por sus siglas en inglés). En 2017, la directora ejecutiva de GWWI, Gema Bulos, presentó el grupo a Sarah Diefendorf, directora ejecutiva del Environmental Finance Center West (EFCWest), quien se unió como miembro fundador y después las presentó a Mann en 2018. En 2009, Mann fundó la organización estadounidense sin fines de lucro Climate Wise Women junto con Constance Okollet, de Uganda, quien se convirtió en la última fundadora de WCCI.
En 2019, Mann aseguró financiamiento del Fondo para la Resiliencia de la Justicia Climática (CJRF por sus siglas en inglés) para un retiro en Kampala, Uganda, para que todo el colectivo se reuniera y desarrollara el plan de acción para el lanzamiento de WCCI. La directora de CJRF, Heather McGray, explica que su inversión en la red se alinea con su propia misión de ayudar a las mujeres, los jóvenes y los pueblos indígenas a adaptarse al cambio climático: “Lo que sentimos que era especial de WCCI es que es una hermandad de mujeres [en lugar de] una sola emprendedora”.
El plan de acción mencionaba el establecimiento del primer centro climático de WCCI, cuya apertura está prevista para diciembre de 2021, en el Distrito de Tororo, Uganda. El equipo ya está trabajando en determinar cómo su misión se traducirá en acciones dentro del centro. El personal de WCCI facilitó una serie de diálogos con más de mil residentes del Distrito de Tororo para crear conciencia en la comunidad y solicitar opiniones para establecer su agenda.
La comunidad de Tororo ha solicitado que su sitio incluya un centro de actividades para jóvenes, así como un vivero de árboles jóvenes y terrenos para la agricultura biointensiva, que ofrecen empleo y capacitación en el trabajo.
Las siembras comenzaron tan pronto como se finalizó la compra del terreno a principios de 2020. La primera temporada de productos se vendió en diciembre de 2020 directamente desde el terreno del centro, así como en los mercados locales. Los ingresos de las ventas cubrieron los costos de las semillas y la mano de obra. La primera venta de árboles jóvenes está prevista para mayo de 2021. Además de estas actividades generadoras de ingresos, WCCI está financiada por el CJRF y por donantes individuales, pero también genera ingresos operativos a partir de contratos de consultoría medioambiental con organizaciones como el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible y el Instituto de Recursos Mundiales.
“Nos vemos a nosotras mismas como facilitadoras”, dice Mukasa sobre el papel de WCCI. “Con los líderes de la comunidad, hacemos una encuesta para identificar y priorizar las áreas de necesidad que guían nuestro [trabajo]”.
Las fundadoras sienten que ya han alcanzado cierto éxito al colocar la primera piedra para la construcción del centro y por los programas que implementaron durante la pandemia de COVID-19. Para 2027, WCCI tiene como objetivo poner en marcha dos centros más, un segundo en Uganda y uno en Kenia, con la meta de establecer una red más amplia de activistas climáticas africanas.
Autor original:
- Michael Seo (@51gordianknots) es fundador de ReaMedica Health Care en Kenia.
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Este artículo es contenido original de la revista de Stanford Social Innovation Review publicado en la edición verano 2021.
- Traducción del artículo Women Climate Leaders por Leticia Neria.
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