Este artículo es contenido original de la revista de Stanford Social Innovation Review publicado en la edición verano 2021.
Cuando Desmond Ang crecía en Virginia, había pocas personas asiáticas alrededor. “Nadie que se pareciera a mí”, recuerda. “Como resultado, pienso mucho en la medida en que, cuando eres una minoría o cualquier grupo marginado, esto afecta tus horizontes y lo que piensas que puedes hacer.
Ahora, como economista aplicado y profesor adjunto en la Escuela Kennedy de Harvard, Ang ha profundizado en el tema de los asesinatos policiales y su impacto en los jóvenes que viven cerca de donde estos ocurrieron. En un nuevo artículo, Ang analiza una serie de 627 incidentes policiales fatales en el condado de Los Ángeles y los resultados educativos, sociales y de salud mental de los estudiantes de secundarias y bachilleratos públicos cercanos. Los resultados son contundentes: “Al aprovechar la variación hiperlocal en lo cerca que viven los estudiantes de un asesinato, encuentro que la exposición a la violencia policial conduce a una disminución persistente de las evaluaciones escolares (el GPA), a una mayor incidencia de trastornos emocionales y a menores tasas de finalización de los estudios secundarios o de bachillerato y de matriculación en la universidad”, escribe Ang.
Como estrategia empírica, la investigación de Ang utiliza la terrible aleatoriedad de la violencia policial en barrios desfavorecidos de Los Ángeles como Compton y Watts, donde la mayoría de los residentes son minorías raciales, de 2002 a 2016. El estudio analiza los resultados de 700,000 estudiantes del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD por sus siglas en inglés), y compara a los que viven en el barrio en general con aquellos que viven cerca del lugar de un asesinato policial, así como los resultados propios de los estudiantes a lo largo del tiempo, antes y después del asesinato. Ang analiza si ese asesinato involucró a un individuo armado o desarmado y compara los asesinatos policiales con otros homicidios en el vecindario que no involucraron a la policía. “Estos efectos son impulsados en su totalidad por estudiantes negros e hispánicos en respuesta a los asesinatos policiales de otras minorías, y son mayores en los incidentes que involucran individuos desarmados”, escribe.
Ang encontró que las consecuencias de un asesinato policial pueden ser vistas casi inmediatamente. Los estudiantes que viven a menos de media milla del lugar del asesinato se quedaron en casa y no asistieron a la escuela en una mayor medida los días posteriores al tiroteo. Durante varios semestres posteriores, los estudiantes cercanos al área tuvieron calificaciones más bajas. Los efectos pueden persistir por años: cuando la policía mata a alguien cercano al área, los estudiantes que están en noveno grado tienen 3.5% menos de probabilidad de graduarse de la secundaria y 2.5% menos de ir a la universidad, descubrió Ang.
¿Por qué sucede esto? El efecto en los estudiantes podría provenir de sus preocupaciones por la posibilidad de estar en el otro extremo de la violencia policial, dice Ang. Esto podría llevar a sentimientos negativos sobre las figuras de autoridad en su conjunto, especialmente si se toman en cuenta las estadísticas sobre los cargos penales de los policías que matan a personas. De los 627 incidentes, solo uno llevó a la acusación contra un agente. “Las percepciones de discriminación pueden trasladarse a cómo te sientes con tu profesor, cómo te sientes con tu escuela o cómo te sientes con el gobierno”, menciona Ang.
El estudio no arrojó un patrón claro de los resultados de los estudiantes en función de si el oficial de policía que mató a alguien en el vecindario era una minoría, observa Ang. (Una pluralidad de agentes de policía de Los Ángeles son minorías, al igual que la mayoría de los estudiantes de las escuelas públicas de LAUSD). Los hallazgos destacan el problema del aumento de la vigilancia policial en la prevención de la delincuencia urbana, y en particular el dilema de permitir la discreción policial sobre el uso de la fuerza.
Habrá errores cuando se permite que la policía mate a la gente”, dice Ang. “¿Cómo se hacen esos compromisos?”
La investigación plantea cuestiones cruciales sobre cómo la sociedad debe diseñar los protocolos policiales, en particular, cómo equilibrar la reducción de la delincuencia a partir de una mayor vigilancia policial con los problemas que conlleva una fuerza policial más fuerte y potencialmente más violenta, dice Jennifer Doleac, profesora adjunta de Economía en la Universidad A&M de Texas.
“Se ha trabajado mucho para demostrar que la policía reduce la delincuencia, y ha habido muchas pruebas anecdóticas y cualitativas de que las acciones de los agentes de policía pueden conllevar grandes costos sociales, pero ha sido muy difícil cuantificar estos costos”, menciona Doleac. “El estudio de Desmond es uno de los primeros en medir rigurosamente algunos de los costos sociales de la actuación policial”.
Desmond Ang, “The Effects of Police Violence on Inner-City Students” (“Los efectos de la violencia policial en los estudiantes del centro de la ciudad”), The Quarterly Journal of Economics, vol. 136, no. 1, 2021, pp. 115-168.
- CHANA R. SCHOENBERGER (@cschoenberger) es una periodista que vive en Nueva York. Escribe sobre negocios, finanzas e investigación académica.
- Traducción del artículo The Wages of Police ViolenceFrom Theory to Praxis por Leticia Neria