Frente a la desigualdad, respaldar un enfoque interseccional podría desempeñar un papel clave en el diagnóstico y la propuesta de soluciones efectivas para las necesidades sociales.
Esta primavera hace veinte años, en el primer número de Stanford Social Innovation Review, la entonces presidenta de la Fundación Ford, Susan Berresford, pidió un cambio social radical para hacer frente a los sistemas que eran “injustos, innecesarios o simplemente obsoletos”.1
Durante las siguientes décadas, los innovadores sociales han alcanzado gran parte de la visión de Berresford. Las asociaciones multilaterales y las iniciativas generalizadas de desarrollo económico han reducido la pobreza mundial a la mitad.2 Otros 82 millones de niñas3 de todo el Sur Global ahora asisten a la escuela. Mientras tanto, la mortalidad materna ha disminuido en más del 38%,4 salvando millones de vidas.
Al mismo tiempo, las transformaciones en nuestros mercados, entornos, culturas e instituciones han alterado radicalmente la manera en que vivimos y trabajamos juntos. La proporción de personas con acceso a internet en todo el mundo se ha quintuplicado.5 Y la inversión socialmente responsable en Estados Unidos ha crecido más de 12 billones de dólares.6
Y, sin embargo, a pesar de todo lo que ha cambiado, el reto de Berresford continúa siendo urgente. Con demasiada frecuencia, durante demasiado tiempo, el avance de la innovación ha estado acompañado de una desigualdad injusta, innecesaria y cada vez mayor. Tomemos, por ejemplo, la pobreza. Aunque el número de personas que viven en pobreza extrema se ha reducido dramáticamente, la brecha entre personas ricas y pobres es cada vez mayor en todo el mundo.7 Los recursos se consolidan cada vez más en manos de unos pocos, principalmente los que viven en el Norte Global.
Como resultado, los avances alcanzados con tanto esfuerzo en salud y bienestar mundial están retrocediendo y las consecuencias económicas de los conflictos internacionales han llevado a 345 millones de personas a una escasez de alimentos que amenaza sus vidas. Mi propio campo de la filantropía no es inmune.8 A pesar del tremendo avance de la filantropía para idear nuevas formas de conceder fondos e identificar a los beneficiarios, los recursos del sector siguen concentrados en organizaciones dirigidas por personas blancas con sede en el Norte Global. Está claro que la innovación por sí misma no puede cerrar la brecha entre los que tienen recursos y los que no, entre los que tienen prioridad en la toma de decisiones y el financiamiento internacional y los que quedan fuera de la agenda global. Para quienes hemos dedicado nuestra vida al cambio e impacto social, este es un punto de inflexión monumental.
Mientras celebramos las dos últimas décadas de la SSIR, y esperamos las dos próximas, debemos redoblar nuestro compromiso para garantizar que la innovación y la igualdad no estén peleadas entre sí, y debemos apoyar a las personas, instituciones e ideas que aprovechan la primera para perseguir la segunda.
Actualmente, ese compromiso encuentra su máxima expresión en tres reformas intersectoriales clave: enfoques holísticos e interseccionales; soluciones que tengan una visión a largo plazo del progreso y refuercen la sociedad civil; y un mayor apoyo y atención mundial al liderazgo local, especialmente en el Sur Global. Estas reformas pueden ayudar a invertir la narrativa dominante en la filantropía y en otros sectores clave. Y juntas tienen el potencial de mejorar la innovación social, de modo que las soluciones emergentes puedan desmantelar las estructuras que impulsan y sostienen la desigualdad, en lugar de reproducirlas.
Abordar la innovación con un enfoque interseccional
Para comenzar, debemos centrarnos en los más marginados por la desigualdad y abordar la innovación con una perspectiva interseccional. Como expertos, comprendemos el panorama de nuestros campos: los posibles obstáculos para el éxito, las incipientes oportunidades de crecimiento. Al mismo tiempo, es posible que no siempre poseamos el conocimiento igualmente crítico que aporta la experiencia de primera mano.
Las personas directamente afectadas por la desigualdad y más próximas a sus innumerables consecuencias, pueden diagnosticar los efectos cotidianos de las barreras estructurales y proponer las soluciones más eficaces a las necesidades urgentes. Además, dado que la discriminación y la desigualdad se magnifican en las intersecciones de raza, género, discapacidad, clase social y otras identidades marginadas, las personas que tienen esas identidades múltiples son las más indicadas para construir las alianzas y coaliciones necesarias para lograr el cambio, organizándose eficazmente en todas las comunidades.
