La pandemia de COVID-19 ha magnificado la falta de acceso a la atención médica que sufren las comunidades subrepresentadas de todo Estados Unidos. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, las personas estadounidenses de raza negra representan el 29% de los casos de COVID-19 del país, a pesar de que solo constituyen el 13% de la población estadounidense. Los estadounidenses de raza negra también tienen tres veces más probabilidades de ser hospitalizados y dos veces más probabilidades de morir a causa de COVID-19 que los estadounidenses blancos, según un informe de la National Urban League y datos de la Universidad Johns Hopkins.
En Filadelfia, una ciudad mayoritariamente negra, las personas de raza negra han tenido tasas de infección más altas que otros grupos raciales, sumando el 46% de los casos conocidos de coronavirus y el 51% de las muertes relacionadas. Los investigadores han vinculado sus mayores tasas de mortalidad con factores sociales, como la vivienda y el empleo, así como con factores de salud, como tasas más altas de diabetes.
Mientras la COVID-19 se extendía y las pruebas en las comunidades negras de Filadelfia eran inexistentes, la doctora Ala Stanford no podía esperar más a que la ciudad actuara. En abril de 2020, Stanford, cirujana pediátrica y de adultos con su propia consulta especializada, R.E.A.L. Concierge Medicine, en 48 horas creó un programa de pruebas emergentes. Alquiló una camioneta y compró material para las pruebas con su propio dinero, y condujo a la Iglesia Evangélica de la Liberación en el norte de Filadelfia con un puñado de médicos y enfermeras voluntarios para ofrecer pruebas gratuitas de COVID-19 en el estacionamiento.
Este evento marcó el inicio del Consorcio de Black Doctors COVID-19 Consortium (Médicos de raza negra COVID-19, BDCC por sus siglas en inglés) una iniciativa de It Takes Philly, una organización sin fines de lucro fundada por Stanford que ofrece servicios médicos y educativos a los jóvenes del centro de la ciudad. El BDCC aborda las disparidades en la atención médica por COVID-19 yendo directamente a las comunidades. En Filadelfia, vecindarios separados por solo una milla de distancia pueden tener una expectativa de vida promedio que difiere en 20 años. Así que Stanford empezó a vacunar por código postal.
Stanford y sus voluntarios realizan pruebas a unas 50 personas por hora durante un máximo de 6 horas, con un promedio de 300 personas al día. Tras las primeras 30 sesiones, el BDCC había administrado 6,000 vacunas contra COVID-19. Para compensar los costos de las pruebas ––aproximadamente 25,000 dólares al día–– Stanford estableció un GoFundMe, que ha recaudado más de 800,000 dólares. Al siguiente mes, el BDCC presentó una oferta de 6.9 millones de dólares en respuesta a la solicitud de la ciudad de propuestas para la realización de pruebas de COVID-19. La ciudad les otorgó casi el doble de esa cantidad: más de 12 millones de dólares para pruebas y vacunas.
“El [BDCC] ha desempeñado un papel fundamental en la defensa y protección de las comunidades afroestadounidenses de Filadelfia a lo largo de la pandemia”, afirma la doctora Cheryl Bettigole, directora interina del Departamento de Salud Pública de Filadelfia. “Han realizado pruebas y vacunado a decenas de miles de habitantes de Filadelfia, a menudo en las zonas más desatendidas y con menos recursos de la ciudad. Sin su trabajo diario para alentar a los habitantes de raza negra de Filadelfia a vacunarse, es probable que muchos no se hubieran vacunado”.
Stanford y sus voluntarios, que se cuentan por docenas, eligieron intencionalmente iglesias negras como sus lugares de servicio debido a la importancia de las iglesias para la comunidad. Durante las medidas de cierre de 2020, Stanford y su equipo instalaron sitios de prueba y vacunación en los estacionamientos de las iglesias en lugar de hacerlo en su interior. Para ayudar a las personas sin acceso al transporte, Uber otorgó al BDCC una subvención de 250,000 dólares en abril de 2021 para proporcionar 10,000 viajes gratuitos para que los residentes de la ciudad viajen a los sitios.
A finales de septiembre de 2021, el BDCC había administrado más de 250,000 pruebas de COVID-19 y más de 52,000 vacunas contra COVID-19. En octubre, el BDCC abrió una clínica de salud en la Iglesia Evangelista de la Liberación. Nombrada en honor a Stanford, el Centro Dra. Ala Stanford para la Equidad en la Salud ofrece una gama de servicios médicos, desde chequeos de bienestar y vacunaciones hasta pruebas de laboratorio y atención de salud conductual. La clínica cuenta con cinco médicos, dos asistentes médicos y un equipo de enfermeras. Fiel al esfuerzo por la equidad en la atención médica, la clínica acepta todas las formas de seguro y ofrece una escala móvil a quienes no tienen seguro.
A finales de septiembre de 2021, el BDCC había administrado más de 250,000 pruebas de COVID-19 y más de 52,000 vacunas contra COVID-19. En octubre, el BDCC abrió una clínica de salud en la Iglesia Evangelista de la Liberación. Nombrada en honor a Stanford, el Centro Dra. Ala Stanford para la Equidad en la Salud ofrece una gama de servicios médicos, desde chequeos de bienestar y vacunaciones hasta pruebas de laboratorio y atención de salud conductual. La clínica cuenta con cinco médicos, dos asistentes médicos y un equipo de enfermeras. Fiel al esfuerzo por la equidad en la atención médica, la clínica acepta todas las formas de seguro y ofrece una escala móvil a quienes no tienen seguro.
Autores originales:
- Victoria A. Brownworth es una periodista nominada al Premio Pulitzer cuyo trabajo ha sido publicado en The New York Times, Los Ángeles Times y Ms. Magazine, entre otras publicaciones. Es autora y editora de más de 20 libros.
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Traducción de Leticia Neria
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