En otras palabras, los problemas complejos e interseccionales exigen soluciones interseccionales. Para desmantelar la desigualdad, los innovadores sociales deben comprender la forma en que la identidad determina nuestra exposición al daño sistémico y aprovechar la fuerza que reside en resistir esos daños. Tomemos, por ejemplo, los desiguales impactos políticos y sociales de las nuevas tecnologías, que han creado oportunidades, pero también han amplificado la desinformación y las divisiones e introducido algoritmos sesgados y una vigilancia más amplia. Un grupo de académicos, organizadores, educadores, defensores y artistas han desarrollado las Just Tech Fellowships (Becas Solo Tecnología) para “repensar los supuestos sobre quién puede imaginar, diseñar, construir y supervisar las tecnologías que están dando forma a nuestro futuro”.9
La cohorte inaugural de becarios Just Tech se basa en sus propias experiencias y conocimientos para reducir las barreras de acceso, mantenimiento y personalización de equipos para personas con discapacidad; analizar el impacto de las tecnologías carcelarias en los estudiantes afrodescendientes de los sistemas de enseñanza pública; y mapear las prácticas y tecnologías de vigilancia dirigidas a las comunidades marginadas, entre otras iniciativas.
Al centrarnos en las personas que han experimentado directamente los fallos y fracasos de nuestros sistemas actuales, podemos reemplazar la injusticia por inclusión e innovar de manera más efectiva en cada momento.
Aprovechar la innovación a largo plazo
También debemos reconocer que el progreso a menudo provoca retrocesos: dos pasos adelante, un paso hacia atrás. Con esto en mente, las innovaciones sociales bien pensadas, diseñadas con previsión y principios, pueden proporcionar una base estable para la sociedad civil y una barrera crítica contra el retroceso democrático.
Consideremos el progreso social durante las últimas dos décadas. Cada “victoria” posterior ha venido acompañada con su propia competencia igual y opuesta. Hoy en día, las democracias se tambalean en todo el mundo, poniendo en peligro los derechos que tanto han costado conseguir. El retroceso democrático a esta escala pone en peligro la igualdad en todas partes. Permitir que este retroceso continúe es una miopía, ya que una democracia saludable es el requisito previo crucial para cualquier cambio social duradero. La innovación social ya ha ofrecido una resistencia muy necesaria contra el avance global del autoritarismo. Pero las innovaciones sociales más significativas tardan entre 20 y 30 años en consolidarse. Nuestra tarea consiste en “cambiar la narrativa” de la filantropía desde la concesión de subvenciones a corto plazo hasta el apoyo y estrategia a largo plazo.
La colaboración intersectorial a largo plazo, desde reforzar la igualdad económica hasta el apoyo al espacio cívico, puede proporcionar un apoyo integral para las democracias. En la Fundación Ford, estamos construyendo esa infraestructura colaborativa a través de programas como Weaving Resilience (Tejiendo Resiliencia), una iniciativa de 80 millones de dólares que apoya a organizaciones sólidas de la sociedad civil en todo el Sur Global. Junto con nuestros socios en el terreno en ocho regiones, nos hemos comprometido a brindar un apoyo sostenido a las organizaciones que se encuentran en primera línea de la lucha por la justicia social, para que puedan defender el espacio cívico que necesitan para prosperar.
Los innovadores sociales se encuentran en una posición excepcional para convocar nuevas iniciativas y facilitar estas conexiones; ya trabajan en las intersecciones entre sectores y áreas de especialización. Sus percepciones pueden dar forma a innovaciones que superen las victorias fáciles para sostener nuestras democracias a largo plazo.
Impulsar la innovación donde más importa
Tener una visión a largo plazo requerirá de nuevas estrategias de financiamiento, asociaciones y, sobre todo, nuevos líderes. Para ello, debemos apoyar la fuerza, la visibilidad, el poder y la influencia de ideas, individuos e instituciones ajenas a los marcos dominantes que dan forma y distorsionan nuestro mundo, ya sea la blanquitud, el excepcionalismo estadounidense o la centralización del Norte Global a expensas del Sur Global. Al mirar más allá de nuestros propios patios, podemos ayudar a aumentar la fuerza, la visibilidad y el poder de los líderes locales de todo el mundo, especialmente en el Sur Global, donde innumerables personas e instituciones innovadoras ya están sentando las bases para un mundo más justo e inclusivo.
Nos inspiran organizaciones como WIEGO, una red mundial de investigación, políticas y defensa centrada en el empoderamiento de los trabajadores pobres, especialmente las mujeres, mediante el otorgamiento de subvenciones a organizaciones que representan a millones de empleados domésticos y a domicilio que trabajan de manera informal, vendedores ambulantes y recicladores en más de 90 países. Estos trabajadores informales han estado en la primera línea de la pandemia de COVID-19, pero se han visto devastados por la falta de protección social y laboral durante la crisis. El financiamiento inicial de 25 millones de dólares de la Fundación Ford ayudará a garantizar que los trabajadores informales tengan un asiento en la mesa para que sus voces, demandas y necesidades sean escuchadas a nivel nacional y global. Su trabajo ya ha influido en las agendas laborales internacionales en las más altas esferas del poder.10
De la misma forma, nos conmueven organizaciones de base como la Coalición para el Acceso a las Vacunas en Indonesia, que se asoció con la sociedad civil, comunidades indígenas, grupos de personas con discapacidad y el gobierno para vacunar completamente al 80% de la población total. En cada rincón del mundo, en todos los sectores, nuevos líderes se enfrentan a la desigualdad de manera creativa e integral. Deberíamos invertir y ampliar su trabajo, en lugar de intentar reinventarlo.
En conjunto, estas tres reformas nos ayudarán a abordar las profundas causas de la desigualdad en todos los sectores, incluida la propia filantropía. Y trabajando en colaboración, podemos trazar y seguir una hoja de ruta clara para el cambio, para los próximos veinte años, y en adelante.
Si el reto de las dos últimas décadas ha sido apuntar hacia sistemas que son injustos, innecesarios y obsoletos, el reto de nuestro tiempo es sustituirlos por sistemas más inclusivos, más equitativos y construidos sobre una base duradera de justicia para todos.
- Notas
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1 “15 Minutes with Susan Berresford” (“15 minutos con Susan Berresford”), Stanford Social Innovation Review, p. 15, Primavera 2003.
2 “Actualización del Banco Mundial sobre la Pobreza Mundial de abril de 2022”, World Bank Data Blog, April 2022.
3 “Educación de las niñas: el camino hacia el progreso”, Alianza Mundial para la Educación, marzo de 2021.
4 “Hojas informativas: mortalidad materna”, Organización Mundial de la Salud, 19 de sep- tiembre, 2019.
5 Mas Roser, Hannah Ritchie y Esteban Ortiz-Ospina, “Internet”, Our World in Data.
6 “Informe de 2018 sobre las tendencias en inversión sostenible, responsable y de impacto en Estados Unidos”, The US SIF Foundation.
7 “La desigualdad impide el avance social y exacerba las divisiones sociales, pero no es in- evitable”, Noticias ONU, ONU, 21 de enero, 2020.
8 David Lawder, “El FMI dice que la guerra en Ucrania ha provocado la peor crisis alimen- taria desde, al menos, 2008”, Reuters, 30 de septiembre, 2022.
9 Greta Bryum y Ruha Benjamin, “Interrumpir el evangelio del solucionismo tecnológico para construir justicia tecnológica”, Stanford Social Innovation Review, 16 de junio, 2022.
10 “Trabajadores llevan la lucha por la protección social a la CIT”, Mujeres en Empleo Infor- mal: Globalizando y Organizando (WEIGO, por sus siglas en inglés), julio 2021.
Autores originales:
- Hilary Pennington es vicepresidenta ejecutiva de programas de la Fundación Ford, donde supervisa todos los programas de la fundación a nivel mundial. También supervisa el programa BUILD de Ford y la Oficina de Estrategia y Aprendizaje. Antes de unirse a la fundación, fue directora de educación, éxito postsecundario e iniciativas especiales en la fundación Bill y Melinda Gates, y cofundadora y CEO de Empleos para el Futuro (Jobs for the Future).
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Este artículo es contenido original de la revista de Stanford Social Innovation Review publicado en la edición Primavera 2023.
- Traducción de Leticia Neria
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